Tras los problemas generados en la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA por la falta de suministro eléctrico en el edificio, el decano Sergio Provenzano aclaró que “desde el primer momento estuvimos atentos al asunto, en comunicación con Edesur y con todo el personal que trabaja en la facultad”.

La zona de Plaza Houssay, en el barrio porteño de Recoleta, fue una de las más afectadas por el corte que causó una tunelera de la empresa Ibercom el martes al mediodía. El episodio produjo complicaciones a quienes desarrollan tareas de investigación en esa facultad. Un pequeño grupo de ellos protestó el jueves frente al edificio. Para el decano de esa institución, la actuación de las autoridades de la facultad fue prudente: “Desde el primer momento nos contactamos con Edesur para conocer la magnitud del problema y lo comunicamos con honestidad a los investigadores para que tomaran las medidas necesarias”, sostuvo a Página/12 Provenzano. “Se trató de una situación imponderable, que no se podía prever”, detalló y destacó que “jamás en la historia de la facultad se había dado de manera tan prolongada”.

Algunos investigadores habían manifestado que el corte de luz generó pérdidas económicas y de esfuerzos invertidos por las muestras que debían permanecer en heladeras y por las ratas y ratones que se crían con un régimen fijo y regulado de luz. Al respecto, Provenzano explicó que “en la facultad hay más de 500 investigadores, algunos no los conozco, no pertenecen a la facultad y no tenemos relación con ellos. Para cuidar sus proyectos, cada investigador debe garantizarse su propio suministro alternativo de electricidad”.

En ese mismo barrio y en un radio de tres cuadras, funcionan además el Hospital de Clínicas y las facultades de Odontología y Farmacia, tres edificios que se alimentaron con grupos electrógenos. Según señaló el decano, la Facultad de Ciencias Médicas no puede funcionar con este tipo de equipos ni acceder al tablero por tratarse de una red especial. “Los únicos que tienen acceso al tablero son los empleados de Edesur, es por eso que, ante nuestra insistencia, y gracias al apoyo del Ejecutivo nacional, que entendió que se trataba de una emergencia, desde el viernes a las 2 de la mañana nos solucionaron el tema de manera temporal”, explicó Provenzano. El decano agregó que se trata de un suministro parcial hasta la solución definitiva del problema y que es el resultado de la gestión de las autoridades de la facultad, que desde ayer reanudaron las actividades aunque “con un consumo prudente y responsable de la electricidad”.

Además de gestionar el suministro eléctrico temporal y de emergencia por parte de Edesur (junto a la promesa de restablecer el servicio normal y definitivo el lunes), el jueves a la noche la facultad contrató el servicio alternativo de una empresa privada, que funcionará cuando el distribuidor principal de energía tenga falencias. “Lo sucedido con los investigadores es un hecho lamentable y mi intención no es cuestionar a nadie. Entiendo y acompaño su preocupación, pero, por un lado, se trató de un evento imponderable, y por el otro, considero que cada investigador es responsable por su hábitat de trabajo”, insistió Provenzano.