SOCIEDAD › JAVIER DIAZ, VICEDECANO DE INFORMATICA DE LA UNLP

“No hay forma de detenerlo”

 Por Andrea Ferrari

“Creo que el software libre es una realidad innegable y no hay forma de detenerlo”, sostiene Javier Díaz, vicedecano de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Díaz cree que el Gobierno debería apoyar claramente el software libre y aquí explica por qué.
–¿Cuál es la situación del software libre en el país?
–El software libre no ha sido promovido aquí desde ninguna política activa de gobierno. En este momento es una efervescencia, como en muchos lugares. Es un movimiento basado en los individuos, con una apoyatura fuerte en el desarrollo que hacen las Universidades. Está muy consolidado en todo lo que son servidores, una tendencia internacional. En cambio, en la parte de escritorio el avance es más lento, los productos que son más fáciles y amigables son recientes. Sin embargo, la diferencia de costos hace que ya haya máquinas con Linux en venta en un supermercado. La gente más joven no está tan atada a un producto u otro, usa lo que le conviene. Y en la medida en que haya desarrollo se lo va a usar más. En este momento hay un montón de proyectos activos: más de la mitad de los desarrolladores del mundo trabajan en software libre, por eso la tendencia es creciente, en pocos años va a haber más utilitarios, más programas, más jueguitos.
–¿Qué política asumen otros países?
–Hay más de 20 países que lo apoyan y promueven su uso. En Alemania, por ejemplo, es obligatorio para el gobierno. En cada país hay variantes distintas, pero se lo promueve como forma de mantener la soberanía y la sustentabilidad: no depender de que una empresa provea las soluciones. Por otro lado, el modelo económico que sustenta software libre es un modelo distinto, en vez de que el dinero vaya a un punto centralizado, es un modelo más de derrame. Se paga al que brinda el mantenimiento, el soporte. Pero al tener el código abierto se puede seguir con el proveedor o pasarse a otro, no hay tanta concentración.
–¿Cuáles son las ventajas y desventajas del software libre?
–Muchos asocian las ventajas al costo de licencia y pertenencia. Pero no se puede suponer que uno va a reemplazar productos estables simplemente bajando y usando el software libre: se necesita capacitación y soporte general. Es posible tenerlo porque existen los recursos humanos. Pero también son ventajas importantes la seguridad y sustentabilidad: si soy el dueño del producto instalado, nadie me puede condicionar el futuro desarrollo. En cuanto a la seguridad, en este momento hay muchos problemas que pasan por cuestiones que están instaladas y uno no lo sabe: puertas traseras, lo que está oculto. El software libre, al ser abierto, da menos chances de que eso ocurra, porque hay más ojos mirándolo. En ese aspecto, diría que el software libre es más seguro.
–¿Cómo cree que debería ser la política estatal aquí?
–Creo que el software libre es una realidad innegable y no hay forma de pararlo. Le da mucha libertad a la gente. Recientemente vino gente de Japón que mostró lo que se gana en educación cuando los alumnos pueden desarrollar sus productos y no depender de lo que dan otros. Yo pienso que el Estado debería darle una clara línea de apoyo, porque es mucho más racional apoyar un modelo de desarrollo en el que la gente puede participar activamente, ya que el propio usuario interactúa con el desarrollador. Es un modelo más activo de ciudadano.

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