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“Yo me pasé llorando y sin dormir todo el embarazo –se queja Alejandra Marimón, una de vecinas de la discoteca–. Mi hija ha sufrido esos ruidos desde que nació”. Otros suman protestas: “No es solamente el ruido de la música. Son los bocinazos, los embotellamientos, la suciedad”, dicen. Según ellos, Amerika no debería haber recibido habilitación en una zona como Gascón y Córdoba.
Sin embargo, Marcelo Atuña, subsecretario de Regulación y Fiscalización, sostiene que la habilitación es correcta: “La zona no es residencial, sino ‘Equipamiento 3’ –afirma–. Allí hasta se podría instalar una fábrica. Otra cosa es discutir los criterios del Código de Planificación: la ciudad ha ido creciendo y la legislación no siempre acompaña”.
El funcionario pone como ejemplo boliches que cumplen con la normativa –Sublime, Fantástico, Coyote, la misma Amerika–, pero están situados en lugares adyacentes a viviendas. “Puede molestar el tránsito, la espera de los chicos en la matiné, el tiempo en que están consumiendo en los maxikioscos, la salida”, afirma. En cambio, hay lugares sin viviendas cercanas, como la Costanera, donde no se permite la habilitación de estos locales. “En esto hay una contradicción”, sostiene.
Pero más allá de que el bullicio de entrada y salida pueda molestar a los vecinos, “no es ‘ruido molesto’ en el sentido que establece la normativa de la ciudad”, concluye.