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Domingo, 19 de mayo de 2002

“Algunos en el FMI...”

El secretario de Hacienda, Jorge Sarghini, está convencido de que el país está en el buen camino. Consultado por Cash sobre cuál es esa buena senda, contestó: “Lo que pide el FMI”. El funcionario, que fue ministro de Economía bonaerense durante cinco años, reconoció que “hay miembros del Fondo y del Grupo de los Siete que quieren que Argentina pase por una hiperinflación”, pero aseguró que el Gobierno trabaja para evitar ese desenlace. Una semana después de que el equipo económico anunciara el fracaso en la negociación con los banqueros para implementar el Plan Bonex, el secretario de Hacienda señaló que están analizando la manera de salvar a los bancos del derrumbe. “No podemos dejarlos caer”, señaló. Sarghini afirmó que el Gobierno no quiere que la modificación de Ley de Subversión Económica sirva para darles impunidad a los banqueros. Pero se apuró a indicar que la fuga de divisas alentada por la mayoría de los bancos el año pasado fue legal. El funcionario se mostró preocupado porque el Estado está perdiendo 400 millones de pesos de recaudación impositiva mensual debido a que exportadores se resisten a liquidar dólares.
¿La postergación del pago de 130 millones de dólares que le concedió el FMI a Argentina es el premio por la nueva Ley de Quiebras?
–No, las negociaciones van mejorando mientras vamos en el sentido correcto. Tardamos un poco más de lo que esperábamos, pero estamos haciendo lo necesario para sacar al país de la crisis. Todos los pronósticos agoreros van a fallar. Vamos en el buen camino.
¿Cuál es ese buen camino?
–Lo que pide el FMI. Los 14 puntos acordados con los gobernadores. La Ley de Quiebras, la Ley de Subversión Económica. La semana próxima viene otra misión del Fondo. Es una señal de que todo va bien.
¿El plan económico es modificar la Ley de Quiebras y la Ley de Subversión Económica?
–Son cosas que debemos hacer.
¿Y qué más van a hacer?
–La modificación de estas leyes surgió del consenso de los gobernadores. Queremos reinsertarnos en el mundo y para eso necesitamos el acuerdo con el Fondo. No es poco.
El FMI envió un fax con la Ley de Quiebras que ellos querían, artículo por artículo. ¿Hasta dónde va a soportar el Gobierno que le manejen el país con ese nivel de detalle?
–Los condicionamientos son negociables, no es imprescindible cumplir con la letra chica. El límite del Gobierno es el que el consenso político mayoritario esté dispuesto a aceptar. Las leyes salen del Congreso y con acuerdo de los gobernadores. Y es así porque lo que se está haciendo es beneficioso para el país.
¿Está seguro de que lo que pide el Fondo está en línea con los intereses del país? Oscar Lamberto, que ocupó su puesto hasta hace dos semanas, dijo que el FMI busca que Argentina caiga en hiperinflación. En ese contexto, la nueva Ley de Quiebras puede provocar una fuerte extranjerización de la economía. Los acreedores podrían quedarse con las empresas endeudadas por pocos dólares.
–Hay miembros del FMI y del G-7 que creen que es necesaria una hiperinflación para que haya un recambio empresario y una licuación de gastos y de pasivos generalizada, pero nosotros trabajamos para que no ocurra.
El Presidente acaba de decir que el FMI corre la raya cada vez que se alcanzan los objetivos. ¿Esa dilación no empuja al país hacia una hiperinflación?
–No necesariamente.
El titular del Fondo, Horst Koehler, le pidió al presidente Duhalde que se despidan 500 mil empleados públicos en las provincias. ¿Lo van a hacer?
–Este es un claro ejemplo de que el Gobierno puso límites. En las primeras reuniones se avanzó en ese tema, pero luego quedó descartado.
¿En qué va a consistir el ajuste en las provincias?
–Ya firmamos con ocho provincias y la semana que viene vamos a firmar con tres más y en ningún caso se trató el tema de despedir gente ni de rebajar salarios. Hay muchas provincias que lo que tienen que hacer es mantener el gasto. Otros están buscando una mayor eficiencia.
Los salarios reales los están reduciendo por la inflación.
–Sin duda no podemos aumentar salarios nominales por el momento.
¿El impuesto inflacionario es la principal estrategia para lograr equilibrio fiscal?
–No, el cambio en los precios relativos modifica la estructura de ingresos del Estado. Pero no hay que engañarse, hay muchos gastos que se ajustan al ritmo de la inflación. Y no está tan claro qué beneficio va a traer la inflación en la recaudación. El impuesto a las Ganancias, por ejemplo, seguro va a caer. Los gravámenes patrimoniales no van a tener, por ahora, aumentos por la valorización de los bienes.
¿Por dónde pasa el ajuste en la Nación?
–Estamos haciendo una reducción del gasto primario del 10 por ciento, venimos gastando menos de lo que fija el Presupuesto. Y además está la reducción de los intereses de la deuda. Estamos priorizando los gastos sociales. Si es necesario, se estudiarán nuevos recortes. Tanto la Nación como las provincias están buscando alternativas para cumplir con los compromisos de déficit acordados con el FMI. No queda otra alternativa. Si alguien tiene una idea mejor, que la traiga. Pero no tenemos cómo financiar un mayor déficit.
¿Por qué no repunta la recaudación impositiva?
–Teníamos previsto un primer trimestre malo. En abril se esperaba una suba y nos complicó la semana de feriados. Perdimos 400 millones de pesos. Vamos a ver si este mes conseguimos sumar esos ingresos. Para recuperar lo perdido tendríamos que llegar a 4500 millones.
¿Están rindiendo de acuerdo con lo esperado las mayores retenciones a las exportaciones agropecuarias?
–No. Están bastante por debajo de lo que debería ser.
¿Por qué?
–Lo estamos analizando. El ritmo de liquidación de las divisas es mucho más lento de lo normal. Por ese lado, estamos perdiendo bastante. Esperábamos 800 millones de pesos de retenciones en mayo. Y al ritmo que vamos apenas llegamos a 400 millones.


Bancos y Subversión Económica

Si se hubiese implementado el Plan Bonex, el Estado se hubiera hecho cargo de los depósitos y los bancos hubiesen devuelto los títulos públicos. De esa manera evitaban el default estatal y mejoraban su situación patrimonial. ¿Van a buscar otra alternativa para ayudar a la banca?
–Hay que terminar pronto esta etapa porque el país necesita un sistema financiero funcionando normalmente. En este momento estamos negociando la deuda provincial. Tenemos que encontrar una solución integral. Si no les arreglamos el problema a los bancos, quiebran. Están cargados de bonos nacionales y provinciales. El Estado no puede dejar caer al sistema. Una parte puede ser canjeada por los bonos que se les den a los ahorristas y el resto se está analizando.
Los bancos fugaron grandes cantidades de dinero propio y alentaron el ajeno. ¿Es razonable socializar las pérdidas?
–Lo que haga el Estado lo va a hacer por el país y no por los bancos. Pero aclaremos que no estaba prohibido sacar el dinero afuera. No fue bueno para Argentina, pero no era ilegal. ¿Le van a asegurar impunidad a los banqueros con la modificación a la Ley de Subversión Económica?
–No, eso es una barbaridad. No tenemos la voluntad de hacerlo. Le aseguro que la ley no va a dejar libre a los que están presos ni a va a desprocesar a los que cometieron delitos.


ACUERDO CON EL FMI

“No nos queda otra”

¿Cuál va a ser el déficit fiscal anual?
–El primer cuatrimestre tuvo una ejecución del Presupuesto en línea con lo previsto. El déficit devengado es de 950 millones de pesos. A pesar de la caída de la recaudación. El año pasado el déficit del período fue 3500 millones de pesos.
¿El pago al Banco Mundial de 700 millones de dólares va a arruinar el equilibrio del segundo trimestre?
–No, estaba dentro de lo previsto en el Presupuesto.
¿A este tipo de cambio?
–No, a 1,40. La diferencia habrá que recuperarla con más ingresos o menores gastos.
Pronto llegan más vencimientos. ¿Cuánto se va a destinar al pago de deuda?
–Lo que figura en el Presupuesto.
¿Y si no hay acuerdo con el Fondo y tienen que seguir cancelando deuda con los organismos financieros internacionales?
–Tenemos que arreglar con el Fondo, porque si no tendríamos que hacer frente a 9000 millones que vencen este año con los organismos internacionales y ésa no es una alternativa posible. No podríamos pagarla. Por eso lo único que nos queda es acordar con el FMI y lo vamos a hacer.
No es una decisión unilateral.
–Yo descarto que ellos quieren arreglar. Si no es así, seguro que no les vamos a pagar 9000 millones.


AUMENTO DE LA POBREZA Y EL HAMBRE

“No es culpa de este gobierno”

A este ritmo inflacionario, a fin de año va a haber un 60 por ciento de la población por debajo de la línea de pobreza y un 30 por ciento de indigentes. O sea que uno de cada tres argentinos no va a poder alimentarse adecuadamente. ¿Qué van a hacer para evitarlo?
–Por un lado, vamos a entregar el nuevo plan para jefes de familia. Pero lo más importante es estabilizar la economía para generar empleo, aunque sea lentamente. El desafío es quebrar esta tendencia recesiva que lleva más de cuatro años. Va a ser un camino lento, quizá lleve años, pero lo importante es elegir el camino correcto.
En Argentina se producen alimentos para satisfacer las necesidades de nutrición de 350 millones de personas. ¿Es necesario esperar años para alimentar a los indigentes? Usted es economista. ¿No se le ocurre una idea mejor?
–Es un problema de distribución del ingreso, consecuencia de una fase del capitalismo global que tuvo beneficios y perjuicios. El país avanzótecnológicamente, tuvo ingreso de capitales, pero se produjo una fuerte. concentración de la riqueza. El hambre no es culpa de este gobierno.
Lo que es responsabilidad del Gobierno es solucionarlo.
–Estamos trabajando en eso. Asumimos esta responsabilidad porque creemos que podemos hacerlo. Pero es una situación de emergencia inédita, no es fácil.
Porque es una emergencia podrían tomarse medidas de emergencia.
–No podemos hacer magia. Empezamos con un plan para cubrir a un millón de personas.
Ya hay siete millones de indigentes. ¿Qué hacen los otros seis millones?
–En este tiempo no podemos hacer otra cosa. Llevamos cuatro meses de gobierno.


 

 

 

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Jorge Sarghini, secretario de Hacienda: “Sin acuerdo con el FMI, no vamos a pagarles los 9000 millones de deuda”, afirmó.

Reportaje/economía

- “Todos los pronósticos agoreros van a fallar. Vamos en el buen camino.”
- “Queremos reinsertarnos en el mundo y para eso necesitamos el acuerdo con el Fondo. No es poco.”
- “Hay miembros del FMI y del G-7 que creen que es necesaria una hiperinflación.”
- “Quieren la híper para que haya un recambio empresario y una licuación de gastos y de pasivos generalizada, pero nosotros trabajamos para que no ocurra.”
- “Lo único que nos queda es acordar con el FMI.”
- “Sin duda no podemos aumentar salarios nominales por el momento.”
- “Si no les arreglamos el problema a los bancos, quiebran. Y el Estado no puede dejar caer al sistema.”

 
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