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Domingo, 26 de mayo de 2002

DEFENSA DEL PLAN FENIX

“No a alternativas excluyentes”

Por Alejandro Vanoli
Profesor de Economía Internacional Monetaria
Facultad de Ciencias Económicas UBA

Quiero efectuar una serie de reflexiones con respecto a la nota debate sobre el Plan Fénix aparecida el pasado 12 de mayo en Cash y en particular a la opinión de Eduardo Crespo que cita el documento que en el marco de las Jornadas del Plan Fénix, presenté junto al Dr. Benjamin Hopenhayn. En primer lugar quiero resaltar que resulta extremadamente positivo el debate instalado en la sociedad sobre planes alternativos, incluido el Plan Fénix, como superación a un primer estadio de crítica a las políticas económicas de los últimos años. Y la identificación de sus responsables, claramente contrastante con la virtual hegemonía mediática, hasta poco tiempo atrás, del pensamiento único. En segundo lugar discrepo con la mención que hace Crespo respecto de nuestro artículo y su vínculo con la falta de “medidas que suponga un distanciamiento de los sectores de poder”.
Sin entrar en un análisis de las medidas que proponemos, que han sido recogidas por distintos medios, por naturales razones de extensión (próximamente estarán disponibles todos los documentos en la web de la Facultad de Ciencias Económicas: www.econ.uba.ar), quiero señalar que en nuestro artículo no solo existe un diagnóstico y se hace una severa crítica a las políticas llevadas a cabo en las últimas décadas, sino que se proponen medidas concretas de dudosa cercanía a los “sectores de poder”, como por ejemplo el rechazo expreso a la asunción por parte del Estado de los compromisos del sector privado mediante una estatización directa o indirecta.
Con respecto a la negociación con los organismos internacionales, se menciona explícitamente que la misma debe ser efectuada en base a un plan propio verdaderamente sustentable que privilegie los intereses nacionales y recupere la solvencia de Argentina en el mediano plazo. Y la prioridad del crecimiento de la economía argentina con equidad por encima de cualquier otro interés, generando poder efectivo y soberanía real, dista de asemejarse a los objetivos de política de los últimos años en Argentina.
Creemos que existe una alternativa a la subordinación y consecuente adopción de políticas recesivas de ajuste perpetuo, ajenas a nuestros intereses y la negación del principio de la negociación misma. Precisamente pareciera haber una curiosa coincidencia entre el fundamentalismo neoliberal y cierto izquierdismo infantil que quieren hacernos creer que las alternativas exclusivas y excluyentes son el mero acatamiento al FMI o la no negociación. Es posible y además necesario tener una adecuada inserción con el mundo, como hacen los países serios que defienden sus intereses en forma permanente. Cosa que no ha hecho la Argentina en décadas.
Cuando la Argentina formule y adopte un plan de crecimiento, o mejor dicho de desarrollo con equidad (porque el crecimiento no genera sustentabilidad ni equidad per se), solo entonces será verdaderamente sustentable y podrá no solo recuperar respetabilidad internacional sino además negociar apoyo financiero. Aunque teniendo en claro que, en el largo plazo, Argentina debe aumentar su ahorro interno y evitar el sobreendeudamiento externo.
Mientras Argentina adopte políticas contrarias al interés nacional, que perpetúen la depresión, y no proponga alternativas concretas, no voluntaristas y viables en el actual marco histórico mundial (recordemos que incluso China es miembro del FMI y de la OMC), seguiremos marchando aceleradamente hacia la decadencia.

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