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Domingo, 8 de enero de 2006

EL ALCA, EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO DE AMERICA DEL NORTE Y MEXICO

“Contemplar las asimetrías”

La experiencia mexicana de asociación comercial con Estados Unidos y Canadá es base para analizar eventuales costos del ALCA. Diferencias entre Kirchner y Fox.

 Por Natalia Aruguete

La discusión entre los presidentes Néstor Kirchner y Vicente Fox sobre el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, luego de la Cumbre de las Américas, puso de manifiesto el cruce de intereses nacionales y sectoriales que operan alrededor de esa negociación, y donde el poder de cada fracción marca el ritmo de sus avances y retrocesos. Cash quiso profundizar el análisis de esta problemática, a través de la perspectiva del economista mexicano Rolando Cordera Campos, quien comparó ese proyecto de acuerdo continental con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan).

¿Cómo evaluó la discusión sobre el ALCA en la Cumbre de las Américas, en noviembre pasado?

–En esa Cumbre, el proyecto del ALCA no tuvo ningún avance, más bien una serie de desencuentros retóricos. Para discutir sobre el ALCA hay que asumir que el continente atravesó por tres grandes crisis económico-financieras (México, Brasil y la Argentina) que mostraron que la globalización no es sencilla, y que hay que contemplar las asimetrías en los niveles de desarrollo, ritmos de crecimiento y estructuras productivas.

¿Cuáles fueron los efectos económico-sociales del Tlcan en México?

–México se convirtió en un gran exportador de manufacturas, modificó favorablemente su balanza comercial, salió de una cuasi monodependencia de la exportación de crudo, trajo inversión extranjera y cambió en parte la geografía económica nacional, en buena medida por las posibilidades que abría el Tlcan. Pero las estructuras productivas existentes y la falta de una política de industrialización agresiva y congruente con esta nueva realidad institucional impidieron que todas esas ganancias del comercio exterior se tradujeran internamente en crecimiento económico alto y sostenido. Hoy el crecimiento es mediocre, el 50 por ciento de la población es pobre, la distribución del ingreso se caracteriza por una gran concentración y conviven formas productivas muy avanzadas vinculadas con el comercio exterior, otras muy atrasadas, y en el medio hay un sector industrial vinculado con el mercado interno que crece muy lentamente.

¿En qué beneficiaría a México la conformación del ALCA?

–El ALCA está planteado fundamentalmente como una extensión del Tlcan, donde los resultados son muy ambiguos. Tenemos que plantearnos la situación de las estructuras productivas domésticas y la necesidad de reformarlas para volverlas flexibles y capaces de aprovechar las ventajas que trae un mayor comercio internacional. Es una ingenuidad decir que esto se va a dar automáticamente como producto de un mercado más libre.

¿Qué lugar ocupa el ALCA en el discurso del PRD y el PRI, en vista de las próximas elecciones?

–En el discurso político mexicano de la sucesión presidencial, el ALCA no ocupa ningún lugar importante.

Respecto del Tlcan, ¿las posturas de ambos partidos son diferentes?

–Los une que nadie está planteando una revisión a fondo del Tlcan. Hay una preocupación no resuelta por parte de ninguno: en el 2008 se liberará totalmente el comercio agrícola, se prevé que esto afectará la agricultura maicera mexicana, en la que conviven unidades de producción eficientes y una enorme cantidad de pequeños productores. El Tlcan contempló estos años de gracia para llevar a cabo políticas domésticas de reconversión de cultivos dentro de este sector para que puedan competir con la terriblemente competitiva –y además subsidiada– economía agrícola americana, que en parte domina el comercio de granos a nivel mundial. No se hizo gran cosa en México. No por la imposición del Tlcan sino por omisión de los sucesivos gobiernos mexicanos. Y ésta es la perspectiva de una crisis social dentro de los sectores maiceros que está abierta. Ese es el punto que más se discute en México cuando se habla del Tlcan.

¿Las diferencias de Fox y Kirchner ponen en riesgo el Acuerdo de Complementación Económica que se discute entre ambos países?

–No creo que nadie en México esté pensando que ese desencuentro diplomático deba tener una derivación inmediata en este tipo de acuerdos. No creo que el gobierno mexicano tenga tiempo ni posibilidades de dar un paso tan absurdo en esa materia.

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El presidente mexicano, Vicente Fox, defendió el ALCA en la última Cumbre de las Américas.
Imagen: Rafael Yohai

Reportaje: Comercio

• “En la Cumbre, el proyecto del ALCA no tuvo ningún avance, más bien una serie de desencuentros retóricos.”

• “Con el Tlcan, México se convirtió en un gran exportador de manufacturas.”

• “A la vez, el crecimiento es mediocre, el 50 por ciento de la población es pobre y la distribución del ingreso se caracteriza por una gran concentración.”

• “El ALCA está planteado fundamentalmente como una extensión del Tlcan, donde los resultados son muy ambiguos.”

• “No creo que nadie en México esté pensando que el desencuentro diplomático entre Fox y Kirchner deba tener una derivación inmediata en el Acuerdo de Complementación Económica que están discutiendo ambos países.”

 
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