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Domingo, 30 de julio de 2006

DIVISION DEL GRUPO ROGGIO

Sergio Roggio: “Aprovechar la oportunidad”

Sergio Roggio (primo de Aldo y Graciela) se separa del holding familiar para dedicarse a nuevos negocios, vinculados con el turismo.

 Por Cledis Candelaresi

El grupo Roggio, uno de los más tradicionales del país y de los pocos que sobrevivieron a la ola de compras de firmas argentinas prósperas que tuvo lugar en la década pasada, está a punto de fragmentarse. Sergio, primo de Aldo y Graciela, confirmó a Cash la venta de su participación en el holding. Con nuevos socios, el empresario, titular de la Fundación Mediterránea, va a apostar al turismo. La familia de origen cordobés profundizará así la diversificación que encaró años atrás, cuando desde la construcción también pasó a incursionar en los servicios públicos privatizados.

¿Vendió su parte en el grupo?

–Sí. Me voy del holding. Todavía no formalizamos la operación, pero hay conversaciones muy avanzadas en este sentido para vender mi porción de acciones. De cualquier modo, yo tengo y por ahora seguiré teniendo funciones ejecutivas en el grupo.

¿Fuera del holding usted va a explorar otros rubros?

–Dentro de los temas del holding, tengo y seguiré teniendo competencia en la administración de CET, la Compañía de Entretenimiento y Turismo. En forma particular, estoy trabajando en el desarrollo de algunos proyectos inmobiliarios y de turismo con otros grupos de empresarios. Uno de ellos está en Iguazú, próximo a las cataratas. Otros en Córdoba.

En los hoteles cuatro estrellas , con ruleta y tragamonedas, ¿es el juego lo que sostiene la hotelería?

–Es exactamente así. El juego sirve para subsidiar la hotelería. Córdoba, que recibe 5 millones de turistas por año, mayoritariamente argentinos, no tiene infraestructura hotelera de calidad para ofrecerles. Desde hace unos veinte años existe en la provincia una ley de promoción (la 7232) –a mi juicio la mejor que tiene la Argentina–, que permite desgravar o diferir impuestos provinciales. Lo cierto es que esta fórmula de conjugar el juego con la hotelería también fue exitosa en países como Canadá, Inglaterra y España.

¿Es la misma concepción de los nuevos hoteles que se dispone a desarrollar fuera del holding?

–Los nuevos proyectos apuntan a hoteles con parques temáticos.

¿Sobre qué hipótesis de evolución de la economía fueron concebidos esos proyectos?

–Trabajamos sobre el supuesto de que el turismo crecerá a razón del 5 por ciento anual, que es una cifra conservadora. Argentina hoy está creciendo a tasas de un 12 por ciento anual.

¿Ese crecimiento es independiente del nivel del tipo de cambio?

–Sí. Hoy el crecimiento del turismo no está tan ligado al tipo de cambio, como ocurrió en el 2002 y 2003. El turismo está creciendo en el mundo a tasas cercanas al 10 por ciento. Cada vez hay más gente que viaja, los vuelos son más económicos. En Argentina está potenciado porque hubo un reciente descubrimiento del país, que ofrece condiciones de seguridad que otros lugares no.

En la construcción, actividad tradicional del grupo, ¿cree que las denuncias sobre cartelización que hizo (Roberto) Lavagna antes de irse del gobierno dificultaron las contrataciones con el Estado?

–No creo. Nosotros no tenemos nada que ver con los contratos objetados. Creo que el país está viviendo un momento de gran desarrollo de la infraestructura, una ambición histórica de los constructores, y hay que aprovechar esta oportunidad.

A muchos constructores les preocupa que el Estado aumente el nivel de gasto, pero aplauden los mayores presupuestos para obra pública. ¿Usted qué piensa?

–Después de la renegociación de la deuda, el requerimiento de superávit que tiene Argentina es relativamente bajo. En la historia reciente, Argentina enfrentó problemas por haber gastado más de lo que recaudaba. Ahora se puede mantener un superávit y al mismo tiempo un razonable desarrollo de la infraestructura pública.

Un problema que señalan los economistas del Ieral (brazo académico de la Mediterránea –Roggio es presidente de la fundación–) es que no hay parámetros objetivos para definir cuál es la obra prioritaria, sino que éstas se resuelven por criterios políticos.

–Peor es que la obra no se haga. La discusión de si un puente en Salta es mejor que uno en Formosa o Mendoza es complicada, en la que entran a tallar cuestiones geopolíticas, de equilibrio regional. Argentina hubiera necesitado tener un esquema de decisiones de obras mucho más estructurado. Pero no está mal aprovechar la oportunidad de fondos para obras.

¿Cómo juzga la conducta del Gobierno frente a las privatizadas?

–Creo que se empezó un proceso basado en la idea que había que corregir todo lo que se hizo en la década pasada. En los ’90 se hicieron muchas cosas bien y otras que no lo fueron tanto, como los esquemas de control, ya que los entes no funcionaron con la imparcialidad y la eficiencia que la sociedad aspiraba. Pero hubo un desarrollo de la infraestructura con fondos privados inéditos en la Argentina. Por eso me parece que la verdad está en un punto medio. Hay cosas que corregir y, después de esta vorágine posdevaluación, seguro que se van a ir encaminando los contratos.

¿Le preocupa que el Estado recupere participación en Aerolíneas?

–Entiendo el criterio oficial pero no lo comparto. A título personal, opino que es mejor que el Estado no esté a ambos lados del mostrador. Es mejor que tenga buenos entes de control, muy profesionalizados, y que desde esos ámbitos se siga a las empresas que prestan servicios públicos. Es cierto que, en algunos casos, el Estado se ve obligado a subsidiar y, como compensación, requiere acciones. No es un esquema que me simpatice. Pero creo que son ondas. Estoy seguro de que ya volverá otra en la que el Gobierno intentará reforzar la participación privada en los servicios públicos.

Pero sí seguirá en el ámbito de las privatizadas.

–Sí, estamos evaluando aumentar la participación, que actualmente es del 16 por ciento, en Aguas de Córdoba. También estamos conversando con nuestros socios en Cliba.

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“El turismo crece en el mundo a tasas cercanas al 10 por ciento”, destacó Sergio Roggio.

Reportaje - empresas

  • “Me voy del holding (Roggio). Todavía no formalizamos la operación, pero hay conversaciones muy avanzadas en este sentido para vender mi porción de acciones.”
  • “Trabajamos sobre el supuesto de que el turismo crecerá a razón del 5 por ciento anual, que es una cifra conservadora.”
  • “El país está viviendo un momento de gran desarrollo de la infraestructura y hay que aprovechar esta oportunidad.”
  • “Se puede mantener un superávit y al mismo tiempo un razonable desarrollo de la infraestructura pública.”
  • “Con las privatizadas se empezó un proceso basado en la idea de que había que corregir todo lo que se hizo en la década pasada.”

 
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