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Domingo, 13 de julio de 2008

INFORME ESPECIAL

Volvió una noche

En los primeros cinco meses del año las importaciones crecieron un 46 por ciento, alcanzando los 22.967 millones de dólares. El 63 por ciento (14.474 millones de dólares) fueron productos que podrían haber fabricado industrias nacionales, como textiles, juguetes, calzado y marroquinería. La inflación está erosionando el tipo de cambio real, que vuelve menos competitiva a la industria local, pero a la vez ésta no invierte lo suficiente para responder a una demanda que aún sigue firme y que termina siendo cubierta por importaciones.

 Por Roberto Navarro

El fuerte crecimiento de las compras externas está abriendo interrogantes sobre el modelo de sustitución de importaciones que comenzó con la megadevaluación de fines de 2001. En los primeros cinco meses del año los despachos llegados desde el exterior crecieron un 46 por ciento. Según cifras del Indec, entre enero y mayo alcanzaron los 22.967 millones de dólares. De ese monto, el 63 por ciento (14.474 millones de dólares) corresponden a sectores en los que existe producción nacional. Las mismas industrias que habían aprovechado la sustitución de importaciones precipitada con la salida de la convertibilidad empezaron a desandar ese camino. Las importaciones textiles crecieron un 67 por ciento en el último año. Y también han subido fuerte las de marroquinería, juguetes y calzado. Mientras el consumo crece al 8 por ciento anual, la importación de esos bienes avanzó el 40 por ciento. Las compras que más crecieron fueron las de bienes intermedios. Los especialistas coinciden en que la inflación erosionó el tipo de cambio real, haciéndolo menos competitivo. A la vez, señalan que la industria local no invierte lo suficiente para responder a una demanda que aún sigue firme.

De los más de 14 mil millones de dólares de productos que pueden ser fabricados en el país llegados del exterior entre enero y mayo de este año, casi 10 mil se concentraron en cuatro rubros. Con un aumento del 38 por ciento con respecto al mismo período de 2007, las máquinas, aparatos y materiales eléctricos sumaron 3735 millones de dólares de importaciones. Siguieron los materiales de transporte terrestre, con 3535 millones, un 46 por ciento arriba que el año pasado. El tercer rubro fue el de productos químicos y conexos, con 1339 millones, un 40 por ciento más que en los primeros cinco meses de 2007. Y cuarto los metales comunes y sus manufacturas, con 9444 millones, un 58 por ciento más que en el mismo lapso del año anterior.

Luego aparece una cantidad de rubros en los que las cifras son menos significativas, porque sus valores unitarios son menores, pero que son los más afectados por el avance de las importaciones sobre la producción local. Las compras externas de materiales plásticos artificiales sumaron 681 millones de dólares, con una suba del 20 por ciento con respecto a 2007. Parte de ese total son juguetes. El caucho y sus manufacturas, 295 millones, con 40 por ciento de alza y con fuerte incidencia de cubiertas para autos. Los textiles y confecciones sumaron 254 millones de dólares. Esa cifra es un 55 por ciento más alta que en el período enero-mayo 2007, un 67 por ciento superior que en mayo del año pasado y un 300 por ciento más que en mayo de 2004. Las compras externas de calzado y sus componentes crecieron un 35 por ciento y ya llegan a 108 millones de dólares en cinco meses, monto que es muy relevante para la dimensión de la industria doméstica.

Marcelo Delgado, economista de la consultora Ecolatina, señaló a Cash que “la sostenibilidad del proceso de crecimiento industrial requiere una nueva ola de inversiones que permita satisfacer el incremento de la demanda local, sin recurrir necesariamente a la oferta externa. En este sentido es responsabilidad del gobierno generar las condiciones de previsibilidad y competitividad necesarias. El aumento de las importaciones es un correlato de la falta de inversión local”. Sin embargo, las importaciones que más crecieron en el último año vienen desde Brasil, país que, a raíz de la revaluación de su moneda, sigue manteniendo una relación de tipo de cambio favorable a los industriales argentinos.

En los primeros cinco meses del año, Argentina importó un 40 por ciento más de manufacturas de origen industrial que se producen en el país que en el mismo lapso del año pasado, pasando de 300 a 420 millones de dólares. Y un 35 por ciento más de manufacturas de origen agropecuario, saltando de 114 a 154 millones de dólares. El área manufacturera fue la gran generadora de puestos de trabajo formales en los últimos cuatro años. También creció un 28 por ciento la importación de papel, cartón, impresos y publicaciones de fabricación local. La cifra se elevó de 224 millones de dólares a 287 millones de dólares.

La licenciada Carolina García, de C&C Consultora, indicó a Cash que “con una competitividad de la economía fuertemente resentida por la apreciación del tipo de cambio real y costos directos de producción que en el sector pyme crecieron 50 por ciento entre el primer trimestre de 2007 y el mismo período de 2008, la puerta de entrada para los productos importados parece ensancharse paulatinamente. Frente a este panorama, los empresarios aseguran haber perdido el 20 por ciento del mercado interno en manos de productos extranjeros y que está en riesgo otra porción similar”. Hay bienes que han demostrado ser dependientes de la protección que pueda darles el Estado, ya sea por tipo de cambio o por medio de medidas arancelarias. Un caso claro es el de los juguetes, que llegó a perder el 90 por ciento del mercado a manos de la producción importada en los noventa. Recuperó casi la mitad hasta 2004 y en la actualidad cedió un cuarto del mercado para totalizar el importado el 75 por ciento del negocio local.

Con casi 8000 millones de dólares de importaciones los bienes intermedios son los de mayor preponderancia entre las compras externas. En ese total se destaca el ingreso de semillas y oleaginosas. Se trata de soja para producir aceite. Si bien el país cosechó este año 47 millones de toneladas de soja, una parte de ese total se vende directamente como grano y otra como pellets para alimento de animales. El complejo aceitero local tiene capacidad para procesar 50 millones de toneladas de granos. Por eso recurre a la importación para completar la producción de aceite demandada por los clientes externos. Además, el crecimiento del sector agropecuario generó un fuerte aumento de la importación del herbicida glifosato. También se están trayendo desde Brasil cosechadoras y trilladoras, porque la industria local no alcanza a satisfacer la demanda del campo.

La sustitución de productos nacionales por importados cobró una fundamental importancia en los últimos meses. Pero un rubro que cada vez cobra mayor preponderancia es el de los combustibles, principalmente gasoil y fueloil. Durante el verano también aumentó la importación de energía eléctrica.

Hay un sector cuyo consumo no deja de crecer y que no se fabrica en el país: los celulares. Estos aparatos, cada vez más sofisticados y caros, generan una constante sangría de divisas.

Si bien es cierto que el tipo de cambio real no es el mismo que hace cuatro años, porque la inflación fue mucho mayor que el alza del dólar contra el peso, si se compara el tipo de cambio real con los principales países de los que se abastece Argentina, la relación multilateral mejoró para el país. Esto se da por la revalorización del real y del euro. A pesar de eso, las importaciones desde Brasil crecieron fuertemente y también las que llegan desde la Unión Europea. Por otra parte, era de esperar que las empresas aprovecharan estos años en los que fueron resguardadas por un tipo de cambio subvaluado para mejorar su productividad y así poder, en algún momento, llegar a competir en condiciones menos favorables con los productos externos. Pero hubiese hecho falta una mayor inversión en maquinarias y recursos humanos que, por ahora, no se concretó.

DEFICIT CRECIENTE CON EL SOCIO MAYOR DEL MERCOSUR

El intercambio comercial con Brasil

El mayor intercambio comercial del país se desarrolla con el Mercosur. Las importaciones provenientes de este bloque se incrementaron un 33 por ciento en los primeros cinco meses del año con respecto al mismo período de 2007, destacándose las mayores compras de bienes intermedios: porotos de soja de Paraguay, alúmina calcinada, minerales de hierro y productos de la industria siderúrgica de Brasil. También piezas y accesorios para bienes de capital, como chasis con motor incorporado de vehículos automóviles para transporte de personas de origen brasileño.

Además crecieron las compras de combustibles, lubricantes, energía eléctrica de Paraguay y Brasil, y de gasoil de este último país. En bienes de capital se incrementó la compra de vehículos para transporte de mercancías, tractores de carretera para semirremolques y aparatos de telefonía celular de Brasil. El intercambio con este bloque en mayo arrojó un saldo comercial negativo de 666 millones de dólares.

Pero dentro del Mercosur, el mayor crecimiento lo logró Brasil. Según la consultora Abeceb.com, en los primeros seis meses del año las importaciones desde ese país alcanzaron los 8577 millones de dólares, un 36,1 por ciento más que en igual lapso del año pasado. En particular, en junio las compras con origen brasileño se situaron en los 1607 millones de dólares, un 37,2 por ciento superiores al mismo mes del año anterior. Los principales productos importados de origen brasileño fueron automóviles, autopartes, combustibles, aparatos transmisores y receptores, principalmente teléfonos celulares. Esto llevó a que la Argentina se posicione como el principal comprador de productos brasileños en rubros como automóviles, autopartes, petróleo y combustibles, aparatos electrónicos, vehículos de carga, tractores y laminados planos. A su vez, nuestro país fue el segundo destino en motores y generadores electrónicos y neumáticos. De esta manera, Argentina se mantiene como el tercer destino externo de los productos brasileños en el acumulado de los primeros seis meses del año. Ocupa ese lugar detrás de Estados Unidos y China.

El aumento de los ingresos desde Brasil está incrementando el déficit comercial con el socio mayor del Mercosur. El resultado de la balanza comercial bilateral para junio arrojó el déficit más elevado de la historia a nivel mensual, con un saldo negativo de 666 millones de dólares. De esa manera continuó con la tendencia ascendente iniciada a comienzos de este año. En términos acumulados para el primer semestre, el saldo comercial bilateral muestra un déficit de 2340 millones de dólares, un 44,9 por ciento más que en el mismo lapso del año pasado.

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Imagen: Alejandro Elías

Claves

En los primeros cinco meses del año las importaciones crecieron un 46 por ciento. Según cifras del Indec, entre enero y mayo alcanzaron los 22.967 millones de dólares.

De ese monto, el 63 por ciento (14.474 millones de dólares) corresponde a sectores en los que existe producción nacional.

Las importaciones textiles crecieron un 67 por ciento en el último año. Y también han subido fuerte las de marroquinería, juguetes y calzado.

La inflación está erosionando el tipo de cambio real, lo que vuelve menos competitiva a la industria local frente a la importación.

A la vez, la industria local no invierte lo suficiente para responder a una demanda que aún sigue firme.

Hay un sector cuyo consumo no deja crecer y que no se fabrica en el país: los celulares. Estos aparatos, cada vez más sofisticados y caros, generan una constante sangría de divisas.

 
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