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Domingo, 1 de febrero de 2009

LAS MUJERES SON LAS MAS AFECTADAS POR EL CRAC GLOBAL

Crisis en polleras

El comercio, las manufacturas textiles, el turismo, la gastronomía y el empleo doméstico son algunas de las actividades que más sentirán los efectos de la crisis. Concentran el trabajo femenino, de por sí mal pago.

 Por Diego Rubinzal

Los sectores sociales más vulnerables tienen motivos para preocuparse. La Cepal estima que las mujeres trabajadoras se verán particularmente perjudicadas en esta crisis, ya que algunas actividades que sufrirían los efectos de la desaceleración o recesión económica (el comercio formal, los servicios financieros, las manufactureras textiles, la industria maquiladora, el turismo, los restaurantes, el empleo doméstico) registran una alta participación laboral femenina.

De concretarse ese sombrío pronóstico, las desigualdades de género se habrán profundizado. Esto se debe a que –incluso en épocas de bonanza– las mujeres registran un mayor porcentaje de desempleo. En América latina, el promedio de desocupación varonil alcanza el 6,7 por ciento y el de las mujeres asciende al 9,3 por ciento.

En la Argentina, las tendencias son similares: la tasa de desocupación femenina (9,8 por ciento) supera ostensiblemente a la masculina (6,3 por ciento). Por otra parte, la brecha en la tasa de ocupación entre mujeres latinoamericanas de bajos y altos quintiles, es mayor a la registrada entre los hombres.

Así, la tasa de ocupación de las mujeres de mejor posición económica es del 51 por ciento. En cambio, la tasa se reduce al 34 por ciento en el caso de las ubicadas en la base de la pirámide social (generalmente se trata de mujeres con varios hijos). En el caso de los hombres, esa diferencia no es tan pronunciada. Aquellos ubicados en el primer quintil (peor posición económica) registran una tasa de ocupación del 63 por ciento, mientras que asciende al 76 por ciento en el quintil superior.

Además, las mujeres latinoamericanas se ven más afectadas por la informalidad del mercado de trabajo. Mientras que el promedio de empleo femenino en negro alcanza el 50 por ciento (un 10 por ciento más que los varones), entre las mujeres del primer quintil de ingresos la informalidad laboral sube al 74 por ciento.

También existen marcadas diferencias en las remuneraciones. De acuerdo a datos del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo), las argentinas ganan un 35 por ciento menos que los varones que realizan igual tarea.

Las mayores brechas salariales se dan entre los/as cuentapropistas, en puestos con calificación profesional y en los/as operarios/as no calificados/as con experiencia.

Consultada por Cash, la especialista Susana Campari sostiene que en la Argentina “los cambios ocurridos en los últimos años no han sido uniformes, las mujeres que viven en los hogares más pobres tienen ahora una menor participación en la economía remunerada. En este grupo quienes se incorporan al mercado de trabajo (1 de cada tres mujeres puede hacerlo), más de tres cuarta parte (76,5 por ciento) se encuentra en situaciones vulnerables, tales como sin ocupación o con empleos precarios (asalariados no registrados y servicio doméstico). De quienes consiguen ocupación el 65,9 por ciento lo hace en estas categorías, porcentaje que se ha incrementado en estos años y que es notoriamente más alto que el que se verifica en el grupo de mujeres de los hogares con mayor nivel de ingreso, entre quienes este tipo de ocupación solo representa el 14 por ciento de las ocupadas”.

Para revertir este panorama, Campari sostiene la necesidad de aplicar políticas activas para la reducción de la inequidad. Entre las medidas posibles enumera: asignación universal por hijo, ampliación de los servicios de cuidado infantil, que favorezcan la cobertura de los sectores más pobres, mejoramiento de la infraestructura básica (agua, luz, asfalto, etc.) que afecta e incrementa las condiciones en que se realiza el trabajo doméstico, políticas activas que favorezcan la contratación de mujeres en sectores tradicionalmente masculinos, becas que fomenten la incorporación de mujeres en carreras reservadas históricamente a los hombres, mejorar el acceso al crédito de emprendimientos de mujeres y fortalecer los sistemas de información para darle visibilidad a la desigualdad de género en el mercado de trabajo por sectores.

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El derrumbe económico internacional amenaza con profundizar las desigualdades de género.

CLAVES

DESEMPLEO
Mujeres


“La Cepal estima que las mujeres trabajadoras se verán particularmente perjudicadas en esta crisis.”

”En América latina, el promedio de desocupación varonil alcanza el 6,7 por ciento y el de las mujeres asciende
al 9,3 por ciento.”

”También existen marcadas diferencias en las remuneraciones. Las argentinas ganan un 35 por ciento menos que los
varones por igual tarea.”

”Para revertir este panorama, son imprescindibles políticas activas: ampliación de los servicios de cuidado infantil, becas que fomenten la incorporación de mujeres en carreras reservadas históricamente a los hombres, mejora del acceso al crédito
de emprendimientos de mujeres son algunas opciones.”

 
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