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Domingo, 18 de abril de 2010

LA RELACIóN CHINA-ARGENTINA

Mezcla de consenso y coerción

 Por Pablo Alejandro Nacht

La protesta de Fernando Jurado, el titular de Cargill Argentina –la mayor exportadora del complejo sojero local–, pone en evidencia un discurso que se encontraba solapado en lo que respecta a qué tipo de relación tiene el país con el gigante oriental China. Cargill Argentina planteó la queja –y presionó al Gobierno justificando el bloqueo de China a la entrada de aceite de soja en represalia a las medidas antidumping que se aplican a los productos manufacturados del gigante asiático–. Este conflicto permite analizar la construcción del sentido común en la relación entre China y Argentina, y el rol de las elites.

Los vínculos de Argentina con China poseen una joven historia. En el período 1989-2010, la expansión china en sus capacidades materiales, inserción en los organismos internacionales e irradiación cultural han venido modificando el tipo de vínculo con el país. Si bien la relación entre estas dos naciones se basa mayormente en cuestiones económicas, es posible detectar otros ámbitos donde la República Popular China viene articulando sus objetivos en varios “espacios vacíos”. No es un dato menor que se haya convertido en el segundo comprador de Argentina, dejando atrás a Estados Unidos y Europa, y solamente teniendo por delante a Brasil. De una manera discursiva, se caracteriza a esta vinculación bajo consignas como “desafíos y oportunidades”, “asociaciones estratégicas”, “cooperación sur-sur”, “de beneficio mutuo” y “complementariedad” que aparentan ser conceptos clave en la ideología de la potencia asiática o de las propias elites dirigentes argentinas que toman para sí ese argumento.

Es interesante detectar que tanto la información académica como periodística a nivel general suele reproducir la retórica china sin un debido análisis y rigurosidad del uso de los conceptos para caracterizar una relación. Abundan los análisis de especialistas argentinos, universidades, centros de investigación y de organismos internacionales que suelen, en su caracterización, proyectar el interés del sector primario-exportador/gobierno como mera relación transitiva.

En un informe del Grupo Techint (Nº 326, publicado en 2008) se remarcaba que solamente 20 firmas –Cargill como protagonista– explican casi el 90 por ciento de las ventas al gigante asiático, mientras que a nivel del comercio total de la Argentina ese porcentaje es 50. Otro actor involucrado en esta relación es el gobierno, que del total recaudado por el fisco en concepto de retenciones, el 20 por ciento surge de aquellos productos con destino a China.

Si es tal la concentración en pocas manos de lo que se exporta a China, si son principalmente productos con una muy escasa elaboración –propio de una relación comercial de un país del norte con otro del sur–, y por otra parte se registra una balanza comercial deficitaria con este socio, ¿por qué una mirada tan complaciente? ¿A qué se debe que no haya ópticas críticas sobre el tipo de relación que Argentina ha construido con China? ¿Cuál es realmente el tipo de vínculo que se continúa solidificando con esta nación asiática?

Las medidas antidumping que interpuso la Argentina a las importaciones chinas surgen como una respuesta contradictoria dentro de la misma relación que el gobierno nacional quiere mantener; y los grupos exportadores sojeros presionan “a favor del bien común argentino” para que se normalice el comercio. Aquí se evidencia la retórica que busca alterar la imagen de “amenaza china” y no ser percibido como un competidor o “no socio” estratégico que llevaría a fortalecer los aspectos conflictivos más que la cooperación. Así emerge la hegemonía china, mezcla de consenso y coerción, en su articulación con las elites locales argentinas, que comprenden los beneficios económicos de la relación con China y acepta no entrometerse en cuestiones internas como los derechos humanos o la cuestión de Taiwán. Las exportaciones de commodities a China y la recaudación del fisco son factores que ameritan el silencio sobre cuestiones que no redituarán materialmente al desarrollo económico de los exportadores sojeros y al gobierno

* Becario Conicet e investigador del Iihes-Idehesi.

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