cash

Domingo, 24 de agosto de 2003

Esa mujer

Por Claudio Zlotnik
y Alfredo Zaiat

Felisa Miceli ya sabe el lugar de la galería del banco donde se colgará el óleo de su retrato. Cada presidente del Banco Nación tiene el suyo, prolijamente ubicado en la casa central de la entidad. De los 49 ex presidentes sólo faltan dos cuadros: el del anterior, Horacio Pericoli, que aún no se terminó, y el de Aldo Dadone, que fue retirado tras el caso de corrupción IBM-Nación que lo tuvo como protagonista. Miceli es la presidente número 50 del Banco Nación y su retrato estará ubicado al lado del de Pericoli. Será el primero de una mujer. En un reportaje exclusivo con Cash, la funcionaria, una aliada del ministro Lavagna, se mostró contraria a que los bancos reciban más compensaciones. “Deberían hacer un aporte más”, dijo. También acusó a las administraciones anteriores que “no tuvieron voluntad” de cobrarles a los grandes grupos económicos. Y no descartó corrupción en algunos de esos casos polémicos de la década pasada. Miceli aspira a ser “una economista del campo nacional y popular”. Una definición atípica para un banquero.
¿Por qué no hay demanda de crédito?
–A principios de 2003, las tasas eran muy elevadas. Desde mitad de año, el Banco Central tomó medidas y aumentó el volumen disponible para prestar. Los costos empezaron a reducirse recién ahora. Y el Nación lideró esa oferta.
¿Van a seguir disminuyendo las tasas?
–Tienen que bajar más. No hay dudas. Nosotros acabamos de sacar líneas a costos muy accesibles. Y del resultado que obtengan dependerá mi conclusión de si el público y las empresas no aprovechan la oferta por una cuestión de costos o existe un problema de confianza.
¿Cómo evalúa a la banca extranjera en este proceso?
–Están en una situación de gran liquidez, y si no salen a prestar rápido van a tener pérdidas cuantiosas.
¿Cuánto dinero colocó el Nación sobre los 500 millones de pesos que ofreció en sus nuevas líneas de crédito?
–Unos 4600 créditos, casi todos personales e hipotecarios. Muy poca demanda de las empresas. Ya se otorgaron 100 millones. No es poco.
¿Usted tomaría un crédito a las tasas que está ofreciendo el Nación?
–Nunca hubo líneas tan baratas para las pymes, incluyendo la época de la convertibilidad. Esperemos que los temas que deben resolverse se solucionen para que, efectivamente, las empresas puedan endeudarse.
¿Cuáles son esos temas pendientes?
–La realidad es que aquellas compañías sujetas de crédito tienen liquidez. No necesitan endeudarse. Son los exportadores o del sector agropecuario. Están bien clasificados en las centrales de deudores y no tienen restricciones impositivas. Pero tampoco piden créditos porque poseen fondos propios o utilizan otros canales de financiamiento. El problema es que quienes reclaman créditos no clasifican para recibirlos. Tenemos que resolver esas barreras. En el Nación estamos elaborando una lista con las restricciones, incluidas las que impone el propio banco. Hay que dar respuestas a esas empresas o individuos dueños de buenos proyectos productivos o de un interesante flujo de fondos a futuro. Los bancos debemos adaptarnos a la nueva situación económica.
¿Qué objetivos planteó para su gestión?
–Como marca la Carta Orgánica, no habrá créditos superiores al millón de pesos. Queremos prestarles a las pymes, y trabajar en la banca minorista, con préstamos personales e hipotecarios. Y ofrecer los servicios derivados de atender a las empresas y a los individuos.
Usted mencionó repetidas veces que el Nación debía constituirse en una herramienta esencial de la política económica. ¿Qué significa?
–Es esencial porque el objetivo de plan económico es revertir la concentración en la distribución del ingreso. Si la entidad prestara a grandes compañías contribuiría a concentrar el crédito en los que yaretienen una cuota importante de mercado. Si, en cambio, habilitamos créditos a las pymes contribuiremos a diversificar la estructura productiva. Sería nuestro aporte al objetivo central del Gobierno.

Deudores
Una de las críticas de los banqueros radica en que el Nación no puede competir porque, históricamente, fue un banco político que, además, salió mal parado de la crisis.
–Hicimos un análisis comparativo con el resto del sistema financiero, y la realidad es que la situación del banco es similar al conjunto. Tiene pérdidas, igual que los demás. La diferencia es que la mora en el Nación es más alta debido al alto grado de concentración de los préstamos.
¿Esos impagos responden a cuestiones políticas? ¿De tomar al Nación como “socio bobo” de los grandes grupos empresarios?
–Hubo gestiones que abandonaron al banco. En general, no se tendió a cobrar los créditos.
¿Sucedía por desidia, acuerdos políticos o por corrupción?
–Por decisiones políticas. Algunas acertadas ya que las refinanciaciones respondieron a necesidades extremas, como en los casos de inundaciones. Pero en los grandes créditos hubo una falta de gestión de cobro. Faltó voluntad de cobrar. Ambas situaciones explican el deterioro de la cartera.
¿Se detectaron irregularidades?
–Hubo casos de grandes de deudores de tener expedientes o gestión de cobranzas cajoneados durante años.
En un banco oficial eso se traduce como corrupción...
–Puede ser que haya habido, pero no lo tengo comprobado. No obstante, en el directorio coincidimos en que, antes de revisar el pasado, debíamos trabajar para resolver esta realidad tan tremenda: plantearnos cómo regenerar el crédito o ayudar a los productores más pequeños.
Para poder prestar hay que cobrarles a los grandes deudores. En ese sentido, ¿cuál es la situación?
–No puedo ofrecer detalles, pero ya rescatamos más de 200 millones de pesos.

Banqueros
¿Es necesaria la compensación a los bancos?
–¿Cómo me desahucio entre economista y bienquería para responder? (risas). Como economista creo que tras la crisis financiera sobrevino un reparto de pérdidas entre los distintos sectores económicos, incluida la gente. Todos perdimos patrimonio y poder adquisitivo. El sector financiero también debe hacer el esfuerzo. Los bancos tuvieron compensaciones importantes que pagamos todos con los impuestos. No digo que haya sido suficiente porque las pérdidas fueron muy importantes, pero en el conjunto de reparto de pérdidas entiendo que el sector financiero estuvo bien atendido.
¿Los bancos tendrían que aportar más?
–Todos los bancos, incluido el Nación, tienen una gran deuda con el conjunto de la economía. Hay reglas de juego que se fijaron en los años ‘90 que fueron propicias para el sector financiero. Se dio una transferencia de ingresos del resto hacia los bancos, lo que les permitió una rentabilidad muy buena. Ahora deben acostumbrarse a funcionar con otros tipos de negocios y otras rentabilidades. Nadie me vio haciendo peticiones para que se aprueben las compensaciones, y eso no es casual. Es toda una definición. Claro que si existe compensación para todos, que no se discrimine al Nación.
¿Cuán fuerte es el poder de lobby de los banqueros?
–El año pasado fue muy fuerte. Pero es correcto que cada sector puje por sus intereses. Lo anormal es que haya funcionarios públicos que defiendan intereses sectoriales que afecten el bien común. Eso sí está mal.
¿Qué opina de los banqueros que están proponiendo nuevos negocios con el Estado porque esa es una inversión segura, como por ejemplo la bancarización de los planes Jefas y Jefes?
–Los banqueros se tienen que reacomodar. No es justo que el Estado vuelva a generarles negocios. Me parece una barbaridad que quieran lucrar con los planes solidarios.
A ver, puede contestar como aprendiz de psicóloga, bienquería o economistas ¿Cómo explica que después de todo lo que pasó la gente volvió a hacer depósitos?
–Es difícil de explicar y muy propio de la Argentina.
–La gente está loca.
–(se ríe haciendo un gesto que ella no puede decir eso) En crisis financieras de otros países tardó muchísimo hasta que crecieron los depósitos y se regeneró el crédito. Acá, los depósitos se recuperaron rápido pero se está retrasando la vuelta del crédito. La evolución positiva de los depósitos fue porque la crisis no se resolvió de la peor manera: un bono compulsivo para los atrapados en el corralito hubiese sido nefasto y más destructivo de la confianza. También influyó que la rentabilidad de los depósitos resulta superior a la de otros activos financieros.

FMI
¿La negociación con el Fondo Monetario involucra al Banco Nación?
–Se limita a cumplir con la consultoría externa. Y sus resultados no son vinculantes.
¿Está de acuerdo con esa contratación?
–La consultora ya está funcionando. Solicité la introducción de varias modificaciones. Ya que van a auditarnos, que sirva para resolver algunos de nuestros problemas de gestión.
¿Es necesaria una auditoría externa?
–En el banco existe suficiente capacidad y personal para poder resolverlo. Tengo pocas expectativas sobre sus eventuales aportes.
¿Es un avance de convencimiento a los técnicos del FMI el hecho de que el Nación no se privatice?
–La privatización podía ser una opción, nunca una obligación. La oferta pública del 10 por ciento apareció como una alternativa, pero no forma parte de un compromiso para rubricar el acuerdo.
¿Qué pasó con la informatización del Nación luego del affaire con IBM?
–Hay un nuevo plan informático que desarrolló la propia institución, con el auxilio de otras firmas, que acaba de implementarse en la casa central. El proyecto se denomina PIBNA (Proyecto Informático Banco Nación Argentina).
¿Qué pasó con los cargos políticos en las líneas gerenciales?
–Hubo un recambio en los directorios de las empresas vinculadas. Y rescindimos contratos de asesores de anteriores administraciones. Así ahorramos 250.000 pesos por mes.
Muchas cosas se habrá imaginado de lo que iba a ser cuando sea grande. ¿Se imaginó bienquería?
–Jamás. Es un karma para mí: en la facultad era buena en todas las materias menos en “Política Monetaria” y “Banco, Crédito y Moneda”, las detestaba.
Entonces, ¿a qué aspira ser cuando sea grande?
–A ser una economista que haga cosas por su país. Una economista del campo nacional y popular.

Compartir: 

Twitter

Felisa Miceli, presidenta del Banco Nación.

Nación / Banco

“Hubo gestiones que abandonaron al banco. En general, no se tendió a cobrar los créditos.”

Hubo casos de grandes deudores de tener expedientes o gestión de cobranzas cajoneados durante años.

“Si no pagan, vamos a liquidar las garantías de los grandes deudores.”

“El objetivo de plan económico es revertir la concentración en la distribución del ingreso.”

“Nunca hubo líneas tan baratas para las pymes, incluyendo la época de la convertibilidad.”

“Estoy en contra de la redolarización.”

“Quienes invirtieron en propiedades vieron reducir sus activos, medidos en dólares, ¿por qué diferenciarlos de quienes ahorraron en plazos fijos en los bancos?”

“El impuesto más distorsivo es el IVA en el 21 por ciento. La lógica sería bajar primero el IVA y luego fijarse en los demás impuestos”.

 
CASH
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.