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Domingo, 4 de enero de 2004

INTERNACIONALES › DETRAS DE LA CAIDA DEL GIGANTE ITALIANO PARMALAT

Un Enron democristiano

Las revelaciones sobre la quiebra fraudulenta de la compañía italiana se suceden todos los días, a velocidad vertiginosa y con detalles cada vez más escabrosos. Pero tras el escándalo está la crisis de todo un modelo empresario.

 Por Claudio Uriarte

En principio, es tentador comparar el fraudulento derrumbe de Parmalat, el gigante italiano de la alimentación, a finales de 2003, con el colapso en condiciones parecidas del gigante norteamericano de servicios energéticos Enron, que para reforzar la simetría ocurrió a finales de 2001, y que gatilló una seguidilla de quiebras en auditorías como Arthur Andersem y empresas puntodoc como WorldCom. Después de todo, en ambos casos se trata de firmas sobreexpandidas, que tomaron demasiados créditos y que luego recurrieron a la “contabilidad creativa” –es decir, a la falsificación de balances– para tapar el agujero a la espera de que el temporal amainara. Pero en un sentido, Enron y Parmalat no podrían ser más antitéticos, ya que el primer caso ilustra una enfermedad del capitalismo moderno desregulado y el segundo la crisis y descomposición de un tipo de empresa fundamentalmente anacrónica y personalista, basada en lealtades familiares y no demasiado alejada de los ideales de Don Corleone.
Para explicar la catástrofe de Parmalat, cuyo dueño Calisto Tanzi languidece en prisión orando y llorando y que ha dejado un muerto de entre 10.000 y 13.000 millones de euros, no estará de más recordar a la hoy extinta Democracia Cristiana italiana. Bajo el ordenamiento político de la Italia de posguerra, que se prolongó desde 1945 hasta 1990, la DC era la formación política de más votos de un virtual “pentapartido” cuyo principio dominante era la exclusión del poder del poderoso Partido Comunista de entonces. Pero la ideología de la DC no se limitaba a la exclusión del comunismo, sino que ponía un fuerte énfasis, en sintonía con el Vaticano, en un principio contradictorio con la lógica del capitalismo moderno: la preservación y el reforzamiento de la familia. La DC no sólo hizo posible sino que impulsó y protegió decididamente el principio del pequeño negocio familiar, que permite esos encantadores almacenes que adornan y perfuman las calles italianas y para cuya concesión hacen falta esfuerzo, dinero e influencias. Ocho de cada 10 compañías italianas que emplean menos de 50 trabajadores son empresas familiares, así como más de la mitad de las compañías que emplean más que esa cantidad.
Pero ese principio fue más allá de la pequeña empresa, y se extendió a la grande. El capitalismo italiano es un capitalismo de familias: están los Agnelli de Fiat, los Benetton y Prada de las firmas homónimas, los Marloni... y los Tanzi de Parmalat. Una de las explicaciones que ha dado Tanzi a sus interrogadores en la cárcel de Milán por su conducta es el peligro de quiebra de Parmatour, una compañía de viajes de su familia, dirigida por una de las hijas del reo, Florencia, para cuyo rescate él ha admitido que desvió 500 millones de euros de Parmalat entre los últimos siete y ocho años. Los problemas de la compañía parecen arrastrarse desde hace mucho, y lo que colmó el vaso fue el mero vencimiento de unos bonos por 150 millones de euros para los cuales las cuentas falsas de Tanzi en Islas Caimán y en el Bank of America no resultaron un paliativo.
En esencia, el problema parece derivarse del momento en que una compañía se vuelve demasiado grande para ser manejada por una familia y debe elegir entre ceder parte del control a otro grupo o renunciar al financiamiento externo. Tanzi, el gran católico operómano y benefactor de Parma, quiso quedarse con el mejor de los dos mundos, para desembocar sin esperarlo en el anacronismo de un Enron democristiano.

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Michelle Ributti, un abogado de Calisto Tanzi, que la familia Corleone podría envidiar.

El mundo

Aumento. El gobierno uruguayo dispuso el viernes un aumento promedio de 7 por ciento en el precio de los combustibles. La empresa estatal Ancap, que tiene el monopolio de la importación y refinación de los derivados del petróleo, aprobó el incremento en una reunión de su Directorio. El litro de la nafta común pasará a costar 83 centavos de dólar y el de especial 91 centavos.

Baja. Los precios de los combustibles en Chile se mantendrían en enero o incluso podrían como consecuencia de la vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Así lo informó la estatal Empresa Nacional del Petróleo (Enap), que abastece a los distribuidores. Los valores de venta de los productores estadounidense del Golfo de México, que sirven de referencia a Chile, sufrieron alzas en los últimas días, pero Enap no aplicará un ajuste similar, para mantener su competividad frente a eventuales importadores privados que busquen beneficiarse del TLC.

 
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