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Domingo, 20 de agosto de 2006

INTERNACIONALES › BENEFICIOS HISTORICOS DE BANCOS EN BRASIL

Mais grande do mundo

Las fabulosas ganancias de los bancos en el primer semestre son motivo de debate político como parte de la campaña para las elecciones de octubre.

 Por Yana Marull

Los principales bancos brasileños tuvieron ganancias históricas en el primer semestre de 2006, una dinámica que se constata en los últimos años y que ha dado lugar ahora al cuestionamiento del propio gobierno de izquierda sobre el alto costo del crédito. En el primer semestre del año, el líder de la banca brasileña, Banco do Brasil, de control público, prácticamente duplicó sus beneficios (96 por ciento): 1795 millones de dólares. El primero de los privados, Bradesco, registró ganancias por 1447 millones de dólares (19,5 por ciento, el quinto mejor resultado de una compañía de capital abierto en América latina, según la consultora Economática) y le siguió el Itaú, con 1367 millones de dólares.

Según el Instituto de Enseñanza e Investigación en Administración (Inepan), desde el inicio del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en 2003, el beneficio de los cinco principales bancos (Banco do Brasil, Bradesco, Itaú, Unibanco y Santander Banespa) aumentó en promedio 132,5 por ciento, sumando los primeros semestres de cada año. Los lucros de Bradesco y Banco do Brasil superaron 200 por ciento en ese período.

Los beneficios fueron impulsados por un crecimiento del crédito sobre los ingresos de tesorería (títulos y valores), tradicionalmente más cuantiosos, explicó Edson Carminatti, analista financiero del Inepan. El problema, según el especialista, es que, a pesar de ese crecimiento, el volumen de crédito en Brasil (que representa menos de 34 por ciento del PIB) es todavía pequeño para garantizar escala y animar a los bancos a aventurar una reducción de las tasas de intermediación (el spread, o diferencial entre el costo de captación y el interés que aplican a sus clientes).

“El spread en Brasil está entre el más elevado del mundo (...). La prueba más cabal de que hay espacio para que se reduzca el spread es que los lucros están aumentando”, declaró el ministro de Finanzas, Guido Mantega, al diario Gazeta Mercantil, un mensaje que ha repetido en sus más recientes entrevistas. El Banco Central se ha esforzado en reducir la tasa de interés de referencia, actualmente en 14,75 por ciento al año (considerada entre las más altas del mundo). Pero la tasa media que los bancos cobran a consumidores es de 55,7 por ciento anual y 28,8 por ciento a empresas, según el Inepan. Hay tasas muy superiores a 100 por ciento.

“La escasez de crédito barato es un problema crónico del sistema financiero brasileño, con consecuencias adversas para el crecimiento y la distribución de renta”, reconoce el economista jefe de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban), Roberto Troster.

Los bancos se justifican asegurando que cargan con los altos costos de un sistema judicial poco ágil contra la insolvencia, la obligación de mantener en el Banco Central 45 por ciento de los depósitos en dinero y numerosos impuestos. “Los intereses a los consumidores y empresas caerán después de una flexibilización de los depósitos obligatorios”, afirmó el presidente de la Febraban, Marcio Artur Laurelli Cypriano, en nota pública en la que reclamó una reducción de impuestos. El ministro no se ha mostrado favorable al pedido.

El tema llegó a la campaña para las elecciones de octubre, en la que no hay candidato que no reclame la reducción de los intereses, incluidos el presidente Lula, favorito a la reelección, y su principal rival, el socialdemócrata Geraldo Alckmin, aunque ninguno propone medidas radicales. Quien sí lo ha hecho es la tercera candidata en disputa, la socialista Heloisa Helena, quien propone bajar de inmediato la tasa básica de interés y advirtió que si llega a la presidencia quienes tendrán algo que perder serán los banqueros. El pulso del gobierno para arrancarle una reducción del spread al sector bancario comenzó a las puertas de las presidenciales de 2002, después de que Lula, acompañado de su entonces asesor económico Mantega, se acercara a los sectores económicos prometiéndoles dejar de lado su pasado radical.

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En el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva los bancos ganaron como nunca.
Imagen: AFP

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