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Domingo, 9 de octubre de 2005

AGRO › AGRO

¿Cuánto pagar de regalías por las semillas?

Conflicto entre el campo y las multinacionales biotecnologicas

 Por Susana Díaz

La especialización sojera de la economía local se apresta a dar un nuevo paso. De acuerdo con estimaciones de la Bolsa de Cereales, para la campaña 2005/2006 se espera que el área sembrada se expanda en al menos un millón de hectáreas hasta alcanzar los 15,6 millones, un 6,3 por ciento adicional en relación con la campaña anterior, que ya había sido record. La previsión agudizó los conflictos en el interior de la cadena por el reparto de la renta entre sus principales actores. Las semilleras, que se sienten tributarias del boom, redoblaron sus esfuerzos para cobrar más en concepto de regalías tecnológicas, las que corresponden a los obtenedores de transformaciones y mejoramientos genéticos. Vale recordar que, en el caso de la soja, el 97 por ciento del total sembrado es de origen transgénico. A sabiendas de que en algún momento el Gobierno planea una solución para aquietar la disputa, los empresarios del campo también avanzan con las contraofertas.

Mientras tanto el titular de la Secretaría de Agricultura, Miguel Campos, viajó a Bruselas, donde intentará contrarrestar las demandas que la multinacional estadounidense Monsanto presentó en Europa para cobrar las regalías en los puertos de destino. Los empresarios del agro, que en principio desdeñaron las presentaciones de Monsanto en la UE, creen ahora que estas demandas, aunque resulten al final del camino favorables a los productores locales, pueden afectar el mercado en el corto y mediano plazo. Según pudo saber Cash, Campos intentará convencer a los europeos de que cuando llega el momento de la comercialización en Europa, las licencias ya están “agotadas”, es decir: el pago de la regalía solo sería válido para la etapa de cultivo. Los antecedentes en la materia no son buenos, una defensa similar fue ensayada por Brasil en Rotterdam tres años atrás y resultó rechazada.

En el país, los productores de semillas y los empresarios del campo iniciaron un cruce de comunicados con diversidad de propuestas y las acusaciones de siempre. Para la Asociación de Semilleros Argentinos, aquí “no se respeta la propiedad intelectual”. Más allá del debate, lo cierto es que del ciento por cien de la producción, solo el 20 por ciento proviene de semillas certificadas, mientras que el 80 restante es el llamado “uso propio” y las “bolsas blancas” (semillas ilegales), sin que los datos estadísticos permitan diferenciar cuánto corresponde a cada uno de estos dos rubros.

Se denomina “uso propio” a la resiembra de una parte de la producción para la nueva cosecha. Bajo ciertas condiciones, el uso propio gratuito está resguardado por la ley de semillas, especialmente para los pequeños productores. La nueva posición que Agricultura comparte con las semilleras es la necesidad de establecer un “uso propio oneroso”, consistente en que solo se pueda reutilizar sin repagar la cuota por tecnología una cantidad igual a la comprada originalmente y, consecuentemente, pagando por el excedente. Como puede presuponerse, esto implica una estructura de fiscalización y trabajo de campo que en la actualidad no existe y debe ser creada, lo que, según los empresarios del campo, podría provocar que el dinero pagado por regalías se destine mayoritariamente a la financiación de estructuras burocráticas. Desde el Estado, en cambio, creen que la estructura no solo servirá para conseguir que se respeten las regalías cuando correspondan, sino especialmente para combatir la gran evasión impositiva del sector.

El objetivo de darle carácter oneroso al uso propio excedente es que los obtenedores sean mejor remunerados por sus creaciones, una cuestión que nadie discute. Lo que sí se debate es por cuánto tiempo hacerlo y en qué momento. Según explicó a Cash Daniel Asseff, economista de Coninagro, una de las entidades que esta semana participó de la guerra de comunicados, la entidad considera “justo” pagar regalías por 6 años en el caso de las variedades de soja y por 8 años en los cereales. De esta manera, sostuvo, se incentiva al obtenedor a conseguir variedades nuevas y se evita, a la vez, la “renta por las más antiguas y ya amortizadas”. El otro punto en debate es en qué momento pagar la regalía por el uso propio. Mientras algunos consideran que el momento ideal es el de la siembra, Coninagro propuso un sistema mixto a elección del productor: o en la siembra o en al momento de la venta. Existe un solo punto en el que todas las partes están de acuerdo: los pequeños productores quedarían eximidos de cualquier pago por uso propio.

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