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Domingo, 21 de octubre de 2007

AGRO › DESARROLLO DE LA PRODUCCION ORGANICA

Oportunidad para agregar valor

Ese tipo de producción es una tendencia mundial, que permite desde Argentina superar las tradicionales barreras paraarancelarias de los mercados de destino.

 Por Claudio Scaletta

La producción orgánica o biológica es aquella que no utiliza en su proceso productos tóxicos o de síntesis química. Para muchos de sus cultores consiste en “una forma de vida” y una “actitud frente al mundo y la naturaleza”. Visto desde la economía, en cambio, se trata de una tendencia mundial, de una oportunidad para desarrollar una producción con mayor valor agregado y precio, con mayor demanda de mano de obra y, en general, no sujeta a las tradicionales barreras paraarancelarias de los mercados de destino.

Este último punto no es menor. En septiembre pasado, el Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo votó por la baja en el Límite Máximo de Residuos y por el endurecimiento de criterios para autorizar sustancias activas ya existentes. La votación en primera instancia del comité parlamentario fue sobre algunos informes que revisten gran trascendencia para el agro: la directiva de la Comisión Europea de la Estrategia Temática para el Uso Sostenible de los Pesticidas y el Reglamento para la Comercialización de Productos Fitosanitarios, en particular la enmienda Nº 34 que establece una reducción acerca del uso de plaguicidas del 25 por ciento para los próximos cinco años y del 50 por ciento en los diez años siguientes.

Aunque estos datos no estén en la tapa de los diarios, se trata de una información de enorme trascendencia para países cuya canasta de exportaciones es abundante en productos agropecuarios o de base agropecuaria. Quedarse en la lectura de que la medida es una barrera paraarancelaria –lo que en muchas circunstancias suele ser cierto– puede ser un error. El mundo, y en este sentido los países con más desarrollo y conciencia ambiental marcan la tendencia, marcha hacia producciones más limpias y sustentables, lo que finalmente es una necesidad planetaria. La tendencia también se manifiesta fronteras adentro. Mientras según el Senasa en 1996 se cosechaba orgánico en 18.400 hectáreas, en 2006 esta superficie se triplicó hasta alcanzar las 56.300 hectáreas. Estas cifras excluyen la ganadería. Visto desde la pampa húmeda quizá parezca poco, pero no debe olvidarse que, en general, se trata de explotaciones agrícolas intensivas.

Visto desde la Argentina, la tendencia mundial es también una oportunidad. Buena parte del territorio nacional, por ejemplo, “padece” climas secos. En estos climas son mucho menos necesarios los fungicidas. Para la olivicultura, la viticultura y la fruticultura, por ejemplo, se trata de “ventajas comparativas” en relación con la producción de muchos países, entre ellos los europeos. Cuando se mira el mapa de la producción orgánica en el país se encuentra que la mayor superficie certificada como apta para este tipo de producción se halla en la Patagonia, un territorio naturalmente apto para estas producciones.

A las ventajas otorgadas por la naturaleza se agregan otras vinculadas con los procesos productivos. Los productos orgánicos tienen mayor precio en los mercados de destino, entre otras razones porque tienen un mayor valor agregado, demandan más mano de obra y tareas culturales más artesanales y especializadas. Estas características determinan que los orgánicos sean alternativa viable para productores pequeños amenazados de sucumbir frente al avance natural de las economías de escala en la producción tradicional.

Sin embargo, esta potencialidad enfrenta hoy una limitación. En el caso de frutas y hortalizas el grueso de la producción local se exporta, el mercado interno es casi inexistente. Su desarrollo es precisamente uno de los desafíos que esta semana se plantearon los productores de orgánicos en un encuentro realizado en Buenos Aires, del que participaron las autoridades de la Secretaría de Agricultura.

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En 1996 se cosechaba orgánico en 18.400 hectáreas, en 2006 esa superficie se triplicó hasta alcanzar las 56.300 hectáreas.
Imagen: Ana D’Angelo

Agro

En una semana corta por el feriado del lunes, y afectada por paros del personal de Senasa, la oferta de hacienda en Liniers apenas superó las 25 mil cabezas, más de un 15 por ciento inferior a la de la semana anterior.

La exportación de vinos y mostos superó en julio los 53,6 millones de dólares, con un crecimiento de 41,2 por ciento con respecto al mismo mes del año anterior.

El Tercer Plenario Nacional del Foro Nacional de Agricultura Familiar sesionará entre lunes y martes próximos en Parque Norte, con la presencia de 2000 delegados representantes de campesinos, chacareros y comunidades indígenas.

 
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