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Domingo, 3 de noviembre de 2002

AGRO

Con el saco lleno

Se incrementa la sobreexplotación del suelo

Por Susana Díaz

Las opciones clásicas de siembra en el núcleo más productivo de la pampa húmeda son tres: maíz, soja y la combinación trigo primero y soja de segunda después, con un rendimiento por hectárea menor. Cuando a comienzos de la campaña actual los productores agropecuarios debieron tomar la decisión de qué sembrar, el contexto era la fuerte devaluación y la desaparición del crédito. El costo de producción hasta la cosecha de una hectárea de maíz había pasado de 202 pesos en 2001 a 654 en 2002. En el caso de la soja los valores pasaron de 90 a 280 pesos. En ambos casos, la información sobre la evolución de los precios internacionales era sólo especulativa.
Frente a la restricción del crédito y el impacto de los nuevos números, los productores optaron mayoritariamente por invertir 28.000 pesos por cada 100 hectáreas y no casi 66 mil, así como por evitar la opción de la doble labor trigo-soja. El resultado fue la profundización del desequilibrio entre oleaginosas y cereales que desde hace un lustro viene registrándose en el campo argentino.
De acuerdo con relevamientos realizados en el núcleo pampeano más productivo (noroeste de Buenos Aires, sur de Santa Fe y este de Córdoba), la soja ocupará en la campaña 2002-2003 más del 50 por ciento del área sembrada, 20 por ciento de maíz y el resto trigo-soja. Técnicos del INTA dijeron a Cash que un mantenimiento óptimo de la productividad de los suelos demanda la alternancia equilibrada de las tres opciones de cultivos. A esto se agrega que para la soja prácticamente no se utilizan fertilizantes, lo que incrementa la sobreexplotación del suelo.
No obstante, la opción de una mayor economía inicial terminará generando menores ganancias. Miguel Peretti, coordinador del área de Economía Agrícola del INTA Marcos Juárez, dijo a este suplemento que la productividad media por hectárea en el núcleo pampeano será de 1232 pesos para el maíz (80 quintales por hectárea) y de 993 pesos para la soja (30 quintales por hectárea). Si se comparan estos ingresos con los obtenidos el año pasado, continuó Peretti, la mejora para el maíz en pesos fue del 402 por ciento y para la soja de 254 por ciento. El trigo, en tanto, muestra una suba record en el margen de ganancia del 450 por ciento. Como referencia, el dólar subió el 260 por ciento y el aumento promedio de los costos de producción fue del 190 por ciento.

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