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Domingo, 30 de diciembre de 2007

E-CASH DE LECTORES

Opción

Hace algunos días tuve ocasión de leer un artículo de Alfredo Zaiat relacionado con la opción que se les ofrece a los trabajadores de volver a confiar su futura jubilación a la administración del Estado nacional. Me pareció interesante y sensato que al menos una voz se levante a favor de asegurar que aquellos que trabajamos durante años, recibamos una justa y segura retribución al final de un camino nunca totalmente fácil. De lo que lamentablemente no se habla es de todos aquellos que caímos sin quererlo en manos de las AFJP, ya sea por un mal asesoramiento o información inadecuada, y como indecisos quedamos atrapados en un sistema perverso si lo hay, y que no podemos regresar al amparo estatal. Esto implica que, en muchísimos casos, quienes por diversas razones no hemos podido capitalizar más que tres o cuatro mil pesos durante los últimos diez años de actividad laboral, estemos percibiendo jubilaciones casi mínimas, que nos mantienen al borde de la llamada “línea de pobreza”, a pesar de haber aportado durante muchos años (en mi caso fueron 25 años como bancario) puntualmente a las respectivas cajas. Las AFJP siempre tienen la excusa justa para explicar lo inexplicable de una ley por demás injusta, toda vez que tira por la borda muchos años de esfuerzo. En mi caso particular, y por haberme visto obligado a renunciar a mi cargo en el Banco Hipotecario Nacional en épocas del proceso militar dados mis antecedentes sindicales, desde el año 1983 en adelante, y sobre todo en los últimos diez años de vida laboral, no tuve remuneraciones por las que me aportaran las sumas necesarias para una importante capitalización. Sobre todo después de haber cumplido los cincuenta y cinco años, donde si quería tener trabajo, debía aceptar condiciones en “negro” y con aportes mínimos. Atento esta situación, le envié una carta al director de Anses pidiéndole reconsiderar la situación de quienes como yo vemos menguados nuestro haber jubilatorio, y que lo estará aún más al agotarse el mínimo capital que logramos reunir. La respuesta que me enviaron es que sería tratado por la autoridad local de Anses, pero no aportaban ninguna solución concreta. Es por ello que apelo a su buena voluntad para investigar acerca de este tema, y tal vez poder elaborar algún artículo dirigido a atender, y poner en conocimiento público la situación de muchos jubilados perjudicados por esta ley mal llamada de “solidaridad previsional”, que de solidaria, precisamente, no tiene absolutamente nada. Agradeciéndole la atención que pueda prestar a la presente, aprovecho para saludarle y a la vez desearle las mayores bendiciones para esta Navidad y el Año Nuevo.

Alberto Oscar Lozada
San Martín 4295 - Melipal
San Carlos de Bariloche
[email protected]

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