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Domingo, 16 de mayo de 2010

OPINIóN › EL IMPACTO SOCIAL DE LA ASIGNACIóN UNIVERSAL POR HIJO

La falta de espacio en las escuelas... un lindo

 Por Horacio Eduardo Costantini *

Muchos medios y sectores interesados están criticando la falta de espacios (bancos y turnos) en las escuelas públicas a partir del ciclo lectivo 2010, pero ninguno ha analizado qué es lo que ha causado esta desmedida demanda de mayor escolaridad. Recientemente, el Ministerio de Educación ha informado que a nivel de todo el país, en el ciclo lectivo 2010, ha aumentado la demanda de escolaridad tanto primaria como secundaria en las escuelas públicas en un 25 por ciento, y que este fenómeno en casi un 90 por ciento se explica por los chicos y adolescentes que quieren reinsertarse en la educación motivados por sus padres indigentes, sin empleo o con un empleo no formal.

La Asignación Universal por Hijo, de hasta 18 años, permite a los padres de esos chicos cobrar por cada uno de ellos 144 pesos por mes, pero tienen que probar con certificados que cumplieron con el plan de vacunación obligatorio (los menores de 4 años) y a partir de los 5 años además concurrir a la escuela primaria o secundaria. Al probar esto último cobran 36 pesos mensuales por los 12 meses del año. Además (y esto poco se sabe, salvo quienes solicitaron el beneficio) si a finales del año lectivo 2010 no cumplieron con la vacunación obligatoria (los menores de 4 años) o haber concurrido regularmente a la escuela (los de más de 5 años hasta 18), no solo no cobrarán ese plus, sino que tampoco seguirán cobrando al año siguiente los 144 pesos mensuales de la asignación universal.

Seguramente los docentes tendrán que esforzarse un poco más al tener cursos más numerosos, hasta que se adopten los medios para corregir “este lindo problema”.

Los mismos medios y sectores interesados han criticado sistemáticamente a este Gobierno con la simplificación de la “demagogia”, del “clientelismo”, de querer “embrutecer” o favorecer al analfabetismo de la población para (según ellos) cautivar su voto. Por eso han ocultado intencionada y maliciosamente los beneficios de la Asignación Universal por Hijo, a la vez que, desinformando, han dicho de ella que es una herramienta más de la demagogia.

¿En qué quedamos? ¿Queremos que el Estado promueva la educación, la reinserción de los que habían desertado de la escuela, o no? ¿Queremos que el Estado incentive el consumo de las capas de población desempleada o con empleos precarios, y cortar la cadena de la escasa alfabetización de los sectores excluidos, o no? Es hora de que cada uno saque sus propias conclusiones

* Contador. Instituto Regional de Estudios Nacionales, Concepción del Uruguay, Entre Ríos. www.irenacdelu.blogspot.com

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