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Domingo, 27 de noviembre de 2011

ENTREVISTA

“Producimos...”

 Por Sebastián Premici

El presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Carlos Casamiquela, analizó en una entrevista con Cash la rentabilidad del sector agropecuario, los desafíos del Plan Estratégico Agropecuario, el proceso de sojización y la aplicación de la ley que pretende regular la tenencia de la tierra en manos extranjeras. También destacó la recuperación del sector ganadero.

El sector agropecuario logró una alta rentabilidad en los últimos tres años. ¿Cree que hoy podría aceptarse un proyecto que contemplara la famosa Resolución 125?

–Creo que hubiera sido inteligente adoptar el modelo que planteaba la Resolución 125 pero obviamente las circunstancias políticas de aquellos años eran diferentes a las de ahora. De todas maneras, hay que decir que el crecimiento del sector se venía dando desde antes del conflicto. La puja con las entidades fue por una mirada política, encarnada en el tema de las retenciones.

¿El conflicto no fue económico?

–No. Por eso creo que la aparición de (Julián) Domínguez, ministro de Agricultura, como negociador político, y la creación del ministerio, jerarquizó el debate. A partir de ese momento surgió una serie de ideas fuerza, como el Plan Estratégico Agropecuario (PEA), se pudo poner la mirada hacia el futuro en donde claramente surgió un discurso diferenciado de aquel convulsionado 2008. Ese proceso finalizó con la visita que hiciera la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a la sede de Coninagro.

¿Las retenciones dejaron de ser un impedimento para el sector, tal como se argumentaba desde la Mesa de Enlace?

–La Argentina siguió aumentando su producción alcanzando los 100 millones de toneladas. Ahora se proyecta en 110 millones, se expandió la superficie sembrada y se incorporó tecnología, con retenciones y un conflicto latente hasta hace poco. El sector nunca dejó de moverse. Dicho esto, también debo remarcar que las retenciones siempre serán una cuestión perturbadora para los productores, casi como una cuestión de principios. Las retenciones tienen una posición política e ideológica que no es contemplada por algunos dirigentes del sector.

¿Qué función tienen las retenciones?

–Es difícil ser exitoso en un país si no se crece en conjunto. Los derechos de exportación generan recursos que van a las arcas del Estado para formular políticas públicas en beneficio del conjunto de la sociedad, y no de un sector en particular. Todos tienen que aportar para que la Argentina crezca. En este contexto, hay que comprender la fortaleza relativa de nuestro país, donde producimos alimentos para 400 millones de personas, cuando solamente somos 40 millones de habitantes. Somos un país netamente productor de alimentos para el mundo.

En este sentido, el discurso del ministro Domínguez es otorgarles mayor participación en el comercio a las cooperativas. ¿Cómo se logrará este objetivo?

–Estoy convencido de que vamos a potenciar aquellas líneas de trabajo que tengan como eje la asociatividad. Podrá ser a través de las cooperativas, o a partir de sociedades de hecho de los propios productores para proyectos puntuales.

¿Puede disponerse por ley una mayor participación de las cooperativas o empresas asociadas en el comercio exterior de granos?

–La forma en que se encarará el proceso corresponderá a una decisión política. Pero estoy convencido de que debemos tener modelos de asociatividad que superen al cooperativismo. En el país desaparecieron muchas cooperativas. Ahora se recreó la figura, pero desde el INTA tenemos un visión más amplia. La clave es asociarse como condición para iniciar un proceso de desarrollo agropecuario para pequeños y medianos productores.

¿Cree que debe implementarse un nuevo sistema de comercialización de granos para que pequeños productores puedan capturar una renta mayor?

–El tema de la comercialización es central no sólo para la economía pampeana, sino para todos los sectores del campo, sobre todo las economías regionales. Todos los proyectos de desarrollo productivo de volumen terminan con alguna crisis en el sistema de comercialización. Generalmente, los productores no logran ser partícipes de una cadena más integrada y se pierden de captar renta a partir de la generación de valor agregado. Por eso queremos impulsar la generación de valor en las diferentes producciones.

Uno de los conflictos puntuales se da en el caso del trigo, donde son seis multinacionales las que terminan de fijar el precio para los productores.

–El tema central es si somos capaces de exportar harina en vez de granos o si podemos agregar valor e impulsar el desarrollo de una agroindustria. Quién lo hace, es secundario. La desmonopolización del sector es algo complejo, este proceso debe acompañarse con la organización de los productores, quienes deben hacerse cargo de la parte que les toca.

El proceso de sojización y del corrimiento de la frontera agropecuaria genera desequilibrios. Sin embargo, las retenciones a este cultivo benefician al fisco. ¿Cree que en algún momento se reorientará este proceso?

–En realidad es un negocio compartido, tanto para el fisco como para los productores. La única preocupación que tenemos desde el INTA tiene que ver con la necesidad de establecer un seguimiento y monitoreo de lo que está ocurriendo con el ambiente, el cuidado del suelo, el uso del agua. En este sentido, consideramos que hay que tener cuidado con algunos procesos de reordenamiento territorial, un cuidado específico en aquellos lugares donde los ecosistemas son más frágiles, como los montes, selvas, bosques. Tenemos que compatibilizar la producción agropecuaria con la conservación de los recursos naturales, sin tener una mirada restrictiva.

En los lineamientos del Plan Estratégico Agroalimentario, ¿está contemplada una menor sojización?

–En el PEA se trabajó con techos productivos, queremos incrementar la producción en un 60 por ciento en los próximos diez años y crecer en trigo, sorgo, maíz, en detrimento de la soja. La oleaginosa representará la mitad de las toneladas cosechadas pero en proporción crecerán más los otros cultivos. Apostamos a generar un proceso más sustentable, con la rotación constante de los cultivos, un mejor manejo de los suelos. Hay que fijar un crecimiento medido de las hectáreas cultivadas para evitar los grandes desmontes. Siempre se puede crecer por un incremento de la superficie o por una mayor productividad. En el PEA apostamos a un punto de equilibrio.

¿Qué opina del proyecto de ley que busca regular la tenencia de la tierra en manos de extranjeros? ¿Cree que es un primer paso para un reordenamiento territorial?

–Detrás de la ley hay un principio importante, que es la recuperación, en términos políticos, de la Argentina. Existen muchos países que tienen regulada la tenencia de la tierra, Estados Unidos sin ir más lejos. El proyecto de ley posiciona a la Argentina como una de las naciones que comienzan a adentrarse en la lucha por el suelo y el agua. No quedan muchos de estos recursos para producir alimentos, sólo en Africa y América latina hay abundancia de recursos naturales. Claramente, Brasil y Argentina ofrecen la mayor potencialidad

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Casamiquela: “El tema de la comercialización es central para los productores”.
Imagen: Daniel Dabove
SUBNOTAS

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-“Hubiera sido inteligente adoptar la Resolución 125 pero obviamente las circunstancias políticas de aquellos años eran diferentes a las de ahora.”

-“La Argentina alcanzó los 100 millones de toneladas. Ahora se proyecta en 110 millones, se expandió la superficie sembrada y se incorporó tecnología.”

-“Somos un país netamente productor de alimentos para el mundo.”

-“El tema central es si somos capaces de exportar harina en vez de granos o si podemos agregar valor e impulsar el desarrollo de una agroindustria.”

-“Queremos incrementar la producción en un 60 por ciento en los próximos diez años, y crecer en trigo, sorgo, maíz, en detrimento de la soja.”

 
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