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Domingo, 19 de junio de 2016

ESCENARIO › LECHERíA, LANAS Y PORCINOS

Crisis en el otro “campo”

 Por Diego Rubinzal

El candidato presidencial de la alianza Cambiemos sostuvo, en campaña electoral, que una de las causas de la pobreza era no haber dejado “crecer al campo”. El sector rural es el “primer gran motor de la Argentina”, agregaba Mauricio Macri.

La devaluación y quita/reducción de retenciones mejoró la rentabilidad de agricultores y ganaderos. La Estación Experimental Agropecuaria del Inta de Marco Juarez estimó que se triplicaron los márgenes de ciertos cultivos (maíz, trigo, girasol), entre noviembre 2015 y abril 2016. A su vez, la utilidad de los productores sojeros se incrementó 60 por ciento y los invernadores duplicaron sus beneficios.

Sin embargo, el “campo” es un conglomerado muy heterogéneo. Por ejemplo, la crisis del sector lácteo –asociada al adverso contexto internacional– se profundizó con las medidas adoptadas.

El precio de la tonelada de leche en polvo había descendido de 4870 en marzo 2014 a 2140 dólares en junio de 2015. Por eso, el gobierno kirchnerista implementó un subsidio de 30 centavos por litro para todos los establecimientos que produjeran hasta 2900 litros diarios.

La eliminación de los derechos a las exportaciones al maíz, y el aumento del precio del gasoil, empeoró sensiblemente la ecuación de costos de los tamberos. El incremento del subsidio anunciado por las nuevas autoridades, de 30 a 40 centavos, no compensó las mayores erogaciones.

Los productores avícolas y porcinos se enfrentan a idéntico panorama. El economista Federico Cagnani explica en Productores porcinos enfrentan una crisis que “la apertura de las importaciones derivó en la entrada de pulpa de cerdo desde Brasil, Dinamarca y España, a 50 pesos por kilo, un precio inalcanzable para el productor nacional. En el primer trimestre de 2016, las importaciones de Brasil crecieron un 211 por ciento interanual, a modo de ejemplo. Frente a estas nuevas condiciones de mercado, los productores señalan que ahora los frigoríficos ya no les compran, sino que directamente importan. En ese contexto, la caída en la rentabilidad impactó de tal modo que muchos productores abandonaron la actividad en poco tiempo, y se calcula que ese guarismo en algunos lugares, como en las regiones productoras de la provincia de Santa Fe, podría llegar al 50 por ciento si el escenario no se modifica”.

Por su parte, la rebaja de retenciones también perjudicó al polo industrial lanero (peinadoras, lavaderos, hilanderías) del sur patagónico. La alícuota de lana “lavada” pasó del 5 al 0 por ciento y la lana “sucia” del 10 al 5 por ciento. El consiguiente incremento de las exportaciones de lana sin procesar dejó sin materia prima a las industrias textiles.

Por último, el macrismo desmanteló las herramientas de defensa de campesinos y pequeños productores. El Congreso Nacional había sancionado en 2015 una Ley de reparación histórica. La norma incluía: suspensión de los desalojos por conflictos de tierra, creación de un banco de tierras para distribuir entre pequeños campesinos y financiamiento para los productores.

El macrismo avanzó en el sentido contrario: la Secretaría de Agricultura Familiar fue diezmada en personal y presupuesto, la Dirección de Fortalecimiento Institucional (ámbito con participación de organizaciones campesinas y agricultores familiares) fue eliminada y el Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea) fue “devuelto” al sindicalista aliado Gerónimo Venegas.

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@diegorubinzal

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