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MARTIN SCHORR
investigador Flacso

“El problema son los receptores”

“La política de promoción a la inversión no es mala per se. La cuestión pasa por quiénes son los receptores de los subsidios. Se canalizaron cuantiosos recursos públicos hacia un conjunto reducido de grandes empresas que, por encontrarse entre los ganadores del actual modelo, hubieran hecho las inversiones de todos modos. Se afianza un perfil exportador con eje en la agroindustria y ciertas commodities. Cuando se analiza a qué actores se dirigieron esos recursos se percibe cuál es la base social de sustentación del actual esquema de dólar alto: grandes empresas y grupos económicos alta y crecientemente transnacionalizados en términos productivos, comerciales y financieros; esto es, actores cuya suerte está cada vez más separada de la del país. Estamos hablando de recursos que podrían haberse destinado para financiar a otros sectores y/o para empezar a implementar un plan de reconstrucción industrial.”

RICARDO FUENTE
economista asociado a Ecolatina

“Es una medida positiva”

“El Estado tiene que cumplir un rol proactivo para promover la inversión, sobre todo en los sectores capaces de generar empleo. Se necesita alcanzar un porcentaje de inversión que en lo posible llegue al 25 por ciento y se mantenga para asegurar un crecimiento del 5 por ciento anual durante varios años. Desde esa perspectiva, es positivo que el Estado otorgue beneficios financieros (no económicos) a las empresas, siempre que implique una administración eficiente de los recursos. En un país normalizado con acceso al financiamiento y con tasas de interés a nivel internacional, las objeciones de quienes se oponen a beneficiar a las grandes empresas podrían tener mayor validez, pero luego de la crisis que atravesó el país el aporte del Estado atenua la falta de financiamiento. Tal vez algunas compañías puedan conseguir fondos por su cuenta en el exterior pero no se puede armar un régimen que valga para todos menos para unas pocas empresas.”

ALBERTO BARBEITO
economista Ciepp

“Influencia de lobbies”

“Los incentivos fiscales otorgados por el Gobierno no responden a una estrategia explícita de reconversión y desarrollo productivo sino que más bien parecen resultar de la influencia delobbies sectoriales. Se trata de cuestionables operaciones de subsidio fiscal para empresas y conglomerados de gran tamaño en un ambiente de severa restricción fiscal (compromisos de superávit primario excesivo). Las empresas beneficiadas son pocas y operan con regímenes preferenciales (caso automotor), perciben rentas monopólicas significativas (caso hidrocarburos) o tienen posiciones dominantes en el mercado (acero, aluminio). El impacto sobre el empleo es virtualmente nulo. Además, son empresas que se han beneficiado en muchos casos con licuación de pasivos. La promoción fiscal debería privilegiar el rol de las pymes y la creación de nuevos empresarios, pero este perfil es reducidoen el conjunto de las medidas.”

DANTE SICA
economista CEB

“No veo inconvenientes”

“Toda política destinada a mejorar la curva de rendimiento de inversiones para hacer atractiva la inversión extranjera directa me parece positiva. Lo que se busca es tratar de dar incentivos a sectores donde hay problemas de infraestructura o donde la capacidad instalada está al límite. La idea es que haya beneficios generales para todos. Luego se puede introducir cupos o divisiones para garantizar el acceso de las pymes. Los organismos estatales deben trabajar para bajar las barreras de acceso que tienen las pymes, más que para cambiar la naturaleza del beneficio. Se le debe dar soporte al pequeño empresario para que pueda formular los proyectos. Las grandes empresas están en búsqueda de beneficios y tienen una mayor estructura técnica que les permite acceder a ellos. Mientras la política sea transparente y generalizada y se le pueda dar un soporte a las pymes para que accedan al beneficio no veo inconvenientes.”