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Martes, 31 de diciembre de 2013

LITERATURA › BONUS TRACK DEL DETECTIVE DE HENNING MANKELL QUE SE HABíA “RETIRADO”

Wallander, vivito e investigando

Aunque la saga parecía oficialmente cerrada desde 2009 con El hombre inquieto, la reciente publicación de Huesos en el jardín le da nueva vida. No obstante, el autor aclara que esta novela había sido escrita en 2004, para una edición limitada holandesa.

 Por Javier Aguirre

Parece un Spinal Tap de los detectives literarios: el personaje se vuelve tan popular, protagoniza tantos títulos y alcanza tanto éxito que el autor –por razones de ego, de tedio, de marketing o de lo que fuera– decide matarlo. Hasta que poco después –por razones de ego, de tedio, de marketing o de lo que fuera– termina resucitándolo para publicar algún episodio más de la saga. Si le pasó hace un siglo al superhéroe infalible Sherlock Holmes, ¿por qué no iba a pasarle ahora al humanísimo y falible Kurt Wallander?

El paralelo Holmes-Wallander de la resurrección editorial del detective muerto se intuye en la flamante llegada a librerías de Huesos en el jardín, novela de Henning Mankell editada por Tusquets y que, aparentemente, sí constituye el cierre oficial de la serie Wallander... que ya parecía oficialmente cerrada desde 2009, cuando en El hombre inquieto la combinación de la edad, la diabetes y el Alzheimer habían alejado –supuestamente– para siempre de las canchas (policiales) al entrañable detective sueco.

Pero no: con Huesos en el jardín, resulta que el policía más huraño y bienintencionado de la región escandinava, el personaje de ficción que ubicó a Scania no sólo en el mapa mundial de los camiones, sino también en de las novelas policiales, tiene, al menos, un caso más por resolver.

En realidad, no se trata de un nuevo texto de Mankell. El propio autor sueco se ocupa de aclararlo en el detallado, rico y nada spoileador prefacio de 15 páginas + epílogo, donde jura y recontra asegura que “ya no hay más relatos protagonizados por Kurt Wallander”: Huesos en el jardín fue escrito en 2004, para una edición limitada holandesa, y la novedad reside en que por primera vez es publicado en el resto del mundo, en el resto de los idiomas. Sin embargo, la publicación internacional de este título, años después de que la salud del inspector Wallander hiciera un fade out que fuera acompañado por las despedidas públicas de Mankell, hace inevitable recordar cómo Arthur Conan Doyle siguió produciendo casos de Sherlock Holmes durante años, a pesar de que ya lo había hecho morir en uno de sus relatos.

No obstante las diferencias (de carácter, de método, de época y de todo lo que se quiera marcar) entre Holmes y Wallander, la comparación entre ambos admite otro paralelo: son dos de los detectives “en actividad” más exitosos de la tevé, ya que cada uno de ellos tiene ¡dos! series televisivas en marcha. En la esquina británico-deductiva, la genial Sherlock de la BBC anuncia para enero el estreno de su tercera temporada, al mismo tiempo que Elementary va por su segundo año en pantalla (aquí puede verse los jueves a las 22 en Universal Channel). Y en la esquina nórdico-campechana, la versión sueca de Wallander llegó a su capítulo 32 este año, mientras que la versión de la BBC (que en 2012 basó uno de sus episodios en Huesos en el jardín) tendrá su cuarta temporada en 2014, según reveló su actor protagónico, Kenneth Branagh. En la tele, como en los libros, los dos detectives están vivitos e investigando.

Por algo Mankell linkea en el prefacio en cuestión este regreso de la muerte, o casi, de Wallander, con la “resurrección” holmesiana. “Sherlock Holmes sigue recibiendo cartas en Baker Street. Yo también recibo cartas, correos electrónicos...”, escribe, y tira, cual pedrada, la primera comparación: “No he repetido el error de Conan Doyle, que tan a su pesar le quitó la vida al señor Holmes. El último relato de Sherlock Holmes es, precisamente, uno de los menos logrados, seguramente porque Doyle, en su fuero interno, comprendía que se arrepentiría de lo que estaba haciendo”. Y deja la puerta entornada, en un pasaje que la editorial destaca hábilmente para la promoción mercadotécnica del libro, en la faja de papel que rodea la portada: “Los personajes son como amigos imaginarios con los que puedes contar y a los que puedes recurrir cuando lo necesitas”.

Mankell nació en Estocolmo, y el gentilicio de los nacidos en Estocolmo es holmiense: de ahí a Holmes hay sólo un paso de detective. No más preguntas.

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El Wallander de Mankell, ¿un nuevo Sherlock Holmes?
 
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