futuro

Sábado, 23 de octubre de 2004

EL MIERCOLES A LA NOCHE SE VERA UN ECLIPSE TOTAL

El lado oscuro de la Luna

¿Qué tienes tú, Luna, que conmueves con tanta fuerza mi corazón?
John Keats (1795-1821)

Por Mariano Ribas

Y una vez más, la Luna volverá a conmover: durante la noche del próximo miércoles, nuestra infatigable compañera se zambullirá durante unas horas dentro de la sombra de la Tierra. Y lejos de desaparecer, quedará bañada por un etéreo color rojizo-anaranjado. Será un eclipse total, una gran fiesta celestial que se verá a simple vista en todo el país, y que no se repetirá hasta 2007. A continuación, todos los detalles para disfrutar del show de la “Luna roja”.

TRES EN LINEA
Los eclipse lunares no son fenómenos habituales. Y la causa es bien sencilla: la órbita de la Luna está un poco inclinada con respecto a la terrestre (unos 5º), por lo tanto, la mayoría de las veces el satélite pasa por debajo o por arriba del enorme cono de sombra que nuestro planeta proyecta hacia el espacio. Si así no fuera, y las dos órbitas estuviesen en el mismo plano, tendríamos eclipses todos los meses. Lo cierto es que los eclipses se hacen desear, y sólo ocurren cuando el Sol, la Tierra y la Luna forman una línea perfecta (a veces, esa alineación no es tan exacta, y sólo se produce un “eclipse parcial”). De todos modos, eso tampoco garantiza que podamos ver uno, porque para que así ocurra, también hace falta estar en la mitad del planeta que, durante el eclipse, mira hacia el satélite. Pero estamos de suerte: el miércoles 27 a la noche, la Luna volverá a caer en la trampa de la sombra terrestre. Y la Argentina, y América, tendrán las mejores butacas para ver el espectáculo.

LA METAMORFOSIS
Como en todos los eclipses, el miércoles habrá Luna Llena. Y al principio, nada raro sucederá: apenas pasadas las siete de la tarde, asomará por el Este, blanca y radiante, casi al mismo tiempo que el Sol se esté poniendo por el Oeste. Con el correr de las primeras horas de la noche, la Luna irá ganando altura en el cielo. Y exactamente a las 22.14, uno de sus bordes comenzará a borronearse: será el principio del eclipse. Minuto a minuto, la redondeada sombra de la Tierra avanzará sin piedad sobre ella (o más bien, ella avanzará sobre la sombra), dibujando un “mordisco” oscuro cada vez más grande. Será una metamorfosis lenta, pero imparable. Un drama astronómico que, durante milenios, fue interpretado por diferentes culturas como la partida, la desaparición y hasta la propia muerte de la Luna (la palabra eclipse viene del griego, y significa “abandonar”).

SANGRE EN LA LUNA
El clímax llegará a las 23.23, cuando la Luna quedará completamente inmersa en la sombra de la Tierra. Será la totalidad del eclipse, y durará más de una hora. Sin embargo, y al revés de lo que podría pensarse, no desaparecerá del cielo. En realidad, quedará convertida en un tenue y colorido fantasma circular: será el ansiado momento de la “Luna roja”, un extraordinario fenómeno de refracción provocado por nuestra atmósfera. Al atravesarla, una pequeña fracción de la luz solar se desvía hacia el interior del cono de sombra terrestre, y tiñe al satélite de sutiles colores rojizos y anaranjados (que son, justamente, las longitudes de onda refractadas). Son los mismos colores que inspiraron aquella antiguatradición de “la sangre en la Luna”. Y también, los mismos que irán menguando a partir de las 0.44 (ya en jueves), cuando el satélite -gracias a su movimiento alrededor de la Tierra– empezará a salir de la sombra. El resto será como ver la película al revés: de a poco, la luz irá ganando terreno, hasta que, a la 1.53, la Luna volverá a brillar como al principio. De punta a punta, el eclipse habrá durado más de tres horas y media.

AYER Y HOY
No está del todo claro cuándo comenzó la observación científica de los eclipses lunares. Lo que sí está claro es que existen registros de astrónomos de la Mesopotamia que describen un eclipse ocurrido en el año 2283 a.C. También se sabe que casi dos milenios más tarde, los griegos los utilizaron como una herramienta observacional para confirmar la esfericidad de la Tierra. Es más, en el siglo II a.C., el gran Hiparco de Nicea los aprovechó para calcular, con envidiable precisión, la distancia entre la Tierra y la Luna.
Y bien, aquí estamos, a las puertas de una nueva demostración del impecable funcionamiento de la maquinaria celeste. Tan perfecta, y tan confiable, que es posible saber, con total certeza, que después del miércoles, la Argentina tendrá que esperar hasta el anochecer del sábado 3 de marzo de 2007 para volver a disfrutar de otro gran show lunar de luces, sombras y colores. Será una pausa de más de 28 meses. Bueno, la verdad es que eso ahora poco importa: al fin de cuentas, estamos a sólo cuatro días de la próxima Luna roja.

El Planetario de la Ciudad instalará a partir de las 21.30 siete telescopios al aire libre para observar el fenómeno. Se suspende por mal tiempo. Avda. Figueroa Alcorta y Sarmiento. Gratis.

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