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Sábado, 11 de diciembre de 2004

FINAL DE JUEGO › DONDE SE COMENTA LA MUESTRA DE LEóN FERRARI Y SE PROPONE UN ENIGMA INFERNAL

FINAL DE JUEGO

 Por Leonardo Moledo

Nadie había contestado las palabras del Comisario Inspector, y entonces éste optó por seguir:
–He ido a visitar la muestra de León Ferrari en la Recoleta –dijo– y verdaderamente quedé maravillado. No sólo por esas botellas llenas de preservativos con la imagen del Papa sino también por la genial idea del Infierno, a saber, hacer experimentar a quienes lo inventaron los suplicios que ellos les reservaban a sus víctimas.
–En realidad –dijo Kuhn–, el infierno católico guarda una absoluta desproporción entre los pecados y los castigos. No resulta razonable, por ejemplo, que una persona, por ser mentirosa, deba pasarse la eternidad con la lengua atravesada por un gancho y colgando de un árbol.
–Ahí está el asunto –dijo el Comisario Inspector–; el castigo no es por haber pecado sino por no haber confesado ese pecado y ser absuelto; esto es, por no haberse sometido al poder de la Iglesia. O sea que se trata no de una cuestión moral sino de una cuestión política. Además parece que la Iglesia no tiene el más mínimo sentido de la prescripción –ni de la redención–; por toda la eternidad parece un castigo abusivo.
Entonces intervino el embajador de Inglaterra:
–¿Cual será la temperatura del infierno? –preguntó. Un buen enigma para nuestros lectores.
¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cuál será? ¿Y por qué es el embajador inglés el que propone los enigmas?
Correo de lectores

NUMEROS ALCANZABLES
El enigma del 27 de noviembre preguntaba por alguna forma de representar todos los números alcanzables por la computadora que empleaba los dígitos del uno al cinco y las operaciones de sumar, multiplicar y potenciar.
Hay una forma muy simple de representarlos: explícitamente. Es decir, escribiéndolos uno por uno.
Supongo que nadie contestó porque el espacio disponible para la respuesta no alcanzaría para escribir todos los números, que deben andar por el orden de 10^4 (aunque muchos se repiten).
Saludos
Claudio H. Sánchez

OTRO BUENO
Además de Abu Al Walid Muhammad Ibn Ahmad Ibn Muhammad Ibn Ahmad Ibn Ahmad Ibn Rushd o “Averroes”, como se lo conoció en Europa, existió otro gran filósofo llamado Rabi Moshé Ben Maimón o “Maimónides”
A mi modo de ver merece un reconocimiento al estilo de “Los buenos están en todas partes”. Atentamente,
Daniel Lambré

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