futuro

Sábado, 21 de mayo de 2005

FINAL DE JUEGO

Final de juego

Donde el embajador de Inglaterra expone el “argumento geométrico” sobre el tema de los fósiles

 Por Leonardo Moledo

El embajador de Inglaterra estaba con un ataque de spleen, pero se había entusiasmado con las cartas y la discusión.

–La verdad que la cosa es interesante– dijo, y al final, hemos dado con el argumento puro, con un argumento geométrico sobre el tema de los fósiles, que podría sintetizarse así: un fósil es único, por cuanto nació en un momento dado del espaciotiempo, y replicarlo significaría reproducir también las cuatro coordenadas espaciotemporales; por lo tanto, no se puede replicar. O dicho en lenguaje marxista, un fósil es él y sus condiciones materiales y objetivas de producción. Pero, y esto es lo que me interesa de la argumentación, ese razonamiento vale para cualquier objeto, sin excepción. Y en ese caso, ningún objeto se puede replicar. Esto es, la replicación de fósiles es tan legítima como la replicación de cualquier otro objeto que, por ejemplo, se produce industrialmente.

Si nos atenemos a lo que dice Víctor Gruszeczka, todo objeto es único, sin excepción, lo cual podrá ser cierto, pero es tan general que pierde fuerza y significado. Se suponía que los fósiles eran únicos por alguna cualidad especial, y ahora resulta que son tan únicos como cada uno de los tornillos que se producen de a millones. Y si se pueden duplicar los tornillos, cosa que, creo, nadie discutiría, ¿por qué no se van a poder duplicar los fósiles?

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Están de acuerdo con el embajador de Inglaterra?

Correo de lectores

Objeción
Quisiera agradecer la publicación de mi anterior comentario, y hacer nuevas observaciones a lo último publicado. Todos sabemos que se necesitan cuatro dimensiones para ubicar un objeto, y que cada objeto tiene, en función de estas cuatro dimensiones, ancho, alto y profundidad como los nombres de las tres dimensiones espaciales y edad, historia o antigüedad como los nombres de la cuarta dimensión. Por lo tanto, no puedo coincidir con que los factores históricos “no son otra cosa que enunciados, es decir, carteles mentales”, porque de aceptar eso tendría que aceptar también que el largo, el ancho y la profundidad también son carteles mentales y por lo tanto cualquier objeto es igual a cualquier otro.
Por lo antes expuesto exijo mi legítimo hueso de dinosaurio que sea igual en las cuatro dimensiones y no sólo en tres. Obviamente, al ser igual en las cuatro dimensiones, tanto el pasado como el futuro de los dos huesos deben ser idénticos. Y, en estas condiciones, acepto sin inconvenientes que se mezclen los dos huesos en una caja y me den cualquiera de ellos al azar (si es que el azar existe en la creación).
Saludos cordiales,
Víctor Gruszeczka

PD: Quisiera preguntarle con todo respeto a Francisco Saizar cómo haría para sacudir a la reina de Inglaterra con todo respeto y cómo haría para sacudirla sin ningún respeto.

Prodigio duplicador
Respecto de la opinión de los lectores, comparto la de Francisco Saizar, agregando que si alguna vez se materializara esta máquina prodigiosa, es probable que se invente un nuevo vocablo para denominar el conjunto “auténtico-falso”. Y no me adhiero a lo expresado por Claudio Sánchez, pues considera los valores subjetivos como atributos del objeto.
Roberto Fedorovsky

Protesta
Esta discusión es inadmisible. Porque de persistir la loca cadena de inferencias y argumentos que se ha generado, alguien terminará afirmando que la reina de Inglaterra es un dinosaurio fosilizado y, para más, ni siquiera original sino clónico. Lo cual, a la luz de la evidencia observacional, no sería nada raro, pero cuyo descubrimiento tendría espantosas consecuencias sobre el ya medrado prestigio de la Casa Real y -con ella– de toda la nobleza del Imperio. Finalmente, les solicito tengan en cuenta las palabras de nuestro distinguido Karl Popper –que era austríaco, pero sir inglés al fin y al cabo– cuando aseveró que “no hay nada más triste que una solución simple a un viejo y persistente problema filosófico” –más o menos–, y dejen ya de preguntarse por originales y copias. A ver si todavía llegan a resolverlo y nos quedamos sin un maravilloso tema de conversación durante nuestra próxima partida de cricket... God save the Queen.
Saludos,
Carina Cortassa

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