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–Ya estamos en 2004 –dijo Kuhn–. Se nota.
–¿Se nota? –dijo el Comisario Inspector–. Yo diría que no. Si me encontrara en un desierto, y me preguntaran qué año es, no sabría qué decir. Los años son pura empiria, mera multiplicidad sin sentido. No así el tiempo, por cierto.
–¿El tiempo? –se extrañó Kuhn–. ¿Por qué es no empírico?
–Porque es previo a cualquier experiencia –dijo el Comisario Inspector–. Justamente estos días estuve releyendo las tres obras sobre el tiempo, de J.B. Priestley (Esquina peligrosa, El tiempo y los Conway, Yo estuve aquí una vez) que, por cierto, conservan toda su fuerza y han perdido muy poco con el paso del tiempo, como corresponde.
–Pero si justamente en esas obras el tiempo se construye a partir de la experiencia.
–No –dijo el Comisario Inspector–, la experiencia es sólo un accidente que sale de la sustancia del tiempo. Que sea la experiencia la que nos permita vislumbrar la naturaleza del tiempo, ya es otra cosa, pero Priestley elabora teorías de cómo el tiempo podría “ser en realidad”, y luego describe los fenómenos (o las obras de teatro) que surgirían de esa forma particular de ser del tiempo.
–Hay una cuarta obra de Priestley, también con juego temporal: Ha llegado un inspector –dijo Kuhn–.
–Pero no un comisario inspector –dijo el Comisario Inspector–. Si en esa obra hubiera intervenido yo, las cosas se habrían resuelto de otra forma.
–Seguramente peor –dijo Kuhn–.
–No lo creo –dijo el Comisario Inspector–. Conmigo habría sido aún más trágica. Pero vamos a un enigma de año nuevo, de Futuro, y del tiempo. Como todos sabemos, Futuro sale los sábados, y los meses normalmente tienen cuatro sábados. Pero hay meses con cinco sábados, cosa que se puede comprobar consultando cualquier almanaque. La pregunta es: ¿cómo se puede saber cuántos meses (y cuáles) tendrán cinco sábados en 2004 sin consultar un almanaque?
–Y sin ponerse a contar día por día, supongo –dijo Kuhn–. Aunque no entiendo por qué no consultar un almanaque.
–Porque estamos en el desierto, donde los almanaques casi no crecen –dijo el Comisario Inspector–. Siempre esa perversión empírica.
–Feliz Año Nuevo para todos los lectores –dijo Kuhn.
–Feliz Año Nuevo –dijo el Comisario Inspector.

¿Qué piensan nuestros lectores? ¿Cuántos sábados habrá? ¿Y qué piensan de la “reversión de la empiria”?

Correo de lectores

La Luna y las fogatas
La fuerza gravitatoria del Sol no le arranca la Luna a la Tierra sino que se lleva a ambas haciéndolas girar a su alrededor.
En otras palabras, la Luna sí está en órbita alrededor del Sol: la Luna gira alrededor de la Tierra y la Tierra gira alrededor del Sol. Luego, la Luna gira alrededor del Sol acompañando a la Tierra en su órbita.
Esta órbita de la Luna alrededor del Sol tiene la forma de un polígono de trece lados (correspondientes a los trece meses lunares que hay en un año) con sus vértices redondeados.
Claudio H. Sánchez