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Viernes, 18 de diciembre de 2015

CINE

Sos leyenda

Amy. La chica detrás del nombre es un documental que revela una rica porción de vida de la súper talentosa estrella de la música muerta a los 27.

 Por Malena Rey

Mucho antes del éxito arrollador que tuvo como cantante, antes de los cinco premios Grammy por su genial álbum Back to black de 2006, antes también de la enfermiza relación con su marido Blake Fielder-Civil y de encontrar la muerte en su departamento de Candem, Amy Winehouse era una adolescente de 14 años que se juntaba con sus amigas y grababa videos caseros mientras comían chupetines y cantaban el feliz cumpleaños. Una jovencita agradable pero algo nerviosa, que deprimida por la separación de sus padres cayó muy temprano en una bulimia profunda, y que tomaba antidepresivos sin saber del todo qué era la depresión. Una chica que se maquillaba mucho, se tatuaba, se hacía piercings y que disfrutaba de la música más que nada en el mundo. Esas facetas íntimas, personales, desfachatadas, son las que más conmueven del excelente documental de dos horas Amy. La chica detrás del nombre, del director Asif Kapadia, estrenado en mayo en Cannes y no exento de polémica –la familia de Winehouse salió a desmentirlo e incluso quiso prohibir su exhibición–.

Uno de los puntos fuertes del documental es justamente la locuacidad y variedad de ese archivo; es que Amy perteneció a una generación para la que fue habitual hablar mirando a cámara, hacer gestos y muecas desafiantes, y registrar cualquier momento por insignificante que fuera, incluso para tomarse medio en broma, aunque no por eso pudiera soportar con los años el violento acoso de los papparazzi. También es acertada la elección de correrse de las tradicionales talking

heads, de esas entrevistas a lo E! True Hollywood Stories, y en cambio acudir solo a los audios de los principales involucrados en la trama de música y excesos que fue su corta vida: sus amigxs, su padre, su madre, sus ex, sus managers y sus guardaespaldas testimonian sin caer en golpes bajos, completando un fresco demasiado cruel de exitismo a costa de la salud de Amy, que murió por una fuerte intoxicación alcohólica que hizo mella en un cuerpo demasiado pequeño y frágil, maltratado durante sus 27 años.

La relación de Amy con el canto merece un párrafo aparte: su voz es de las más genuinas, y sus composiciones propias actualizan el legado del jazz y del soul en el siglo XXI: el desamor y las separaciones se cruzan con la rehabilitación y las exigencias de las estrellas planetarias. El hecho de que su tema “Rehab” haya sido un hit mundial la convertía, justamente, en una estrella comercial al tiempo que revelaba su fragilidad y sus abusos. Es particularmente bello el momento del documental en el que la prepotente y sacada Amy se emociona y achica al grabar junto a su ídolo Tony Bennett: en ese registro sus dos caras se confunden y toda su oscuridad se transforma en cariño y sonrisas cómplices. Pero también es muy fuerte ver cómo su padre parece siempre priorizar las obligaciones discográficas y contractuales de su hija por sobre su salud, y cuán sencillo hubiera sido –según la lectura de Kapadia– encaminar la adicción de Amy a tiempo, de haber querido tomar las riendas de la situación, dado el amor incondicional que Amy le profesaba. También impacta escuchar los testimonios de su madre, que nunca entendió que su hija necesitaba ayuda, ni siquiera cuando le confesó a los 17 años que prefería vomitar la comida antes de sentirse “una cerda”.

“Escribo canciones porque estoy mal de la cabeza y debo ponerlo en papel y sentirme mejor al respecto. Sacar algo bueno de algo malo”, decía Amy, demasiado consciente del rol reparador de la música, y de su potente expresividad. ¿Por qué la prensa británica se encarnizó tanto y la estigmatizó al punto de arrastrarla cada vez más a la droga y el alcohol? Quizá porque nunca entendieron su tensa fragilidad, ni se dejaron conmover por su destreza artística, por ese caudal de sentimientos que descargaba su voz cada vez que ponía en palabras y fraseos sus emociones.

Amy. La chica detrás del nombre
De Asif Kapadia
Se puede ver en YouTube con subtítulos.

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