El 24 de mayo de 2015 el movimiento de izquierda liderado por Ada Colau, Bcn Comú (Barcelona en Común), se alzó con una victoria en las urnas que hoy le permite gestionar el ayuntamiento (intendencia) de una de las dos ciudades más grandes de España, Barcelona. Sí bien Bcn en Comú no tiene su origen en Podemos, el partido que conduce Pablo Iglesias, comparte algunos acuerdos que les han permitido realizar alianzas, como la que el domingo pasado, en el marco de las elecciones generales, les permitió un más que amplio triunfo en la Provincia de Barcelona y, por lo tanto, una fuerte consolidación. Los de En Comú Podem, la alianza entre Bcn en Comú y Podemos, ganaron en 8 de los 10 distritos de Barcelona y el municipio obtuvo 40000 votos más que en la elección de mayo pasado. Un dato que contrasta fuertemente con lo sucedido en el resto del Estado donde el Partido Popular de Mariano Rajoy, resulto la fuerza más votada. Con políticas que difieren totalmente de las propuestas por Colau y su equipo, tanto el PP como el PSOE continúan siendo los partidos más votados pero fueron duramente castigados en las urnas con la pérdida de millones de votos que fueron a refrendar organizaciones como las de Ada Colau.

Colau se hizo conocida como portavoz y fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), una asociación creada en febrero de 2009 que busca hacer frente a los cientos de desahucios que se producen diariamente en la geografía española producto de la especulación inmobiliaria; y renuncio a la PAH luego de aceptar formar parte de la plataforma ciudadana Bcn en Comú. Su currículum reviste un historial enorme de participación como activista de distintos movimientos sociales que van desde el movimiento okupa hasta asociaciones de vecinos de barrio, pero su principal especialización la hizo en distintos proyectos vinculados a la violencia inmobiliaria y urbanística, denunciando procesos de gentrificación.

Algunas de las medidas adoptadas por esta nueva gestión van, desde la regulación de la venta ambulante, lo que en España se conoce como Top Manta, una de las actividades laborales más comunes (y más perseguidas) entre la población de origen africano, hasta la regulación del trabajo sexual. Estos días se conoció también la intención del Ayuntamiento de dotar de un marco normativo la prostitución voluntaria y la eliminación de multas.

Por otra parte, Colau y su equipo dieron el puntapié inicial para convertir Barcelona en ciudad refugio, dando cobijo a cientos de refugiados; se comprometieron a retirar la simbología franquista de sus calles y se apersonaron en un proceso penal que busca condenar al Estado como “continuador legítimo” del régimen franquista en una causa abierta en Argentina. Por último, y sin ánimo de querer completar una lista incompleta, una de las últimas decisiones adoptadas por los nuevos gobernantes, y que más apoyos cosecho, fue la constitución de una Oficina para la Transparencia y las Buenas Prácticas que busca garantizar que la gestión de la administración municipal se rija según los principios de transparencia y dar respuesta, de esta manera, a uno de los temas que más preocupan a la población española, la corrupción.

Colau y su equipo asumieron la gestión del ayuntamiento de Barcelona el 13 de junio de 2015 con minoría parlamentaria (11 de 41 diputados pertenecen a su fuerza), y desde entonces han debido soportar los embates tanto del establishment como de los medios de comunicación hegemónicos, poco afines a sus decisiones en materia política y económica. Y menos afines aún a su poco trabajada imagen y su pasado activista. Colau es permanentemente saboteada desde los medios de comunicación por ser mujer pero, y sobre todo, porque no responde a ninguno de los canones de belleza y feminidad “deseables” para cualquier mujer, sobre todo para una que ocupe un cargo de semejante envergadura. Ya en campaña, debió soportar que el periodista Alfonso Rojo le espetara en televisión: “Está usted muy gordita para el hambre que se pasa”.

Los días posteriores al triunfo de mayo pasado las imágenes de Colau siendo detenida y arrastrada por la policía se hicieron virales junto a los carteles que señalaban que esa misma policía ahora iba a quedar a su cargo. Pero una de las imágenes que más se viralizo, y que más espanto y horror causó en las almas puras, fue la de la actual Directora de Comunicación del Ayuntamiento, Agueda Dita, haciendo pis en el medio de la calle. Dita es activista posporno, participa en diversos movimientos sociales, especialista en Comunicación 2.0, y coordinó la estrategia de comunicación de la campaña del 24 de mayo que le dio el triunfo a Bcn en Comú. Tanto Colau como Dita y gran parte del equipo de Bcn Comú vienen de trabajar juntas en el Observatorio DESC, una plataforma que promueve los derechos sociales, de gran prestigio nacional e internacional.

Uno de los puntos fuertes de Colau desde que comenzó su mandato es su permanente cercanía con la calle y las bases, amén de su constante y personal comunicación desde las redes sociales. En los primeros meses organizó varios actos al aire libre donde dio cuenta de las principales medidas adoptadas y pidió una y mil veces la constante vigilancia y participación de la gente en su gestión, lo que ella misma define como corresponsabilidad. En este sentido, Colau es constantemente interpelada por los movimientos sociales, que la apoyan y la presionan en partes iguales para que cumpla con lo prometido y se apure con lo urgente. Habrá que ver ahora cómo se presenta este nuevo escenario después de las elecciones del domingo y los nuevos apoyos cosechados.