Poco más de una década alcanzó y sobró a la excepcional Marianne Breslauer (Berlín, 1909 - Zurich, 2001) para ganarse un destacado lugarcito en la historia de la fotografía, amén de tomas experimentales que, lejos de la mera documentación, ofrecían una visión atípica y audaz, de encuadres inesperados. Capturas que la llevaron a ser considerada como parte del movimiento NeuesSehen, o Nueva Visión, vinculado a los planteamientos de la Bauhaus. “Nunca utilizó su cámara como un instrumento de invasión o de superioridad, prefiriendo en lugar de la observación discreta de los acontecimientos que la rodeaban”, esgrime la crítica especializada acerca de su obra.Atinada consideración a la que habría que sumar la de Mercedes Valdivieso, curadora a cargo de Marianne Breslauer. Fotografías 1927-1938, primera exposición española dedicada en exclusiva a la artista alemana, que acaba de inaugurarse en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y estará en exhibición hasta fines de enero: “Tengo la sensación de que MB se mantuvo alejada de cualquier planteamiento teórico. Buscó desde sus comienzos una coexistencia entre el realismo y la poesía, participando de la estética de la Nueva Visión”. Por su parte, diría antaño la redescubierta artista: “Solo me interesaba la realidad. Y por realidad, me refiero a lo no importante, a lo ignorado por las masas”.
“Perteneció a una generación de mujeres fotógrafas que supieron aprovechar las libertades que les brindó la República de Weimar”, destacala info oficial de la flamante retrospectiva; y en ese sentido, no es casual que uno de sus tópicos favoritos fueran las “mujeres nuevas”; como ella, emancipadas. La muestra, por cierto, presenta imágenes inéditas del icónico viaje que MB realizó por distintas ciudades y pueblos españolesjunto a la escritora y periodista AnnemarieSchwarzenbach, de quien luego diría: “Para mí, AS correspondía a la imagen del arcángel Gabriel en el Paraíso... No del todo un ser vivo sino una obra de arte”. El periplo fue por encargo de la agencia alemana Akademia; empero, de regreso al país, Breslauer fue anoticiada de que, por sus orígenes judíos, las fotos no serían publicadas sino bajo seudónimo, algo a lo que Marianne se negó rotundamente. Por intermedio de Annemarie, que aportó textos y entrevistas a las capturas, éstas se publicaron en revistas suizas como ZürcherIllustrierte como una suerte de narrativa pictórica de las peculiaridades culturales de la nación ibérica, su arquitectura, sus habitantes…Empero, la (mala) suerte estaba echada, y con el Nacionalsocialismo en auge, MB decidió exiliarse en Ámsterdam, para luego establecerse definitivamente en Suiza con su marido marchante.