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Viernes, 25 de mayo de 2007

TECNOLOGIA

Terapia on line

Su blog –ese sitio web periódicamente actualizado
en orden cronológico– estuvo dos veces nominado por
especialistas como el mejor de América latina. Mil quinientas personas lo visitan por día y comentan lo que ella escribe. Su nombre es Carolina Aguirre y aquí despotrica sobre el modo en que las mujeres se relacionan con la tecnología y con esos diarios on line que significan los blogs.

 Por Paula Carri

Carolina Aguirre es guionista (recibida en el Enerc-Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), diseñadora industrial y desde hace dos años bloguera. Tiene un blog (sitio web periódicamente actualizado y en orden cronológico, que es escrito y editado libremente por el autor) que se llama Bestiaria. Allí, Carolina escribe sobre mujeres. Las describe de manera minuciosa y divertida. Desde la punta del pie hasta el cabello más alto de su cabeza. “Les saca la ficha”, como dirían en los barrios. Y lo leen mucho más allá de los barrios. Bestiaria (www.bestiaria.blogspot.com) recibe 1500 visitas diarias y está en el cuarto lugar en el top del medidor de blogs español Alianzo. Estuvo los últimos dos años nominado a los premios estadounidenses Bloggies 2007 en la categoría Mejor blog de Latinoamérica, donde fue el único nominado escrito en español. “No sé cómo hacen para votarme”, confiesa. “Sé que lo leen traduciéndolo automáticamente de los buscadores.” Cada uno de sus post tiene aproximadamente 80 comentarios (los blogs top tienen alrededor de 50).

Y como si todo lo anterior no fuese suficiente, su sitio tiene auspiciantes que le reportan ganancias que rondan los 1000 pesos mensuales (varía según cuánto clickean sus lectores).

¿Cómo surgió Bestiaria?

–Yo leía los artículos de las revistas femeninas: “Cómo convivir en la oficina”, “cómo ganarte el aprecio de tus compañeras” y pensaba: “Yo no soy ésta”; “no hago esto” o “no me preocupa esto otro”. Y, en cambio, tenía la imagen de mujeres con más volumen, digamos. Más reales. Entonces creo que en el blog escribo lo que yo hubiera querido leer. Cuando lo pensé dije: yo leería esto. Me mataría de risa leyendo lo que nos pasa. Y querría leerlo y decir: ésta es mi amiga tal, esta es esta y así. No me daba esa sensación cuando leía alguna de las revistas de mujeres.

Cuando vos empezaste con tu blog, en el 2005, no había muchas mujeres que tuvieran su propio espacio en la red. ¿Cómo encontraste el lugar?

–Estando en el estudio de diseño donde trabajaba, encontré un blog español que se llama La pettit Claudine. No entendía ni qué era. Me dije: – Qué es esto? –Ah, no sé. Pero me encanta. Quiero tener uno. Averigüé, me bajé un tutorial, hice el template y puse los primeros artículos. Aunque ahora los leo (todavía no tuve la oportunidad de corregir hacia atrás) y digo: ¡qué es esto!

Sí, pero más allá de la autocrítica, en tu blog de entrada estuvo muy claro el tema de las radiografías de personas y de situaciones. Y son personajes muy precisos.

–Sí son los estereotipos. Desde el primer día yo supe lo que quería hacer. Porque, además, necesito saber dónde empieza algo y dónde termina. Es así. Entonces me planteé: esto es un blog de mujeres. ¿Sobre qué escribo? ¿Qué tipo de artículos? Vos ves el blog y desde el principio al final es íntegro. No es que fue cambiando, fue primero una cosa, después otra... No puedo digerir bien eso de los cambios.

Pero cambiaste el guión por el blog...

–Sí, yo desde los 12 años lo único que quería era hacer cine y escribir guiones.

¿Y ahora no?

–Y ahora no. Ahora lo único que quiero es escribir.

¿Pensaste en tomar posición sobre determinados temas cuando hacés un post? Bajar línea, podríamos decir.

–Sí, algunas veces. He hablado de la infidelidad y de lo que yo considero cuál es el problema de la infidelidad. He hablado de distintos tipos de matrimonio. Y ahí sí tiene que ver mucho con lo que me pasa a mí en ese momento. No quiere decir que haya sido infiel. Pero por ahí un conocido, alguien que me entero que toda la vida amó a su mujer hasta que se produce la infidelidad. De pronto veo una mujer que llora y que, a su vez, fue querida toda la vida. Y yo pienso: ¿por qué llora tanto? Si el tipo la quiso toda la vida. O el que se va a casar, pero tuvo una aventura. Si eligió a su chica para siempre. ¿Por qué llora tanto esa chica?, me pregunto. Y digo: llora porque él durante 20 minutos prefirió a otra. No llora porque la van a dejar, no llora porque no la quieren, no llora porque él está enamorado. Llora por eso: por los 20 minutos. Entonces digo: voy a escribir sobre esas infidelidades. De esa forma yo, que lo sé, sé también que mi blog acompaña mucho lo que va pasando en mi vida. A veces me pasa a mí. No sé si les pasa a otras. Pero por otro lado creo en la eficacia de los textos. No creo que un texto pueda ser bueno o malo por la sintaxis (bueno, eso lo dijo Borges, no yo). Yo creo que un texto es eficaz o no es eficaz. A mí cuando me dicen: “Esta es mi tía Lela”, “esta es mi mama”, yo siento que mi texto es eficaz. Porque logré describir a la perfección y sacar la esencia de, por ejemplo, Jorgelina del 2A. La transformé en esencia y el lector puede ver ahí a su tía. Eso es una gratificación enorme para mí.

¿Cómo empieza la observación que te llevará a escribir un post?

–Yo tengo una ventaja y es que vengo de escribir guiones. Entonces llega un punto en el que, para mí, todo el mundo es personaje. Durante mucho tiempo yo miraba a una persona entrar a alguna parte y pensaba: escena uno, interior, día. Todo el tiempo estaba mirando para todos lados e imaginando. Si alguien se sentaba cerca mío en un bar, yo pensaba: bueno este tiene 2 hijos, trabaja en la DGI, le pasa tal cosa. Y también era mucho de sentarme con amigas y empezar, por ejemplo: los hombres se dividen en dos. Mucho tiempo estuve haciendo eso. Y mis amigas me insistían para que escriba todo esto. Y bueno...

¿Pensás que las mujeres se enganchan poco con las nuevas tecnologías?

–Bueno, el tema de las mujeres y la tecnología es un tema. Un hombre de 50 años es muy raro que no sepa manejar bien una computadora, aunque no esté trabajando con la computadora todo el día. En cambio hay muchas más mujeres que no las saben manejar. Se conectan –valga el término– con más facilidad con las cámaras de fotos, son los que agarran el manual cuando se compra un equipo de música, o lo que sea. Y las mujeres recién están ocupando ese lugar. También, no tanto en este país, pero en Latinoamérica en general, la mujer está mucho más lejos de la tecnología que el hombre. Pero también es cierto que la mitad de los hombres de 50 años trabajan, entre comillas digo esto, ¿no?, y no la mitad de las mujeres de 50 años trabajan. La mayoría no saben tocar una computadora. Llaman al hijo y le dicen: “Vení y poneme los mail” ¡Vení y poneme los mail! Están a años luz. Igual a mí los blogs que me resultan más interesantes son de mujeres. Aunque no sean conocidos ni nada. Los hombres sólo recomiendan gadget, o hablan de tecnología, o levantan noticias de cualquier lugar... Los hombres no son tan interesantes. Están como acorazados, contando anécdotas de amigos. No es lo que más me gusta. Pero por otro lado, ellos tienen muy clara la idea de su sitio. Por ejemplo, Denken Uber, que es uno de los primeros blogs y trata de tecnología gadget. Está dirigido a un público específico: gente que tiene una computadora y la sabe manejar muy bien. Y que quiere probar nuevas cosas sobre éstas. O Celularis, que habla de celulares y esa es la idea. Es muy concreto. Después está el de Julián Gallo, que habla sobre medios. Son muy concretos. O el caso de Orsai.

Pero Julián Gallo también subió la foto de su hijo recién nacido...

–(Risas.) Bueno, sí. Y cuenta cuando se va de vacaciones. Pero es muy claro con respecto hacia dónde va. Creo que para tener un blog exitoso hay que tener una idea concreta de hacia dónde vas. Los primeros 10 top son así.

Tener un blog, ¿puede ser una terapia para algunas mujeres?

–Sí, totalmente. Porque las mujeres en realidad somos un portfolio on line. La web sirve para desahogarte. Aunque a mí el blog como desahogo me parece que es una verdad a medias. Porque si vos lo que querés es desahogarte compras un cuadernito o te abrís un .doc. Si, en cambio, abrís un blog es porque estás esperando que alguien lo lea. Algunas dicen que no les interesa que les dejen comments. No. Si no te interesa que te lean, lo escribís en tu computadora o te comprás un cuaderno. Pero sí siento que hay mujeres que necesitan un espacio para legitimar, para validar. Hay un blog de una mujer (no es un blog bueno ni mucho menos) que cuenta que le fue infiel al marido. El marido la descubrió, la dejó y ella ahora sale con un personaje medio famoso, un periodista conocido. Y escribe ahí. Pero el tipo es casado. Va y viene con la esposa. Y ella escribe ahí porque no se lo puede contar a nadie. Entonces ella no pone su nombre, no pone el de él. Pero tiene su blog. Y ahí sí cuenta: “Se fue con la esposa. De nuevo. ¿Qué voy a hacer?”. Y la gente le deja comments: “Es un turro, dejálo, dale”, cosas así. Ahora, ¿tiene otro tipo de valor ese blog? Para mí, no. Porque escribir escribe cualquiera. Te enseñan a escribir en 1er. grado. Pero “escribir” no escribe cualquiera. Entonces ese blog es un medio de comunicación. Como si tuviera un messenger. Nada más. Por ahora hay pocas mujeres populares en la red. Entrás al top 100 y hay muy pocas mujeres.

¿Qué es lo que falla?

–Me parece que pasa mucho porque las mujeres suelen quedarse en la queja. O está la que no entiende que eso que cuenta no es interesante. Entonces te cuenta cuatro carillas del sueño que tuvo anoche. Después otras cuatro carillas hablando del sobrino, que supuestamente es el más precioso. Y vos ves un boludo, con cara de caprichoso, con unas orejas de milanesa... Las mujeres caen mucho en lo anecdótico. No pueden salir de eso, no pueden entender que hay un lector del otro lado y no pueden darle estructura, darle vitalidad a eso que ponen. Son como balbuceos. También puede haber blogs muy buenos que no estén en el top 100 ni nada. Pero también hay un campo muy interesante. Hay muchas amas de casa que están en su casa todo el día, que el marido no sabe que ella tiene un blog. Creo que va a aparecer uno exitoso ahí.

¿En qué se diferencia la blogger Bestiaria de Carolina? (Alguna vez ella ha deseado “maldición eterna a quien no entienda la diferencia entre persona y personaje”, pero igual me atrevo con la pregunta.)

–Tiene muchos puntos de contacto. Bestiaria es una hipérbole de Carolina. Es una exageración de mí misma. Hay puntos de contacto y hay una tendencia en la que yo creo. Si una persona se levanta y se come un pan así como viene, para mí es una persona que tiene un problema de autoestima. Quiero decir: ¿no se merece tomar el pan, cortárselo, pornérselo en una tostadora, ponerle algo? ¿Siente que no se merece eso? Bueno, entonces debe estar muy triste. O muy enojada consigo misma. Entonces de pronto digo: “Las personas que comen un pan sin tostar y así nomás, son personas que tienen baja autoestima”. Todo el recorrido que hay, a veces lo elipso. Pero después lo paso a explicar. Porque tampoco creo que les pasa a todas. A algunas les gusta comer un pan así nomás y no están tristes ni nada. Pero hay algo...

Pareciera que en Internet debiera ser todo virtual, ¿incluso uno mismo?

–Sí. Hay un fenómeno que es muy popular ahora: mujeres que no trabajan, cuyos maridos están fuera todo el día. Ellos no saben que ellas tienen un blog. Muchas ponen incluso: “Mi marido no sabe que tengo un blog”. Yo me muero de risa, porque hablan y dicen: “Mi suegra es una perra, no saben lo que se pone. Y a mi marido lo odio”. Todas odian al marido algunos días al mes. Y otras comentan: yo también lo odio, ¿por qué me pasa? Y los maridos no saben eso. Pasó un caso que el marido le abrió la casilla de mail y una amiga le decía: “Leí tu blog, está buenísimo”. El tipo dijo “¿qué blog?”. Fue, lo abrió y se encontró que también se hablaba de él ahí, se burlaba un poco incluso, algunas veces. Creo que el tema se va a ir por las nubes.

No pensaste incorporar referencias a noticias de actualidad?

–Yo había pensado vincularlo, me resulta interesante y pienso que tampoco hay blogs de ese estilo. Los blogs periodísticos de hombres son muy de hombres. Y algunos blogs femeninos exageran tanto la condición que me producen la sensación de dos hermanitos que están viendo todo el tiempo que le dan al otro. Y es elemental dejar de ver las cosas así para poder ver qué nos llevamos nosotras. En EE.UU. hay muchas mujeres bloggers. Y con blogs muy populares. Hay uno sobre gatitos y también uno con críticas acidísimas sobre ropa, muy bien escritos. Pero están motorizados por “las mujeres a la cocina”: pueden escribir sobre moda y sobre gatitos.

Aparte de Bestiaria, sos la mitad de un blog llamado Bodas de sangre. ¿Cómo es la relación con Niño Pol, el otro integrante?

–Nosotros trabajábamos juntos en el estudio de diseño. Somos amigos. Nos conocemos hace cinco años y es una de las personas más divertidas que conozco. Yo tenía mi blog, él tenía el suyo ww.pordior.blogspot.com) y siempre teníamos ganas de hacer algo juntos. Pero está muy ocupado últimamente. En un momento quería cerrar Pordior, pero la gente le mandó mails, le pedía que no, y bueno...Bodas de sangre es desopilante. A veces estoy en mi casa, suena el teléfono y es él que me dice: “mire lo que me pasó”, porque no nos tuteamos. “Mire lo que voy a postear ahora, lo que me pasó con Aerolíneas.” Creo que él postea para 10 personas (aunque los lectores son muchos más que eso). Y yo posteo para él y 10 personas más.

¿Qué considerás indispensable para que una mujer pueda trabajar en Internet?

–Un blog que tenga 200 visitas lo puede tener cualquier mujer que cuente lo que le pasa con cierta asiduidad y continuidad. Bestiaria ahora tiene 1500 por día. Pero al principio tenía 4. Luego de 3 meses tuve 200. Y nunca hice ningún tipo de publicidad. Si uno abre un blog supone que es para que te vaya bien.

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