las12

Viernes, 8 de noviembre de 2002

TELEVISION

las que deciden

En tres de los cinco canales de aire, la segunda línea de programación y contenidos tiene al frente a mujeres. Liliana Parodi en América y Bernarda Llorente en Telefé son dos de esas mujeres que deciden buena parte de lo que ven en las pantallas los argentinos. Lucía Suárez, desde Pramer, hace lo suyo en más de una vein tena de canales de cable.

Por Sonia Santoro

Bernarda Llorente en Telefé, Liliana Parodi en América y Patricia Weber en Canal 9 están a cargo de la programación y los contenidos de tres de los cinco canales de aire. Tres mujeres ocupan puestos directivos, hay que reconocerlo, abajo, detrás o al lado de tres hombres: Claudio Villarroel, Jorge Rial y Daniel Hadad, respectivamente. Pero están. Ocupan espacios. ¿Cómo se traduce esta presencia femenina en esas pantallas, por cierto muy diferentes una de otra? Aquí responden esta pregunta y otras Bernarda LLorente y Liliana Parodi. Patricia Weber, requerida para completar esta nota, prefirió no estar.
Después de deambular por pasillos y escaleras angostas de Telefé, se llega al lugar en el que diariamente trabaja Bernarda Llorente. Es una mujer menuda que pone las manos en sus bolsillos, se arrellana en un gran sillón negro y lo hace girar –como una nena sentada en la silla de la peluquería– mientras mastica sus respuestas. Es la subdirectora de programación y contenidos de Telefé desde hace casi tres años.
Es periodista, aunque estudió Ciencias Políticas. Fue durante muchos años productora de TV. Vivió otros tantos en el exterior. Hizo un posgrado en Medios y reconversión de los medios. Y volvió, ya madre, directo de Washington a Telefé para sentarse en el sillón negro frente a cinco televisores que le muestran qué hay en el aire argentino.
Lo que trajo de allí es una mirada global, reflexiva, de la televisión.
–Es la mejor de todas las mujeres... –interrumpe, medio en chiste, Villarroel–. Tenés que contar que en mi equipo el 60 por ciento son mujeres. Siempre laburé con mujeres, creo que son más novedosas en la televisión, que siempre estuvo hecha a niveles directivos por hombres.
El jefe se va. Más adelante Bernarda corrobora. “Me parece que esta mirada femenina ya está cambiando en la incorporación en la producción porque las mujeres son hacedoras de contenidos. Después lo que sí creo es que esta masa de mujeres que tenés incorporada al trabajo no se traduce, como en ninguna otra área de la sociedad, en la pirámide. A medida que vas subiendo tenés muchas menos mujeres directivas”.
¿En qué se ve que la nuestra es una televisión hecha en parte por mujeres? “Hoy la TV en cuanto a contenidos sigue siendo machista. El que haya mujeres en puestos directivos no ha cambiado sustancialmente los contenidos porque tampoco han cambiado los contenidos de la sociedad. Y estos caminos van paralelos. Creo que las mujeres que hacemos televisión seguimos teniendo una deuda con las mujeres, por cómo las mujeres se reflejan en la televisión: la mujer objeto, la mujer en papeles de subordinación, la mujer estereotipada, etc”, comenta Llorente.
Telefé, justamente, intentó hacer algo distinto con el programa “Una para todas”, que duró sólo un mes en el aire. “No resultó exactamente como nosotros esperábamos. Muchas veces te ocurre es que las mujeres, a partir de que llegan a determinados lugares no necesariamente son solidarias con el resto de las mujeres sino que piensan que llegan porque son excepcionales”.
Liliana Parodi dice que “Movete” fue el ejemplo más claro de su mirada “porque en su momento los programas para mujeres eran tipo Utilísima. A partir de Movete se dio una vuelta de rosca”.
A Liliana se le podría decir, sin temor a ofenderla, “La Parodi”. Tiene todos los tics de las estrellas de TV. Alta y delgada, corre encima de unos tacos rojo violento, saludando aquí y allá entre los pasillos de América. Está exultante, “Tumberos” (la ficción producida por Marcelo Tinelli) sigue midiendo mucho mejor de lo soñado en América.
Conocida como la productora de Jorge Rial, desde hace tres meses es la gerente de programación de América. Está en ese multimedios desde que comenzó en 1989. Pasó por varios puestos directivos. Y los últimos dos años produjo el programa de espectáculos “Intrusos”.
–En la televisión hoy predominan dos géneros: los talk shows, con el surgimiento de los mediáticos, y los reality shows. Ambos se valen de mostrar cada vez más, más intimidad o temas más escabrosos, más violentos... Y siempre está la idea de que el público pide esto, ¿cómo saben que es así? Yo no estoy de acuerdo con que el público pida esto –dice Llorente–. Me parece que lo que el público está pidiendo es que la televisión lo sorprenda. Yo creo que a la gente le pasa un poco con la televisión lo mismo que le pasa con la situación en general. Critica a la TV –lo que no se traduce en el rating porque sigue mirando– como una cosa aspiracional, por lo menos en la formulación del discurso, de una televisión distinta, como también pide un país distinto.
A Parodi no le parece mal que aparezcan los mediáticos, esos personajes que pululan por los talk shows lanzando revelaciones, cual más escatológica, con la intensidad con que un perro rabioso larga espuma. Así se ve reflejado en la pantalla de América. ¿Cuál es el límite para ella? “Los temas y las personas no son mejores ni peores, dependen de cómo los traten y todo en televisión es materia opinable. Lo que a algunos les divierte a otros les parece bochornoso. Creo que la televisión no cumple una función pública de educar al televidente, es un entretenimiento, es una empresa que hoy vende este producto y que la gente decide comprar o no”, opina.
La medida con que Parodi contabiliza si aprueba o no la aparición de un mediático en sus programas es vanidosa, como la televisión misma: “Yo no puedo hablar de la gente, puedo hablar de lo que me gusta a mí. Yo siento cuando algo me gusta en el estómago... y a veces que hay cosas que no me gustan nada, inclusive cosas que hemos tenido que hacer nosotros. A mí no me gustan los temas que tengan que ver con la droga, con la violación, la cosa escandalosa del ser humano. Que yo tape esas cosas en un programa de espectáculos no quiere decir que no existan. Ahora, que yo las exagere para hacer un punto más de rating es parte del juego”, dice Parodi, que todavía sigue produciendo “Intrusos”.
Llorente muestra cierta distancia. Necesita marcar una diferencia entre los dos géneros. Defiende a los reality shows por razones obvias: “Gran Hermano 3” acaba de estrenarse con 28.9 de rating. Es una política del canal no tener talk shows en el aire. “A nosotros no nos interesa traspasar determinada frontera porque me parece que cada vez la apuesta es más fuerte. En los talk shows no bastan las historias humanas más o menos profundas sino los lados escabrosos de esas historias. Esa es una diferencia importante con los reality, que se parecen más a la ficción”, argumenta. El otro género que en los últimos meses sobrepobló la pantalla chica, es el de los programas periodísticos. Había que hablar de los pormenores de “la peor crisis de la historia del país”. Pero según Llorente y Parodi, ya llegaron a un tope. “A mí me alegra que la gente vuelva a poner la mirada en los programas periodísticos porque me parece que es una mirada más de ciudadanos. El problema con estos programas es que tienen picos, oscilan mucho. De hecho hoy, por ejemplo, después de haber tenido un furor, han vuelto a bajar, o sea, depende muchísimo de qué está sucediendo”, dice Llorente.
“Tienen su techo en puntos porque saturamos –dice Parodi–. Un día buenísimo de Intrusos tiene 10 puntos, 12. Los noticieros ¿a cuánto llegan, salvo Telenoche? Los programas políticos también, ¿a quién podés traer que te haga una declaración, o que se enfrente o que polemice con alguien que interese más de 12 puntos, 15?”, puntualiza Parodi.
–¿Se podría hacer una televisión distinta, que no esté regida por el rating, que parece ser el culpable de todos los males?
–No lo podrías hacer en la televisión abierta, sí en cable o en el Estado, trabajar en otra forma de financiamiento –explica Llorente–. La TV abierta es básicamente masiva, depende del rating, porque del rating dependen los anunciantes y es lo que te permite tener una inversión para seguir generando productos. Si se pudiera romper esta lógica los que hacemos televisión viviríamos completamente felices.” “Es lo que discutís siempre con la gente de gráfica”, dice Parodi. “No entienden que vivimos de algo que no podemos manejar, que es el rating y la facturación. Por mejor producto que hagas, si no lo pusiste en el horario adecuado y esos dos índices no te siguen lo tenés que levantar. Y a lo mejor una cosa que vos decís, bueno, voy a poner esto... y empieza a funcionar ¿cómo lo sacás? El promedio del canal se jode. Entonces a veces sostenés cosas que no te gustan nada. Cuando querés conformarte e ir a dormir tranquila pensás: la televisión en el mundo hace cosas peores, mucho más berreta”, justifica.
Para terminar, Llorente ensaya una autocrítica. “Desde los términos estrictamente televisivos creo que tendríamos una gran deuda si desde la crisis no sale lo mejor de nosotros. Tenés dos caminos: cómo hacer con menos recursos mejores contenidos o ir a una televisión cada vez más bastardeada, cada vez más barata pero más empobrecida en lo que le das a la gente”.

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B. Llorente de Telefe.
Liliana Parodi, de América.
 
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