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Viernes, 5 de septiembre de 2008

¿Derecho a amenazar?

Extraña paradoja: asociaciones provida tanto en México como en la ciudad de Rosario intentan hacer valer sus convicciones amenazando de muerte a quienes apoyen el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

 Por Roxana Sandá

Allí donde se levantan reclamos por el derecho a decidir en libertad sobre los cuerpos de las mujeres, acecha el autoritarismo fundamentalista, cada vez más patético e insuficiente ante los resortes de la fuerza del pensamiento democrático. Algo de eso sucedió por estos días en la región, con un fallo histórico de la Corte Suprema de México que declara la constitucionalidad de la ley de aborto vigente en el Distrito Federal desde 2007, de interrupción voluntaria y legal del embarazo (ILE) hasta la duodécima semana de gestación. La misma postal pero con ribetes de absurdo se escribió en Rosario, donde cuatro ediles que apoyan los proyectos legislativos nacionales sobre despenalización del aborto están amenazados de muerte por integrantes de grupos provida.

Uno de los concejales bajo amenaza, el arista Carlos Comi, denunció esta semana ante la Justicia la advertencia que recibió vía e-mail. “Votaste a favor de la muerte y de tu muerte”, dice el anónimo firmado por “Asesino demente”, enviado luego de que el Concejo Deliberante de Rosario aprobara una declaración a favor de la despenalización y legalización del aborto en la ciudad de Rosario, en la sesión del 22 de agosto último.

Vale la pena transcribir algunos párrafos del correo que circuló entre los concejales para sopesar las argumentaciones que las contracampañas pretenden imprimirle al debate. “Sé que haré justicia a los miles de niños asesinados por tu voto.” “Idiota, ¿pensaste que salvarías 200 o 300 mujeres dando rienda suelta al asesinato de 10.000 niños al año?” “Es más ético entregar el niño en adopción que asesinarlo.”

La coordinadora del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable del Ministerio de Salud, Ana Suppa, autora del proyecto legislativo sobre Procedimientos en Casos de Abortos No Punibles, sostiene que “estos actos erran el camino si creen que con la intolerancia van a modificar la realidad. Sobre todo si hablamos de un tema tan sensible como el aborto, que tiene que ver con las conciencias de las personas y las decisiones individuales”.

En esta sintonía, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito emitió un comunicado de repudio a las amenazas y exigió una investigación urgente.

Mucho de lo sucedido en México corre por la misma cuerda. Tras infinidad de apelaciones judiciales y tonos cercanos a las amenazas de muerte vernáculas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (Cndh) y la Procuraduría General de la República (PGR) lograron impugnar la ley de ILE bajo el supuesto de que atentaba contra la Constitución mexicana en el párrafo referido a la protección de la vida.

Los jueces de la Corte Suprema denegaron el recurso al considerar que “la Carta Magna no protege la vida desde el momento de la concepción”. Sostuvieron, en cambio, “que no es posible afirmar que el producto de la concepción es un ser humano y una persona”, según informa el boletín de la Red de Salud de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe. “Entre los derechos de las mujeres y los derechos del feto, aquéllos tienen primacía y deben ser respetados y protegidos en primer lugar.” Se calcula que en México se realizan entre 500.000 y un millón de abortos inducidos cada año. Un registro cercano al de la Argentina, donde se practican unos 460.000 abortos inducidos en el mismo período, según datos oficiales. El 95 por ciento de los abortos inseguros se concentran en países subdesarrollados.

LOS METODOS GANGSTERILES

La abogada Dora Coledesky, figura central de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Seguro, Legal y Gratuito, nunca dudó de la relación entre los acontecimientos de México y Rosario. “Porque ven el avance de los derechos de las mujeres en América latina, la cuna de la influencia de la Iglesia Católica. Y quieren frenarlo recurriendo a métodos gangsteriles. Muchas organizaciones de diferentes provincias y de la Ciudad que integran la Campaña Nacional han intervenido para frenar la reacción clerical y para reclamar la aplicación de leyes existentes como anticoncepción, educación sexual, ligadura de trompas y abortos no punibles, denunciando a médicos/as, jueces/as y a funcionarios/as. Sin esta actividad, la reacción habría avanzado mucho más.”

El apoyo del Concejo Deliberante de Rosario y la firma de 25 diputados al proyecto de ley que impulsa la Campaña, similar al de México, “los aterra. No vaya a ser que aquí pase lo mismo”, ironiza Coledesky.

En los dieciséis meses desde la entrada en vigor de la ley mexicana, ejercieron su derecho a la interrupción del embarazo 12.262 mujeres de entre 18 y 29 años, todas de clases media y baja, en algunas de las 12 clínicas que ofrecen el servicio. Si el máximo tribunal hubiera derogado la ley, las mujeres que abortaran recibirían penas de entre tres y seis meses de cárcel.

En la Argentina desde hace años, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto y los colectivos de mujeres luchan “por la separación Iglesia-Estado en la Argentina. No estamos frente a un Estado teocrático en el que priva el derecho canónico —advierte Coledesky—. Nos rigen leyes civiles, penales, la Constitución y los convenios internacionales, que inclusive con sus imperfecciones aseguran el debate democrático y la necesidad de mejorarlos adecuándolos a las necesidades de la sociedad, tal como lo sintieron las y los concejales de Rosario que aprobaron la declaración de apoyo a nuestro proyecto y que los fundamentalistas pretendieron frenar, recurriendo a las amenazas”.

En sus fundamentos, la Corte mexicana se pronunció por la despenalización del aborto como un tema eminentemente jurídico, que no se relaciona con principios éticos, morales, religiosos o políticos. Para los sectores más reaccionarios resultó una mala noticia: cuestiona opresiones de siglos.

“Quieren seguir sometiendo a las poblaciones para mejorar la dominación y defender sus intereses materiales —concluye Coledesky—. Aunque todavía estamos lejos, lo que se consiguió en México más las acciones del movimiento de mujeres, el feminismo y el respaldo de sectores sociales e integrantes de instituciones que quieren avanzar dejando atrás lo más retrógrado, nos acercan al objetivo de nuestra liberación como seres humanos.”

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