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Viernes, 6 de marzo de 2009

DIEZ PREGUNTAS

“No sé qué pasa con la emoción en un mensaje de texto”

HELENA TRITEK, DRAMATURGA Y DIRECTORA DE TEATRO

 Por Soledad Ferrari

Una vez más, Helena Tritek pone en escena Cielo Rojo: el sueño bolchevique, una pieza teatral de la que es autora y directora. La obra —que durante principio del 2008 estuvo casi tres meses a sala llena— no sólo describe los deseos de libertad de sus protagonistas —los poetas Vladimir Maiacovski y Anna Ajmatova— sino que invita a entender cómo el fin del zarismo y el inicio del socialismo marcaron al pueblo ruso y cambiaron las perspectivas del resto del mundo, para siempre.

1. ¿Qué te conmovió de la Revolución Rusa para que quieras llevarla al teatro?

—Es uno de los grandes acontecimientos del siglo XX. La revolución, el sueño, la idea de que todo se va poder cambiar. El mundo fue otro a partir de la Revolución Rusa. Los países socialistas como Cuba cambiaron y así el destino de su gente.

2. ¿Te imaginás qué hubiera sido del pueblo ruso sin poetas como Vladimir Maiacovski y Anna Ajmatova?

—Los artistas siempre son adelantados, siempre dicen antes. Es como si fueran videntes. Ellos representaron el arte y fueron muy amados por el pueblo. Tienen una lírica muy alta que ha ayudado al pueblo a atravesar un poco mejor los peores acontecimientos políticos.

3. En la pieza trabajás con canciones populares rusas. ¿Aquello que denuncian en las letras sigue vigente en la sociedad actual?

—Son canciones tradicionales que hablan de los bosques, pero sobre todo del amor, y eso sigue vigente; los bosques también siguen estando.

4. ¿El avance de la comunicación colabora o atenta contra la expresión?

—Con el mail, el chat, los mensajes de texto, la comunicación es distinta. No sé qué pasa con las emociones cuando mandás un mensaje. No sé si pueden transmitir, son de otro carácter. La valentía, el arrojo tienen otras formas.

5. ¿Qué pasa con el sentimiento patriótico por estos días? ¿Es tan fuerte como era, quizás, hace cien años?

—Creo que las cosas han cambiado bastante. Por algo Cielo Rojo conmueve tanto, por el amor que los protagonistas profesaban a su pueblo y a su gente. Hoy prima lo individual, la globalización. El mensaje de estos tiempos es “pensá en vos, salvate, armá tu kiosco”.

6. A la hora de montar una puesta teatral, ¿qué circunstancias históricas te sirven para enriquecer la obra?

—Me interesa toda la historia del hombre: desde las cavernas, pasando por la historia de México, la de Jujuy.

7. ¿Qué buscás con cada obra?

—Con que tenga el efecto de modificar algo en mí, es suficiente. Gracias a cada una de mis puestas pude atravesar muchas situaciones de la vida, a través de los personajes aprendí a ser más tolerante.

8. El mundo está viviendo una de las peores crisis de la historia. ¿Crees que todas las crisis son dramáticas o simplemente son parte de un ciclo?

—Las mías lo fueron. No sé quién puede tomar a risa una crisis. Siempre que haya chicos cartoneros, hay una injusticia. Creo que luego de esta crisis vamos a tener profundos cambios.

9. ¿Qué te ocurre cuando entrás en crisis como artista?

—¡Vuelvo locos a mis amigos! Pido ayuda, hablo, vuelvo a terapia. Y me tomo un tiempo para no hacer nada, eso es muy bueno. Tuve que abrirme de muchos proyectos. Aunque, en general, soy muy productiva.

10. En tus obras la mujer suele ser el personaje con mayor carga dramática. Tal es el caso de Venecia, El Diario de Ana Frank, Nenucha. ¿Las mujeres estamos más acostumbradas al sufrimiento que los hombres?

—Creo que los dos sexos lo estamos. Desde la década del ’20 a la del ’40, en la dramaturgia porteña no hay grandes protagonistas mujeres. Si leés a Discépolo, son todas mujeres sufridas y los protagonistas son hombres. Afortunadamente, a partir de que la mujer comienza a votar, hay otra cabeza. Particularmente en mis obras, la mujer —como el héroe— siempre atraviesa pruebas.

Cielo Rojo, el sueño bolchevique se presenta viernes y sábados, a las 21, en el Patio de Actores, Lerma 568. Reservas: 4772-9732. Entrada: $25. Jubilados y estudiantes: $20. Además continúan las funciones de El diario de Ana Frank. Jueves a sábados, a las 21; domingo, a las 20.30. En el Teatro Regina, Santa Fe 1235.Entradas desde $70. Reservas: 4812-5470.

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