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Viernes, 18 de septiembre de 2009

VISTO Y LEíDO

Esas bellas criaturas

 Por Liliana Viola

La fórmula de la eterna juventud y otros experimentos nazis
Carlos De Napoli

Editorial Norma
208 páginas

Alemania nazi. Un grupo de mujeres prisioneras confinadas en un espacio de felicidad: las mejores comidas, verduras especiales en tiempos de hambre, algunas inyecciones, ejercicios, trabajos de jardinería, lecturas y chequeos periódicos. Si algo tienen en común es su belleza natural y el terror que las acecha cada vez que ven otro uniforme, un movimiento extraño. Pero no las han reclutado para que los militares sacien sus fantasías. No les va a pasar nada, al menos eso dice uno de los enviados del Führer, quien las trata como a muñecas de porcelana, experimentos de una alquimia usual en esos años de laboratorios y manipulación gótica de vísceras y partes. En estas mujeres se cumple literalmente aquello de “una belleza privilegiada”. Tienen entre 25 y 60 años, pero ninguna parece tener más de 30. La fórmula ideada por los médicos del Reich ha dado efectos. Por eso, aunque tengan miedo, cada vez que se abre una puerta y entra un nuevo jerarca, no tienen por qué temer. Son el bien más preciado de un proyecto que incluye el exterminio como una de las bellas artes, y al progreso científico como una forma de perpetuarse en el poder. Hitler y su megaproyecto que no cuenta con reemplazante, ni herederos de sangre, necesita de la vida eterna más que nadie. Los médicos del nazismo se lanzan a buscar la fuente de la eterna juventud. Estas mujeres fueron las conejitas de un experimento que consistía en extirpar testículos a los monos para trasplantarlos en cuerpos humanos. Probablemente en este traspaso de lozanía también le facilitaron al sida ese circuito entre el mono y las personas que se sabe que recorrió allá por los años ’40. Esta es una de las más escalofriantes hipótesis que sostiene Carlos De Napoli, autor de este libro y de varias investigaciones sobre el nazismo, entre ellos Nazis en el Sur, El pacto Churchill-Hitler y Los científicos nazis en Argentina. Napoli se apoya, entre otros datos, en un memo que Josef Mengele le entrega a su socia del laboratorio Fadrofarm de la Argentina, donde le adelanta que lo van a extraditar y le indica qué investigaciones seguir, pero le advierte que tenga cuidado con el método Voronov porque desataba una enfermedad. Según este trabajo, que bien puede ser leído como una novela de ciencia ficción hacia el pasado, la talidomida es otro de los funestos inventos nazis. El historiador asegura que ya ha aportado este documento a una fundación española que asiste a víctimas de la talidomida y con la cual colabora enviando material que les ayude en su lucha para lograr un reconocimiento. Se calcula que unas 6 mil personas en todo el mundo han sido afectadas por este fármaco, que fue retirado del mercado en los primeros años de la década de 1960. De Napoli presenta desde el comienzo su recorrido por la boca del lobo, los domicilios que Mengele tuvo en la Argentina, los de otros médicos brillantes, el paso por sus bibliotecas y por sus papeles de laboratorio.

Año tras año aparecen en librería trabajos sobre el nazismo. Por alguna razón siempre queda algo que decir, hay siempre más horrores escondidos bajo el bunker. El legado del nazismo no es solamente un resabio racista y mesiánico que cada tanto resurge sino un atentado contra la salud. ¿Y las mujeres perfectas de los médicos locos? Cuenta la leyenda que viven todavía. Teniendo en cuenta cuántos científicos nazis se alojaron en esta patria, se podría pensar que alguna sigue por aquí.

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