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Viernes, 22 de enero de 2010

MONDO FISHION

No culpen a la lluvia

 Por Victoria Lescano

Quienes lo vimos apoltronados en nuestros livings nos encontramos con una ráfaga de vestidos violetas, liláceos y en color lavanda nunca antes vista. Al más estridente de esa gama y en corte strapless lo lució Sandra Bullock, la actriz premiada por The Blind Side. “Es cierto que mi vestido no es transparente... ¿ustedes me lo dirían?”, bromeó Sandy como recitando líneas de alguna de sus comedias sobre el atavío ultravioleta de la firma Bottega Veneta que, independientemente de si era o no see trough, era muy feo. Otra enunciación sobre el atuendo para la ocasión salió de la boca de Chloë Sevigny –cultora del vintage y musa de los diseñadores neoyorquinos de comienzos de 2000– al tropezarse con los volados de su ampuloso vestido largo y apenas lila de la firma Valentino. Fue directo a las cámaras que transmitían y el “oops, casi me caigo con este vestido” se mezcló con los agradecimientos de rigor.

Negro eterno: El vestido negro y largo omnipresente en toda Gala irrumpió con garbo y voluptuosidad sobre el cuerpo de Sophia Loren, con bustier en forma de escote corazón de su compatriota Giorgio Armani, apartado de alta costura denominado “Armani Privèe”. Su compañera de reparto en el musical Nine, la española Penélope Cruz le siguió los pasos con vestido de encajes y cintas horizontales del mismo color y diseñador ídem.

También de negro y con menos pompa ostentosa, se paseó Julia Roberts: su vestido largo arriba de la rodilla para la ocasión fue un Yves Saint Laurent Vintage, llevó collar Van Cleef & Arpels cual talismán y fabulosos escarpines de taco.

Y Meryl Streep, premiada por Julie and Julia –quien, sin duda, aprehendió las enunciaciones de moda de su personaje de editora de moda en The devil wears Prada–, se paseó con vestido negro largo, casi monacal.

Metales preciosos: Toni Colette, la genial actriz premiada por la serie sobre trastornos de personalidad, United States of Tara, encandiló con un vestido de glitter dorado, mientras que Anna Paquin llevó vestido de tono ídem diseñado por la inglesa Stella McCartney. En plata, desfiló Jessica Lange y se vio a otras divas en versiones de Balenciaga.

Blanco y radiante: Con línea sirena cual atuendo de Barbie para casarse con Ken –ella está casada con la antítesis del muñeco, el cantante Seal– plus etiqueta Roberto Cavalli, desfiló la modelo y conductora del ciclo de moda dentro de la moda Project Runway, Kate Hudson. Destacaron los efectos especiales de drapeado en su corset blanco de “Marchesa” y unas plataformas a tono que la ayudaron a sortear los charcos de la alfombra roja. Como suele cotillear un amigo fotógrafo, los vestidos de Marchesa son grasas pero las actrices los usan puesto que su diseñadora está casada con el magnate de un estudio de cine.

Verde oliva y excentricidades de los Hamptons: Sigourney Weaver, la actriz de Avatar, la nueva película de James Cameron, llevó vestido verde largo con hombro al aire de Hervè Leger. Con vestido color arena con curiosos avíos símil esponja de Atelier Versace y sobrecito de Roger Vivier, Drew Barrymore subió a recibir su premio por Grey Gardens. El galardón también denotó una revalorización de la excentricidad povera de las primas de Jackie Bouvier –Edith Bouvier Beale y su madre, Edith Ewing Bowier circa 1975–. Sus invenciones indumentarias para vivir en una casona derruida de los Hamptons, casi apartadas del mundo fueron documentados por Albert y David Maysle en Grey Gardens, protagonizada por la dupla Barrymore-Jessica Lange.

Hubo quienes cuestionaron el atuendo de Drew: ¿acaso Eddie Bouvier, en sus ensoñaciones para escapar a la atmósfera opresiva de su hogar no se inventó accesorios disparatados como los que lució Drew B, la actriz que sobrevivió al estigma y la leyenda negra de los niños prodigio y fue la mejor amiga de un extraterrestre?

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