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Viernes, 9 de abril de 2010

Selección Bafici

1 > La vida es un policial negro

Por Marisa Avigliano

Idéntica a sí misma, Anne Perry es también Juliet Marion Hulme, el nombre con el que nació en Blackheath, Londres, el 28 de octubre de 1938. Esa identidad furtiva y doble la escolta a lo largo de los setenta minutos que dura el documental Anne Perry: Interiors, de la directora alemana Dana Linkiewicz y musicalizado por Olaf Taranczewski, quien compuso una melodía que rememora los sonidos de Simon & Garfunkel del sesenta y dos pero que además combina muy bien con los colores de las highlands escocesas, donde vive la protagonista.

Anne es la escritora de policiales que siempre se convierten en un best seller, la que da conferencias en una biblioteca (que es casi una parroquia) en un lugar perdido de Chelsea, la febril lectora de Rupert Brooke y la que recibe los elogios de la crítica.

Juliet es la que estuvo presa por homicidio. Cuando todavía no había cumplido los dieciséis años, Juliet mató a golpes junto con su amada amiga Pauline Parker, a Honora Rieper, la madre de Pauline. Por el crimen del parque Victoria, en Christchurch, Nueva Zelanda, las dos adolescentes fueron condenadas a prisión (eran muy jóvenes para la pena de muerte según la ley neocelandesa). El castigo del encierro no duró muchos años porque se les impartió otro de por vida: no volver a verse nunca más.

En 1994, Peter Jackson dirigió Criaturas celestiales, basada en la historia de Pauline y Juliet, fue allí cuando, entre los flashes de un estreno cinematográfico que mostraban a la joven Kate Winslet en el papel de Juliet, el mundo se enteró de la otra vida de Anne.

Dieciséis años después, Dana Linkiewicz muestra a Anne Perry en su casa, con sus libros, sus papeles, sus vecinos; en su geografía. A través de la voz de Anne (que mira a la cámara con distancia, aunque a veces la enfrenta amparada en sus cejas que suben abriéndose al asombro y al miedo) nos enteramos de lo único que queríamos conocer, la intimidad de dos procesos: la escritura y la culpa.

La Anne Perry que se deja ver en este documental es la escritora famosa que sabe cómo mostrar su cara al mundo pero es también aquella que ahora hace silencio para que avance su secreto más doloroso. Dice Anne: “No se trata de juzgar cuánto bien he hecho y cuánto mal, se trata de saber quién soy yo”. Quizá sea ésta la idea central del documental, la de lograr que en los testimonios se crucen las justificaciones humanas con las emociones empuñadas por un dolor demasiado frío pero imborrable. Frente a la intimidad de los rincones aparece siempre el emblema de la ruta hacia la aldea donde vuelan rollos de pasto por el campo, es el camino que nos lleva al único refugio, allí donde Anne se quedó escribiendo: “Narraway era un hombre mucho más inteligente, más sutil. Nunca revelaba nada de sí mismo. El misterio, los equívocos, el averiguar información sin darla era su profesión” (Los secretos de Connaught-Square, DeBolsillo). En algunos planos sonríe, pero es una sonrisa ajena, siempre ajena. Quizás es por eso que tanto estremece el testimonio de su vecina con la mirada inyectada de lágrimas cuando recuerda lo que pasó sin nombrarlo, cuando dice que les ha confiado a sus hijos y mientras lo dice ruega porque la propia Anne aprenda a confiar, porque como dice esa mujer con dentadura postiza y nervios hechos sangre, “hasta que Anne no lo haga, hasta que Anne no confíe, no va a estar libre del boogyman”, no va a estar libre de su propio hombre de la bolsa.

Se proyecta en el marco del Bafici hoy a las 18.15 y el 14 de abril a las 11.00 en Cine Hoyts Abasto y el 16 de abril a las 21.00 en el Arteplex de Caballito.

Anne Perry: Interiors podrá verse el viernes 9 de abril a las 18.15 hs. en el Cine Hoyts Abasto, el miércoles 14 a las 11 hs. en el mismo cine, y el viernes 16 a las 21 hs. en el Arteplex Caballito.

2 > En familia

Por Irupé Tentorio

Tarea difícil es la de ser protagonista de todo: escribirla, actuarla y dirigirla es, sin dudas, un desafío más que exigente. Sin embargo, Liu Jianyin lo supo hacer a la perfección y con un presupuesto mínimo, lo que no impidió que desde el año 2005 su documental Oxhide, Cuero de Buey o Niupi, recorriera el mundo por festivales independientes.

Liu expresa que desde un principio decidió presentarla sólo en festivales independientes. Cuero de Buey bajo el brazo y un sin fin de aventuras se presentaron en su camino y es así como este año desembarcó en nuestro Festival de Cine Independiente.

Ella es jovencita, alcanza 29 años de edad y se crió en Pekín. Apenas finalizó los estudios secundarios no dejó de escribir guiones. Pasaron varios cortos, hasta que finalmente decidió retratar su vida familiar en un documental de 23 escenas, con 23 planos fijos y una duración de 110 minutos, suficiente para plasmar la rutina de una cena, el tipeo de las letras chinas y las relaciones entre ellos empapadas de cuestionamientos que van desde los más simple hasta lo más ajeno.

Esta directora no pasó por la rutina del casting, decidió desde un principio que sus personajes fueran representados por sus mismos padres y ella ocupando el rol de hija. Un cuestionamiento se hace presente al ver este documental ¿cómo no identificarse con esta realidad?, las imágenes y los diálogos nos transportan a la esencia del cotidiano. En Cuero de Buey encontramos identificación en esos mínimos y simples detalles que subsisten en el corazón de cada núcleo familiar.

La directora explica que el objeto principal de este documental fue retratar su familia en estado puro: la familia unida cuenta detalles de lo cotidiano y es filmada enteramente en su pequeño departamento cerca de la línea principal de trenes en el sur de Beijing. Todo se convierte en un laberinto de pequeños espacios en donde casi es imposible respirar. Los encuadres que captura Liu, reflejan en varias escenas, diversos primeros planos y esto se ve en la toma de un torso, el detalle de una mano, la parte superior de una mesa o el fondo de algunas casas de su vecindario. Esta elección se debe en parte a una estética, pero también a la exigencia del estrecho espacio en donde vive. Sólo existen cuartos pequeños, con luz tenue y cada instalación es precisamente programada, en un sentido admirablemente equilibrado y es así como cada escena en acción se trasforma en una coreografía perfectamente clara de movimiento en contrapunto.

El control fiel que Liu sabe manejar del sonido y además del espacio diminuto mantiene a esta película de manera entendible. Es cierto que puede existir ambigüedad en el comienzo de la segunda escena, debido a la economía de su lenguaje, sin embargo el momento justo se escucha y se ve lo que es impredecible: una vista hacia una máquina de escribir ubicada en la parte superior de un escritorio y una suave discusión sobre la caligrafía china. Su padre balbucea y le explica “los espacios tiene que ser más definidos, vertical y horizontal, a veces como el sonido de una canción” esa imagen estática se contrapone con la hoja que cae de la máquina hacia el piso y una broma visual se presenta: la misma máquina comienza a funcionar y es así como las páginas de color rojo emergen hacia afuera, en donde se puede distinguir el contenido de los rótulos del establecimiento que está imprimiendo su padre: “50% de descuento en venta”. Aunque los signos son de impresión, Liu utiliza el tiempo y el espacio de la pantalla extra para ejecutar sus créditos breves, nombrándose como guionista de la película, directora fotográfica y directora.

Este documental no sólo se apoya en la vitalidad de sus personajes, sino que también provoca al espectador un cuestionamiento interno hacía sus comportamientos cotidianos y además a la existencia por el ejercicio de nuestra creatividad dentro de pequeños o grandes espacios y lo que significan estos espacios geográficos en nuestra vidas.

Oxhide termina, y la sensación que se aloja en el espectador es la confrontación entre el mercado del cine actual y la nueva mirada que Liu supo con detalles microscópicos de una familia y los magnifica en un lienzo de pantalla ancha para ofrecer así su vida propia y lo que ella vio de la misma.

Oxhide podrá verse el lunes 12 de abril a las 20.30 hs. en el Cine Hoyts Abasto, el miércoles 14 a las 16.45 hs. y el sábado 17 a las 14.30 hs. en el mismo cine.

3 > Desvíos didácticos

Por Marta Dillon

Desde la primera imagen, la voz en off reprende a la mujer que huye, compungida, de un dolor que sólo puede asociarse al desamor. La mano tapando la boca, la cabeza gacha, el cuerpo engalanado por un vestido que más temprano, seguramente, auguraba una conquista. ¿Dónde vas?, dice la voz e insiste, dónde vas, a dónde. Porque el lugar de la señorita es uno y sólo uno y ese lugar es junto al hombre. No importa lo que haya hecho, lo que le hayan hecho, la voz es perentoria y parece perseguir a la mujer que huye. En ese doble movimiento, la rebeldía de la mujer que se corre de su lugar –aun sufriendo– y el mandato explícito de ponerla en la caja, se hamaca Educating Women Trilogy, el documental que la cordobesa –aunque criada entre Venezuela y Estados Unidos– Mariana Quiroga construyó con material fílmico recuperado y recortado de entre las muchas piezas producidas en los Estados Unidos, evidentemente en el filo de los años ‘50, cuando la posguerra ordenaba volver a la cotidianidad de acumular dinero, formar familias y tener hijos. Y si había mujeres que habían salido a trabajar porque los hombres estaban ocupados matándose entre sí, pues era hora de que volvieran al hogar, que para eso la modernidad las proveería de saber –manuales para criar hijos, de anatomía, sexualidad y de cómo sacar manchas de la ropa– y tecnología para que el interior doméstico se volviera tentador. No hay ni en la ficha técnica ni en el documental –aunque tal vez habría que poner entre signos de pregunta la calidad de documental–, datos más precisos sobre dónde se encontró ese material transformado por la mirada y el montaje de la autora (y por la mirada del/la espectadora), casi una regla del found footage, un género que tiene su propio ciclo en el Bafici de este año y cuya característica principal es, justamente, hacer cine con el cine, hacer películas con recortes y ensambles de otras películas, casi como un gesto ecológico frente a la inmensa producción de imágenes que ya pueblan los archivos y hasta la memoria individual.

Is This love?/ Marriage for moderns/ Danger, women at work son los tres títulos que forman la trilogía de 20 minutos en total en la que se pueden advertir los tópicos principales de los dispositivos de disciplinamiento de las mujeres y de los cuerpos de las mujeres. En el primero (“¿Esto es amor?”), los desvíos de la mirada panean sobre películas del género siempre oponiendo alguna resistencia por parte de esas mujeres de mirada cándida, sufriente y de cintura ajustada; el gesto dócil parece más bien una estrategia que una entrega completa y cierta ironía logra hacer ruido en el discurso endulcorado de la época. En el segundo (“Matrimonio para modernos”), el título está directamente copiado de lo que parecen ser magistrales clases de educación sexual y sentimental, aunque otra vez las protagonistas muestran su rostro más crispado y logran reírse de los “pobres hombres” que trabajan todo el día y vuelven a casa sólo para que sus mujercitas no alcancen el objetivo de servir una taza de café “decente”. El material de base, de alguna manera parece deformarse hasta alcanzar el clímax en el último capítulo, el necesario para completar la educación y el título de mujer: aquí las “trabajadoras” –se trata de “Peligro, mujeres trabajando!”, según la traducción– son pin-ups que muestran las tetas bamboleándose al ritmo de una música más contemporánea con una letra que destila machismo al estilo Arjona pero con algún desvío como reconocer como mujeres también a transexuales. La risa puede soltarse entonces respondiendo al truco de la voz que habla del amor por todas las mujeres mientras ellas reciben palmadas en las nalgas, son apresadas por la policía por estar en corpiño o bien, por qué no, se afanan frente a una máquina de escribir. Así reescrita, la educación sentimental para señoritas parece haber generado frutos mucho más sabrosos que esos que se suponía estaban destinados al silencio y la oscuridad.

Educating Women Trilogy podrá verse el viernes 9 de abril a las 21.15 hs. en el Cine Hoyts Abasto, el domingo 11 a las 13.30 hs. en Malba Cine y el sábado 17 a las 22.30 hs. en el Cine Hoyts Abasto.

4 > Mujeres matadoras

Por Dolores Curia

Ella es el matador –escrita, dirigida y producida a dúo por Gemma Cubero y Celeste Carrasco– es una historia curiosa que desechaba el tinte machista que siempre trajo aparejado el mundo del toreo. Con este largometraje, ambas debutan como directoras después de ocho años de experiencia en el universo del documentalismo y lo hacen en el contexto de Talcual Films, la productora que ellas mismas crearon. La investigación saca a relucir un tema del que se ha dicho poco y nada, por lo menos, por acá, e ilustra las vidas de dos mujeres que han decidido tomar al toro por las astas, literalmente. La película se exhibirá por primera vez en la Argentina durante el Bafici. Desembarca en Buenos Aires después de haberse paseado por el Festival de Cine “Mujeres en Dirección” de Cuenca (Ecuador), el 3 Festival de Cine Femenino de Chenai (India), donde obtuvo el premio al Mejor Documental, y el Birds Eye View Film Festival (Londres), el mes pasado.

La corrida de toros –rito sinónimo de testosterona y coraje– ocupó siempre el podio entre los espectáculos populares españoles y contó siempre, en mayor o menor grado, con la participación femenina (ya sea como espectadoras o como protagonistas). En España, los permisos y prohibiciones con respecto al toreo por parte de mujeres se han desplazado cual péndulo según se sucedieran los períodos democráticos y dictatoriales. Cuesta creerlo pero, en las épocas de bonanza, durante las fiestas de toros hasta las monjas bajaban a la arena para hacerle frente a la bestia. Claro que, después del jolgorio, la Madre Superiora las llamaba a confesión por haberse divertido tanto.

El argumento de los gobiernos más conservadores para prohibirles a las mujeres la actividad taurina fue siempre de tinte moral, pues el traje tradicional se caracterizaba, según dicen, por resaltar las curvas. A tal punto que en 1908 la ley les prohibió a las españolas bajar al ruedo y a partir de ahí nunca más se detuvieron los altibajos. Pero hecha la ley, hecha la trampa. No faltaron corajudas y taimadas para inventar lasmilyunaformas de tomarle el pelo a la Constitución: María Salomé (más conocida como La Reverte) se travistió para poder batirse con el animal en la plaza. La emblemática Juanita Cruz se valió de las máscaras para torear sin ser descubierta. Por su parte, Angela Hernández, a la que Franco también le prohibió la tauromaquia, llevó su caso hasta la corte acusando a la resolución de discriminatoria.

Ella es el matador ahonda en la vida de dos toreras del siglo XXI. La primera es Eva Florencia, que se encuentra en carrera para pasar del periférico oficio de novillera al de matador(a) con todas las letras. Habla de sus sueños frecuentes en los que torea desnuda, del entrenamiento y de las dietas magras (¡hasta puso el imán de un bovino en la heladera para que le recuerde cuidarse en las comidas!). Y, al pasar, explica lo que le apasiona del asunto: la conexión entre el hombre (o la mujer) y la fiera. A los 16 se jugó todas las fichas, dejó la casa paterna en Italia y se fue a Andalucía para convertirse en matador. Desde entonces, no hubo forma de disuadirla de volver a su tierra natal. La segunda intrépida en cuestión se llama Doña Mari Paz Vega. Hoy por hoy, es la única profesional que ejerce el rol de matador en el mundo. “La muerte es algo natural. Es como una sombra que te persigue siempre aunque no la quieras ver (...) Nosotros somos tan conscientes de ella porque la vemos día a día en la plaza de toros”, sentencia Mari Paz, la malagueña que empezó su carrera con tan solo 9 años. Relata también cómo, con sudor y lágrimas, se las ingenió para hacerse un lugar en un mundo que rebasa de machismo. Y sigue remando porque, claro, no es cuestión de tirar la toalla a la primera embestida.

Ella es el matador podrá verse el viernes 9 de abril a las 18 hs. en la Alianza Francesa y el viernes 16 a las 17.15 hs. en el Cine Arteplex Caballito.

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