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Viernes, 28 de mayo de 2010

PANTALLA PLANA

LA MAQUINA DE BAILAR

Madonna, la reina del pop, vuelve al escenario gracias al canal A&E, que transmitirá en estreno el show de la diva en Argentina.

 Por Guadalupe Treibel

Dicen por ahí que cuando una persona se vuelve famosa, es fácil olvidar de dónde viene su cualidad de estrella: importa más su cotidianidad, el chisme o el leve morbo que la expresión artística, tapada por flashazos. En muchos sentidos, las últimas dos décadas (y media) de Madonna –La Reina del Pop– le hacen la segunda a la máxima. Tanto más se sabe (y discute) sobre su vida personal que sobre las canciones que le dieron la corona en la década del ’80 y la reafirmaron en el puesto a lo largo de los años. Y, a fuerza de decisiones, ella bien ha sabido construirse como mito. Fue el camaleón más renovador de su tiempo, imponiendo no sólo hits sino tendencia. Con o sin Cábala, los looks de Madonna –cara de Dolce&Gabbana– han sido Biblia para convertidos y la han puesto en foco por su desfachatez u originalidad.

Sin duda, la mujer es multifacética y sabe lucrar con su imagen inquieta. No por nada fue el personaje más nombrado en artículos periodísticos británicos durante la primera década del siglo XXI (fue mencionada en 45.633 notas, para ser exactos). Ok, bueno, su matrimonio (y divorcio) con el realizador british Guy Ritchie ayudó. Pero es su ADN de realeza el que –sin duda– la deposita siempre en el centro de la escena. De ahí que sea difícil creer que la cantante Lady Gaga pueda robarle el trono en un futuro cercano. Ellas bromean; salen en Saturday Night Live y se pelean en vivo. “¿Qué tipo de nombre es Lady Gaga? Parece comida de niños”, pregunta la chica material de 51 años.

Con todo, siempre está la música. Y aunque su último CD –Hard Candy– recibió críticas agridulces (algunos dicen que se trata de un disco sin vida y que la artista dejó de romper tendencia para montarse a la moda musical del momento, pidiendo –para ello– ayuda de hacedores de hits como los Neptunes, Timbaland y Justin Timberlake), la gira que presentó el material fue –por lo menos– memorable. He aquí la redención de la reina, el lugar donde todos recuerdan por qué es quien es; dónde está la cualidad de estrella...

Con su musculatura infernal, Madonna (alias “la lección de anatomía”) inaugura el vivo con un trono en forma de M (no sólo hay que ser sino parecer...). “Mis ojos van a abrirse por primera vez”, avisa segundos antes con voz en off; el show en Argentina –que se realizó en el estadio de River Plate en diciembre de 2008 y acaba de ser editado en DVD de alta resolución para el mundo– está por empezar. Poco más de dos horas de blonda ambición puestas al servicio de más de 66 mil espectadores. Y, por pantalla chica, del globo entero.

Con coreografías que rayan la perfección, bailarines esculpidos a mano (o son Adonis o tienen muchísima onda), sonrisas perfectamente puestas y algunas notas en guitarra (de la Gibson Les Paul a la criolla) en manos de la reina, la versión argentina del Sticky and Sweet Tour lleva la multidisciplinariedad a otro nivel: con DJ en vivo (a él Madonna le dedica un mini baile del caño), músicos on stage, dancers que interpretan como si no hubiera mañana, un acompañamiento visual en pantalla(s) que pasa del minifilm al juego VJ y estilos musicales de lo más diversos: pop ochentoso aggionardo con beats rockeros, tecno, R&B, funk y tantísimo más. ¿Los temas? Pues, de todos los tiempos: está “Vogue” (versión soft-sado), “La Isla Bonita” (entre balcánica y flamencosa), “Like a Virgin” (a capella), las peronistas “You Must Love Me” y “Don’t Cry for me Argentina”, las modernitas “Give it 2 Me” o “4 minutes”.

También hay tiempo para criticar a sus clones (¿musicales?), a la sociedad de consumo, a la tiranía y el hambre. Hay tiempo para cambiar de look, montar un ring on stage, “revivir” en vivo. Claro que la diosa siempre protagoniza: es el centro de la escena. Cual muñequito articulado, baila sin parar y ¡no transpira! Y hasta se da licencia para tomarse un shotcito, saltar la soga, subirse a un auto blanco de la década del ’30. Aunque, a no engañarse... Eso también está coordinado. No hay una mueca fuera de guión, pero la falta de naturalidad está compensada por la perfección hecha concierto. Y no, el lujo no siempre es vulgaridad. God save the queen, darlings.

“Madonna: Sticky and Sweet en Argentina” se emitirá el domingo 30 de mayo a las 23, por el canal A&E.

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