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Viernes, 21 de enero de 2011

RESCATES

Una mente brillante

 Por Aurora Venturini

Nacida Mary Wollstonecraft, del matrimonio formado por el filósofo William Godwin y la escritora feminista Mary Wollstonecraft, adoptó llamarse Mary Shelley, luego de casarse con el gran poeta inglés Percy Shelley. Natural de Londres, su mamá contrae fiebre puerperal y fallece cuando ella cuenta con pocos meses. Esta desgracia marcará su existencia como así también los numerosos fallecimientos de parientes cercanos. Mary vivía junto a su papá, que había adoptado a una hija natural de su desaparecida esposa, Fanny Imlay. Sintiéndose imposibilitado de cuidar y educar a ambas, contraerá segundas nupcias con Mary Jean Clairmont, quien trae a su vez otra niña, Claire, hija suya, y así serán tres las educandas.

En el año 1814, Mary conoce al poeta Percy Shelley, ya casado. Mas sin atender a tan comprometida situación en la Inglaterra puritana, mantendrán relaciones íntimas ante el menosprecio de la sociedad. En este tiempo, Fanny se suicida bebiendo láudano. Mary y Percy deciden huir de Londres, siendo acompañados por Claire. En 1816, la esposa de Percy se suicida también y él aprovecha su intempestiva viudez para unirse legalmente a Mary. En Suiza, se encuentran con el extraordinario poeta Lord Byron. Una idea traviesa de Byron hace el milagro de la celebridad de Mary Shelley, cuando una noche de viento y lluvia propone que los ahí reunidos escriban una historia de terror. Mary concibe un asunto que más tarde completará los primeros pasos de una novela gótica: Frankenstein o el moderno Prometeo. La escritora ha cumplido 18 años y cuenta haber soñado con un monstruo: “Vi, con los ojos cerrados pero con una nítida imagen mental, al pálido estudiante de artes impías, de rodillas junto al objeto que había armado. Vi al horrible fantasma de un hombre extendido y que luego, tras la obra de algún motor poderoso, éste cobraba vida, y se ponía de pie con un movimiento tenso y poco natural. Debía ser terrible; dado que sería inmensamente espantoso el esfuerzo de un humano para simular el extraordinario mecanismo del Creador del mundo”. El relato fue, en principio, un cuento corto que con ayuda de Percy se fue extendiendo hasta ser la novela terrorífica más leída en todos los tiempos. La publicación de esta novela fue en el año 1818, y en 1823 ya llevaba varias reediciones.

Junto a Byron, la pareja viajaba por toda Europa y al llegar a Lucerna se les acabaron los medios económicos y regresaron a Londres. Durante esta temporada, Percy demostró desamor por Mary y se ausentaba por semanas y hasta meses. Hogg visitaba con demasiada frecuencia a Mary y ambos aparecían algo enamorados, situación que con respecto a su mujer, Percy Shelley aceptaba, alentándola. No se sabe si los simpatizantes arribaron al pináculo de sus encontronazos, lo cierto es que Mary se embarazó. Luego de dar a luz a una nena prematura, ella le escribe: “Mi querido Hogg, mi bebé está muerto. Ven a verme tan pronto como puedas. Estaba perfectamente cuando me fui a dormir. ¡Ven! Era una criatura tan bella...”. Shelley tiene miedo de que el bebé haya sufrido fiebre a causa de la leche. Ese año, la pareja, asediada por los acreedores, resolvió abandonar Inglaterra y viajar a Italia. Ya Mary había tenido dos hijos luego del fallecimiento de la prematura y ambos habían muerto en Italia. El 12 de noviembre de 1819 nació Percy Florence. Juntos andaban por los lugares más bellos de la península, la pareja de Mary y Percy, y Byron descubriendo un sentimiento de libertad política del que carecieron en Londres. Mary dio a la estampa una novela histórica Valperga y las obras de teatro Prosperine y Midas, y su autobiografía titulada Matilda. El marido se inspiraba poéticamente, como también Byron. Además, Percy romantizaba con otras damas. Mary lo hacía con hombres y mujeres de su círculo. Hubo entre ella y el griego revolucionario Alexandros Mavrokordatos algunos giros, y se entretuvo con la pareja de Jane y Edward Williams. Al poco tiempo, se mudaron a la isla de Villa Magni, en 1822, donde Mary sufrió un aborto espontáneo y su marido le salvó la vida, sin asistencia médica, sentándola en una bañera repleta de hielo, deteniendo así el sangrado. La cercanía del Mediterráneo los tentó a la navegación y el 1º de julio de 1822, Percy Shelley, Edward Williams y el capitán Daniel Roberts surcaron las aguas hacia la costa de Livorno. Navegación interrumpida por la fatalidad de una tormenta que hizo capotar la nave.

Muerto Shelley, durante un año su viuda vivió en Génova, donde transcribía los poemas de Byron, decidiéndose por la educación de su hijo Percy Florence, el único sobreviviente. En 1824, Mary Shelley se mudó a Londres junto a Jane Williams, de quien según Muriel Spark, estaba enamorada. Seguidamente, regresó a la inquietud de las letras y El último hombre, 1826, fue el producto de esa decisión. En 1827, publicó las novelas Perkin Warbeck, Lodore y Falkner. Se ocupó de trabajos antológicos, reuniendo obras de italianos, españoles, portugueses y franceses en Vidas de los personajes científicos y escritores más eminentes de la serie Standard Novels. Este mismo período la encuentra introduciéndose en las creaciones líricas de Percy Shelley y en 1838, este trabajo se publica. Con Percy Florence, su hijo, se complementaban y los viajes que realizaron juntos le inspiraron el libro Caminatas en Alemania e Italia, en 1840, 1842 y 1843.

Mary Shelley falleció a los 53 años, posiblemente afectada de un tumor cerebral. Fue sepultada en la iglesia de St. Peters’s, en Boscombe. Sus herederos hallaron en un cajón de su escritorio unos escritos compartidos con Percy, anillos hechos de cabello de sus hijos muertos y una copia del poema de su marido Adonis, y un sobre que contenía cenizas y restos de su corazón.

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