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Viernes, 25 de febrero de 2011

La busqueda no muere nunca

Andrea López desapareció hace siete años en La Pampa. Era obligada por su pareja a prostituirse. Nunca fue encontrada. No se sabe si fue asesinada o vendida a redes de trata. Su madre, Julia Ferreyra, es una empleada doméstica que lucha por esclarecer la verdad sobre el destino de su hija y por seguir criando a su nieto huérfano de madre y de verdad sobre su paradero y destino.

 Por Luciana Peker

El 10 de febrero del 2004 Andrea López –de 25 años– desapareció. Nunca más se la volvió a ver, se supo de ella, o se llegó a su cuerpo. No se sabe si está viva o muerta. No se conoce su destino. No se acierta en si se encuentra enterrada o viva en un cabaret donde la obligan a funcionar como un cuerpo giratorio para ser usado sin identidad, libertad ni dignidad. Andrea López está desaparecida. ¿Dónde está Andrea López?

Andrea López vivía con el boxeador Víctor Purreta y su hijo en Maestros Pampeanos al 2600. Hace siete años se fue de su casa. No se sabe si por propia voluntad o ya secuestrada (ya que Purreta la obligaba a prostituirse y la maltrataba). Desde ese momento, nunca más se supo de ella. Su mamá, Julia Ferreyra, no sabía cómo rastrearla. A las dos semanas de ausencia, denunció la desaparición y la causa quedó radicada en el Juzgado de Instrucción 6.

Purreta fue condenado a cinco años de prisión por facilitación y promoción de la prostitución. Pero no por la desaparición de su pareja. Igualmente, cuando salió de la cárcel el boxeador volvió a ser condenado por el mismo delito ya que Analía Alejandra Gómez lo denunció por obligarla a mantener relaciones sexuales con desconocidos. Por sus antecedentes y la relación con Andrea, la familia de la víctima y las organizaciones sociales creen que Purreta está más comprometido y sabe mucho más de lo que dice y de lo que calla.

Por eso, en Buenos Aires, se decidió cortar con el silencio. Con la consigna “Por la aparición con vida de Andrea Noemí López” se realizó una acción pública el domingo 13 de febrero, junto a Julia Ferreyra (la mamá de Andrea), convocada por la Campaña Abolicionista Ni Una Mujer Más Victima de las Redes de Prostitución, Lugar de Mujer, Des-pegar vínculos sin violencia, Seminario de DDHH con perspectiva de género, Mujeres del Periódico El Espejo, ATEM “25 de noviembre”, Librería de Mujeres –Taller permanente de la Mujer, Asociación de Mujeres Argentinas por los DDHH– Ammar Capital, Feministas en Acción, Mujeres de las Orillas, Mujeres libres, Feministas independientes y otras

Las organizadoras piden que se termine con el sistema prostituyente pero, también, que se deroguen los artículos de los códigos contravencionales y de faltas que persiguen a las mujeres en situación de prostitución. También reclaman cárcel a los proxenetas y sus cómplices y la señalización de los clientes como prostituyentes. Pero además de todo lo que no quieren, hay mejoras que sí quieren. Por ejemplo, trabajo e inclusión social para todas las mujeres (para que la prostitución no sea una opción) y una sociedad sin explotación de clases, ni de género.

El caso de Andrea López es sustancial como cada cuerpo forzado a fruncir el dolor y aguantar para sobrevivir y es emblemático de la situación que viven miles de mujeres en la Argentina. Por eso, su historia se ve reflejada en el documental Fragmento de una búsqueda, dirigido por Pablo Milstein y Norberto Ludin, que cuenta la historia de la desaparición de mujeres para ser explotadas sexualmente y, especialmente, la lucha de Susana Trimarco para rescatar a su hija (Marita Verón) que fue secuestrada en Tucumán y sigue desaparecida.

Apenas unos días antes de un nuevo aniversario de la desaparición de Andrea, la policía pampeana (la Brigada de Investigaciones de Santa Rosa) realizó un rastrillaje en unos galpones abandonados sobre la Ruta Nacional 5, a pasos del Club Mac Allister. No es la primera vez que se cavan túneles y se remueven escombros en busca de Andrea. De hecho, la iniciativa es una señal de que la policía espera toparse con el cuerpo de Andrea y no con Andrea viva. Pero, en este nuevo operativo, tampoco hubo resultados que dieran con la joven desaparecida. “Siempre cuando está por cumplirse el aniversario realizan alguna búsqueda, pero durante el resto del año no hacen nada. Además siempre la buscan como si estuviera muerta”, criticó Julia Ferreyra en el diario La Arena de La pampa.

Julia siente que a su hija no hay que buscarla dándole palazos a la tierra sino derribando las puertas de cabarets que, hasta ahora, funcionan con la connivencia judicial, policial o política. Ella cree que Andrea puede estar viva y cautiva de una red de trata de personas.

Pero la dificultad para encontrar a Andrea empieza por las dificultades de Julia para ser respetada y no ninguneada por su condición de empleada doméstica, por criar a su nieto (el hijo de Andrea) que sigue pidiendo por su mamá (y su abuela tiene que pagar de su sueldo por limpiar casas un tratamiento psicológico para paliar los trastornos que le causa que su mamá haya sido arrancada a la fuerza de su infancia) y por no bajar los brazos en la lucha por la búsqueda de su hija.

Mirta Fiorucci, de la organización no gubernamental Mujeres por la Solidaridad, de La Pampa, criticó el desamparo de la mamá de Andrea: “Nunca, en todos estos años, la provincia se acercó a Julia para darle una apoyatura económica. Desde la Dirección de Violencia Familiar argumentan que Julia nunca se los pidió, pero Andrea es la única desaparecida en la provincia, entonces no se entiende que no se haya acercado el Estado para financiar todos los gastos que ella tiene que afrontar a diario”.

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Imagen: Juana Ghersa
 
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