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Viernes, 25 de marzo de 2011

[IN CORPORE]

Sin manchas

 Por Alejandra Peredo (*)

Las manchas oscuras son la consecuencia de un aumento de melanina (pigmento) en una zona más o menos extensa de la piel. El problema es que en la piel una mancha no es siempre lo mismo. Puede ser la consecuencia del daño solar o de una herida que se pigmentó; también puede tratarse de un fenómeno que acompaña al embarazo o a la ingesta de anticonceptivos orales. Algo que nos molesta estéticamente y punto. Sin embargo, también llega a encarnar el signo de una enfermedad, de un lunar (nuevo) o de una marca de nacimiento. Por eso, el primer paso frente al oscurecimiento de una zona de la piel es realizar un diagnóstico para que un médico nosdiga qué es.

La segunda recomendación es conocer la propia piel. Saber la antigüedad y las características de las manchas o las lesiones que nos “adornan”. Y cada tanto mirarlas (usar un espejo para observarse la espalda) y controlar que no hayan cambiado. Cualquier modificación en su tamaño, su color o su textura deben ser motivo de consulta médica. A este procedimiento se lo llama autoexamen de piel y es un paso clave en la medicina preventiva.

El crecimiento del problema de las manchas se generó como consecuencia de la exposición descontrolada al sol que trajo como consecuencia el fotoenvejecimiento y la hiperpigmentación cutánea. En su forma benigna se manifiesta en forma de zonas más oscuras en la piel (máculas) o los lentigos solares más engrosadas que suelen aparecer en la cara, el dorso de las manos, la calva de los hombres o el escote de las mujeres.

El tratamiento tiene tres consignas que se deben cumplir: actuar sobre el mecanismo de pigmentación de la piel para enlentecerlo o bloquearlo. La vitamina C, la arbutina, la uva ursi, el ácido azelaico, el ácido kójico cumplen esta función por diferentes vías. Los sueros de Skinceuticals cumplen también las condiciones imprescindibles y son sumamente efectivos. Estos mismos despigmentantes pueden actuar en forma de mesoterapia (microgotas que se inyectan en la piel) a un ritmo de una vez por semana. Y finalmente, sobre todo cuando hay lentigos solares, se indican sesiones de luz pulsada intensa a un ritmo de una vez por mes o cada cuarenta y cinco días.

Es fundamental usar protección solar estricta para que no se estimule la formación de nuevo pigmento. Elegir una textura agradable, con un SPF mayor de 30 y colocarlo media hora antes de salir al aire libre y renovarlo cada dos horas en casos de manchas o pieles muy sensibles. Conclusión: primero, un diagnóstico. Luego, un tratamiento dentro de las posibilidades de cada persona, pero siempre con profesionales con experiencia. Y, finalmente, un cambio de hábitos: pensar en lo que es natural y saludable y seguir ese camino.

(*) Médica clínica y coordinadora de la División Medicina Estética Magnolia / [email protected] / www.magnoliaonline.com.ar

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