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Viernes, 4 de julio de 2003

TENDENCIAS

Fragancias voladoras

Una promotora vestida de negro y con peluca violeta permitía testear, en ArteBA, las fragancias del artista plástico Benito Laren. Tienen nombres de satélites y un packaging que remite a un plato volador. Su creador es medio marciano.

 Por Victoria Lescano

El proyecto se llama Colonization Laren e incluye media docena de fragancias bautizadas con nombres de satélites contenidos en un frasco con tapas simulando platos voladores. El pack ostenta además de un retrato del artista Benito Laren con sus emblemáticas gafas y peluca rubio ceniza, obras de su autoría en miniatura con escenas de pingüinos, flores o casitas tornasolados con purpurina. Las ediciones están firmadas y numeradas y su método de promoción fue una de las apuestas más desopilantes de la última edición de ArteBa: incluyó una promotora llamada Larenita con atuendo negro absoluto, peluca violeta y bandeja de cigarrera colgada al cuello que salía del stand de la galería Sonoridad Amarilla, ofreciendo testers con notas de jazmín, cítricos o maderas.
Laren advierte que su “Fragancia Espectacularen” no se limita a un capricho estético, puesto que las fragancias fueron desarrolladas por un eximio perfumero, y luego se explaya sobre el proceso creativo que contó con la colaboración de varios artistas de la escena local: “La idea es que yo vengo de Marte, porque cuando nací todo era verde, entonces la cajita en lugar de hacer referencia a París, como suelen hacer todos los perfumes, habla de una colonización hacia la Tierra y los distintos aromas llevan los nombres de los satélites. Ganímedes es la de hombre, Amaltea, Náyade o Galatea son las de mujer y la unisex es Fobos. En el comienzo el laboratorista me dio doce fragancias, las numeré y en forma precaria bauticé Laren Número Uno al Laren Número 12; la gente no sabía si lo que probaba era de hombre o de mujer. La intención era que tuviera que adivinar eso también. Las estuve chequeando con mis amistades y quedaron seleccionadas estas cinco. El tiempo que duró el testeo yo llevaba un cuaderno y tomaba anotaciones de los comentarios; sin duda los más extraños fueron los del artista Ernesto Ballesteros, él se acordaba tanto de alguna novia que había tenido como de ciertas señoras mayores y hasta de su maestra de escuela; también consulté con Patricia Rizzo, del Fondo Nacional de las Artes; Iván Calmet hizo el diseño gráfico; Amalita Amoedo me trajo de un viaje por Europa un ovni de esos que ponés en el congelador para enfriar los refrescos y ése fue el modelo de la tapa en cuyo desarrollo me ayudaron desde el artista Miguel Harte hasta Miriam Rossi, una señora de mi pueblo, San Nicolás, que es una especialista en porcelana fría.
Y sigue Laren, imparable: “Hace diecisiete años que pinto y sólo soy conocido en el mundillo de los artistas; con los perfumes aspiro a llegar a la mayor cantidad de público posible, por eso se están promocionando en miles de postales, estarán en la vidriera de Filo y ya salieron algunos frascos a una galería de Barcelona y otra de Alemania”.
–¿Cómo surgió esta idea?
–Todo empezó porque yo quería hacer un almanaque con los artistas vestidos con los modelos de trajes que pinté en varios cuadros. Crecí mirando los segmentos de moda de la televisión y para los primeros cuadros con imágenes de moda rescaté imágenes de los cinco tomos del diccionario Lecton, todavía trabajaba en una fábrica siderúrgica y a los ratos libres los usaba para dibujar. La primera serie con moda tuvo cuarenta modelos: desde el traje con combinaciones de café con leche y medialunas, otro con grisines, del modelo hueso que tiene la crítica Laura Batkis, el modelo Adán con un vestido hoja o bien el vestido tuerca que mostré en el Consulado argentino en Nueva York y que es uno de mis preferidos: su sombrero simboliza una tuerca y la falda es una cubierta. No pienso si son o no para cocktails ni remitirme a un estética argentina actual, simplemente trato de adaptar todo lo que se me ocurre a mis geometrías.
Laren es conocido, además, por sus pelucas. “Empecé a usar las pelucas a comienzos del año 2000 para caracterizarme en un video para cantar. La primera la intercambié por una obra mía. Se me ocurrió usarla para ir a una inauguración y después, cuando dejé de usarla, la gente me preguntaba por qué no llevaba más peluca, tengo media docena, la más nueva es una de estilo muy Sergio Denis”. En estos días esas pelucas son el adorno para una de sus próximas caracterizaciones en un plan que debería cautivar a programadores de televisión en búsqueda de rarezas pop. Los próximos pasos del artista enfilarán hacia el piloto de un programa de gimnasia para la televisión. Va a citar un poco el humor de Benny Hill, porque notó que la gente se ríe mucho cuando él habla: “Voy a citar ese estilo de gags, lo simple y subido de tono. El programa tiene que ser erótico; yo hago del profesor de gimnasia y las chicas, de distintas edades, estarán con microbikinis para mirar con lupa porque yo detesto que cuando miro los programas de gimnasia aparezcan vestidas como para ir al Polo Sur”.
Se supo que Galatea y Fobos fueron los olores más codiciados entre el público de ArteBA. Sobre las obras que acompañan al perfume advierte que sigue la línea de las que desde hace un par de años se pueden conseguir con sólo introducir una moneda en antiguas expendedoras de tabaco dispuestas en cines y museos de la ciudad.

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