Nombre: Camila Fabbri

Profesión: Autora de Brick, una obra escrita en una clínica con la escritora Romina Paula (con la que también trabajó) en el año 2009, a los 19 años. Estudió con Mauricio Kartun, Julio Chávez y actualmente en el IUNA.

Funciones: viernes a las 22 en Sala Granate. Reservas: tehagolaprensa.com.ar

–En Brick trabajé con tres actores y la armé mientras estudiaba y trabajaba. Tenerla en cartel es una construcción en sí misma. Y ahora estoy con un segundo proyecto, mi segunda obra, asistiendo a clínicas para finalizarla. Se trata de un texto de un solo personaje, que relata la historia de su hermana muerta. Es un desafío trabajar un unipersonal, ya que es el tipo de espectáculos que más me cuesta abarcar. Es decir que, como espectadora, me cuesta que un unipersonal me conquiste; ésta es la construcción nueva. Quizá por esta mera circunstancia, esa necesidad de que en el teatro –de vivo que es– sucedan cosas todo el tiempo. Y ahora proyecto un trabajo minucioso con el texto. La belleza de lo escrito, todo el tiempo. Durante esa hora, al menos. En este momento quiero trabajar con el texto, revalorizarlo.

–Brick fue mi primera obra como dramaturga y directora. Es la historia de tres hombres en una obra en construcción, los tres unidos por un mismo interés: construir un edificio. Lo curioso es que, con ese tiempo destinado al trabajo, hacen otras cosas. No construyen edificios, se arman vínculos entre ellos, creando nuevos hombres. Un lazo amoroso también posible. Brick fue un trabajo que realicé con tres actores de distintas décadas, unidos los tres por un texto previamente escrito por mí hace unos años. Creo que eso merece un interés especial, me resulta hasta conmovedor, sobre todo relacionándolo con los finales.

–Podría ser “el ladrillo que supimos concebir” o “no todas las obras en construcción son edificios” o bien “en una obra en construcción también se pueden construir vínculos”.