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Viernes, 3 de agosto de 2012

SALUD

El lado Vih

A una semana del cierre de la Conferencia Internacional sobre el Sida, no todas las conclusiones se conforman con los anuncios médicos exitistas que reproducen los medios. Mientras se promete la cura, otro debate denuncia la interrupción de financiamiento que dejaría a la deriva a las poblaciones de riesgo más vulnerables y a las organizaciones de base que las contienen.

 Por Juana Celiz

“No es la crisis económica internacional sino la crisis de prioridades.” Esta denuncia fue la voz común que muchos representantes del “mundo del sida” llevaron hasta Washington, donde acaba de realizarse –entre el 22 y el 27 de julio– la XIX conferencia internacional sobre la epidemia (AIDS 2012). Más de 20 mil participantes reunieron a personas viviendo con VIH, referentes de la ciencia, la política, los movimientos sociales, la filantropía y el entretenimiento, desde Hillary Rodham Clinton hasta Elton John. El lema: “Juntos cambiando el rumbo”.

Es que el recorte de fondos que viene padeciendo el sector de la sociedad civil que trabaja en el área anuncia un diagnóstico fatal. El desfinanciamiento es consecuencia de la recesión, pero también de los cambios de prioridades políticas de los donantes y del escaso esfuerzo de los gobiernos nacionales.

Los síntomas comienzan a sentirse entre las personas viviendo con VIH/sida que están en condiciones más vulnerables: hombres que tienen sexo con hombres, usuarias de drogas, comunidades trans, poblaciones indígenas, personas privadas de libertad.

Una de las bajas más simbólicas es la cancelación de la llamada Ronda 11 del Fondo Mundial de la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, que desde el vamos apoyó el trabajo de base con poblaciones de mayor riesgo. “Que la recesión económica no desate una crisis humanitaria entre las personas viviendo con VIH”, advirtió en el 2009 nada menos que el Banco Mundial. A otra escala, como señala Médicos sin Fronteras, la quita impacta hasta en el desarrollo de antirretrovirales de mejor calidad. En el medio, las organizaciones con las que las personas infectadas y afectadas tienden redes también van quedando a la intemperie.

Patricia Pérez, directora de ICW Global, es una de las argentinas que participó en AIDS 2012. Repasa el debate: “Es un momento coyuntural donde nos planteamos si salimos y logramos llegar a la meta de sida cero o nos estancamos, como en estos últimos años. Soy optimista por naturaleza, pero sin recursos no hay metas. Por otra parte, se notó un vacío en el liderazgo político. Hacen falta líderes como Mandela, Clinton o Cardoso que atrajeran a otros líderes e incluyeran el tema en las agendas políticas internacionales. Hay inmensas sumas de dinero que los gobiernos malgastan en armamentos. Con la eliminación del 15 por ciento de ese gasto se cubre la investigación científica y los impactos sociales de los 34 millones de afectados por el sida en el mundo. Celebramos los avances científicos y médicos, pero aún persisten el estigma, la penalización y criminalización. Hay mucho más por lo que seguir trabajando. Si bien hoy un 50 por ciento tiene acceso a los tratamientos, el otro 50 no lo tiene, y la mayoría son mujeres”.

Compromisos y documentos no faltaron. “El gobierno de EE.UU., principal donante, a través de Hillary Clinton aseguró que no disminuirá el apoyo –cuenta Mabel Bianco, de FEIM–. Si bien hay países de Europa que disminuyeron los aportes, como España, Italia, Holanda, los mayores financiadores, que son Reino Unido, Francia y países escandinavos, siguen aportando.” Y otras naciones como Australia y las emergentes Brics –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– se posicionan como nuevos promotores de la salud mundial.

Eugenia Gilligan, de la Red Argentina de Mujeres Viviendo con VIH/sida, también estuvo ahí. “En relación al apoyo para mujeres, participamos de una reunión con el director mundial de Onusida, Michel Sidibé. Manifestó estar preparando un plan de acción con metas concretas para facilitar el acceso al financiamiento. Lo que no sabemos es si podremos aplicar desde acá. Los financiadores internacionales dan prioridad a los países con más necesidades, y por el crecimiento del PBI de la Argentina no nos toman como opción.”

CASOS TESTIGO

El Fondo Mundial, igual que Onusida, promete volantear sus estrategias. “El costo de no hacer nada es mayor que el costo de hacer algo. Incluso las estimaciones conservadoras indican que casi el 90 por ciento de los gastos se puede recuperar para el año 2020 a través de los ahorros en los costos de tratamiento evitados.” La comparación está en el informe que la Junta Coordinadora del Programa de Onusida acaba de presentar, en junio pasado, a esa agencia. La Junta está integrada por referentes de ONG de todo el planeta, incluida Bianco, de FEIM. Objetivo: exigirle a Onusida que evalúe sus frustrados intentos para alcanzar las metas declamadas.

Allí se cuenta que “estamos en una época de oportunidades sin precedentes. Desde 1997, las nuevas infecciones por VIH se han reducido en un 21 por ciento y, desde el 2005, 2,5 millones de muertes han sido evitadas mediante los ARVs. Existe la promesa de logros aún mayores, como la Red de ensayos para la prevención del VIH (HPTN), demostrando que proporcionando ARVs se pueden reducir las nuevas infecciones por VIH en un 96 por ciento en parejas serodiscordantes”.

Con excepción de un par de párrafos, las 23 carillas de la investigación no tienen otra buena nueva. Peor: muestran a cuántas vidas humanas arrastra esta decisión. Citan casos: Gestos, la única ONG de su tipo que hay en Recife (Brasil), desde que dejó de recibir apoyo de Terres des Hommes y le fue imposible conseguir otra fuente, cerró el programa por el cual contenía a 60 chicos y chicas viviendo con VIH. Lograban mejorar el rendimiento escolar y reducir los niveles de violencia. Otro caso: “Estamos viendo un aumento de la mortalidad –denunció Joan Didier, de St. Lucía AIDS Action, Caribe–. La gente no adhiere a su tratamiento debido a que el apoyo social y nutricional que debe hacerse no está”. Filipinas, por su parte, tiene una de las epidemias de más rápido crecimiento en Asia y Pacífico. Pinoy Plus es una red nacional que funciona desde hace 20 años. Entre otras pérdidas, tuvo que cerrar un hogar de apoyo para personas infectadas y afectadas, mientras su poder para hacer incidencia y obligar a su gobierno a rendir cuentas se debilita. El informe completo se puede leer en www.unaidspcbngo.org

IMPACTO LOCAL

“Si bien fue escasa la participación y visibilización de la epidemia en América latina y el Caribe, lo positivo es darme cuenta de los avances que tenemos en Argentina, en relación al acceso universal. En cuanto a las mujeres, sólo se menciona la transmisión vertical. Falta trabajar fuerte en salud sexual y reproductiva, estigma y discriminación”, resume Gilligan. “Lo preocupante es la persistencia del alto costo de los medicamentos y que a países de América latina como Brasil, Argentina y México se nos va a volver difícil sostener los tratamientos”, retoma Bianco, y plantea: “Las ONG no aplicamos para las donaciones, así que tendremos dificultades para continuar nuestras actividades, especialmente las de prevención”.

Desde 1987 Estados Unidos no era anfitriona de una de estas conferencias. La cita fue en Washington, quizá como una fresca manera de celebrar que se levantó la ley que les negaba la visa a personas viviendo con VIH. Igual, varias organizaciones sociales denuncian que la arbitrariedad sigue violando la nueva norma, que muchos activistas no pudieron acceder al permiso. A pesar de todo, Patricia Pérez reconoce que la transición “significa un logro de los derechos humanos. Que podamos volver a EE.UU. sin necesidad de mentir nos hace libres”.

Tomar la palabra

¿Qué saben de las leyes que los protegen? ¿Qué experiencias negativas tuvieron al respecto? ¿Qué obstáculos encuentran todos los días para acceder a su derecho a la salud? ¿En qué espacios pueden denunciarlo? ¿Cómo hacen para esquivarle a la discriminación? Estas fueron las preguntas que orientaron a las personas viviendo con VIH/sida de las poblaciones de riesgo que dieron carne al último informe de la Junta Coordinadora del Programa de Onusida, presentado en AIDS 2012. Se llama “Voces desde el terreno: cómo las leyes y políticas públicas afectan la respuesta al VIH”.

La idea es tomarle el pulso al sistema jurídico de las distintas naciones, evaluar si realmente es un aliado para alcanzar las metas que buscan contener la epidemia.

El objetivo es que esos sistemas y las personas involucradas en el proceso legal brinden servicios sensibles, responsables, profesionales y de calidad. Que funcionen como garantía de los derechos humanos y no como un obstáculo.

  • Muchas mujeres sienten que su estado serológico aumenta las chances de ser víctimas de violencias. Las consideran “culpables” por la infección, ya que son las primeras en saberlo, generalmente durante las pruebas prenatales.

  • Personas gays y trans detenidas por su identidad de género dijeron tener claro que las leyes de protección no alcanzan para garantizar su seguridad.

  • El 61 por ciento de más de 1000 encuestados se sintió discriminado en servicios de salud sexual y reproductiva o prevención, tratamiento, atención y servicios de apoyo. Esto desalienta las consultas.

  • Participantes de las comunidades africanas en el Reino Unido contaron que muchas personas en su comunidad prefieren no conocer su diagnóstico como defensa en caso de persecución.

  • Varones de la comunidad gay centroamericana confesaron que, si tienen chances de expresarse y reclamar sus derechos, también son más capaces de cuidar de sí mismos. La incidencia del VIH es más baja en los países donde la homosexualidad no está criminalizada.

  • Muchos migrantes denunciaron que las políticas represivas hacia ellos están creando barreras para el acceso a los servicios de VIH, incluso dominados por el fantasma de la deportación.

  • La mayoría comentó la falta de rendición de cuentas por los abusos dentro del sistema y la necesidad de buscar una manera segura para que las personas que viven con VIH y las poblaciones clave puedan reportar los abusos por parte del gobierno o las agencias judiciales. Y expresaron un fuerte deseo de utilizar el sistema legal para la reparación, pero sólo unos pocos conocían ejemplos sobre jurisprudencia al respecto.

  • En todas las regiones las experiencias con la aplicación de la ley fueron, en general, negativas y en el peor de los casos totalmente abusivas y violentas. En vez de ser los protectores, la policía fue citada frecuentemente como una amenaza para las personas que viven con y son vulnerables al VIH.

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