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Sábado, 30 de marzo de 2013

MÚSICA

LA REINA DEL ROCK & ROLL

Antes de su inminente presentación en Argentina, Brittany Howard, frontwoman de la banda norteamericana Alabama Shakes, habló con Las12 sobre el maratónico ascenso a la fama, sobre las voces que la describen como la nueva Janis Joplin y, por qué no, sobre cuánto quiere a su abuelita.

 Por Guadalupe Treibel

En poco más de un año y medio, Brittany Howard, de 24, pasó de hacer covers de Black Sabbath y James Brown a encabezar charts, vender cientos de miles de copias y recibir millones de clicks vía YouTube por su canción estrella, “Hold On” (tema number one del 2012, según Rolling Stone Estados Unidos). El rock sureño, punksoul y blues del primer y, de momento, único disco de Alabama Shakes (Boys & Girls), su banda, ha enfrascado a todos, en una fascinación que, acorde a las buenas lenguas, sólo es reforzada por vivos memorables.

Mientras algunos ya se animan a incluirla en la lista de leyendas del rock & roll femenino, ella –en compañía de Heath Fogg (guitarra), Zac Cockrell (bajo) y Steve Johnson (batería)– sigue moviéndose: tras haber sumado el tema “Always Alright” al soundtrack de El lado luminoso de la vida, lanzó el nuevo single “Making Me Itch” a la estratosfera y, en solitario, grabó una canción de Sixto Rodriguez (“I Wonder”) con la favorita de Jack White, Ruby Amanfu.

En paralelo, dijo que no a un reality buscatalentos que la quería de jurado, tocó con los legendarios Mavis Staples y Elton John en los últimos Grammy, dejó patidifusos a los espectadores de Saturday Night Live con un show (corto pero) intenso y sacudió (continúa sacudiendo) su cuerpito de antidiva posesa en giras interminables que la han pasado por lo largo y ancho del globo y que, el próximo martes, la depositan en la Argentina para reforzar (esperemos) su fama de intérprete para el recuerdo: dulce, rasposa, tenaz; toda la variedad.

Sobre cómo mantener los pies en la tierra, sus orígenes punk, el pasado como cartera, ser rockera en el sur de Estados Unidos y mucho más, conversa

Brittany con Las12.

¿Es cierto que llevaste a tu abuelita a la última entrega de los Grammy?

–Sí, no me imaginaba yendo con nadie más. Nunca estuvo en ningún lado y me pareció lindo compartir este tipo de situaciones con ella, que ha sido una de las personas más positivas en mi vida. Ella siempre me cuidó mucho; quería que se divirtiera un poco.

Cuentan por allí que –con ímpetu– golpeó la puerta del camarín de Adele...

(Risas) –Sí... La pone muy contenta conocer a “los famosos”.

¿Cómo se ha tomado tu familia el maratónico ascenso de la banda?

–Mi familia me apoya muchísimo, son mis fanáticos número uno. A tal punto que recortan todo (literalmente, todo) lo que sale sobre la banda. Fijate que tienen un viejo libro de recortes donde clipean cada nota nuestra.

Pensar que, hace poco más de un año, tu papá estaba preocupado porque dejabas tu trabajo de cartera...

–¡Pensó que estaba loca! Yo iba a hacerlo de todas formas, sólo estaba esperando que se presentara una buena oportunidad.

¿No te resulta un poco surrealista que todo haya pasado tan rápido? En un año y con sólo un disco, ya recibieron tres nominaciones Grammy, el título de “Mejor Canción 2012” por “Hold On” en Rolling Stone Estados Unidos, loas indiscriminadas de la crítica mundial, halagos hollywoodenses...

–Hay días en que todo parece irreal; otros en los que entiendo perfectamente cómo llegué hasta aquí. Lo increíble es que, poco tiempo atrás, estaba realmente preocupada por mi futuro, por cómo iba a ganarme la vida, por cómo hacer dinero. Era miserable en mi trabajo y hacía lo que debía hacer para llegar a fin de mes, lo cual es terrible. Es terrible estar en esa posición en la que claramente no sos feliz, pero tenés que trabajar en algo que te disgusta para salir adelante. Lamentablemente es la posición en la que se encuentra la mayoría de la gente.

Volviendo a los Grammy, aquella noche compartiste escenario con Mumford & Sons y Elton John para rendir tributo a Levon Helm. También estaba un icono total del R&B y la música góspel: Mavis Staples. ¿Cómo fue esa experiencia?

–¿Qué te puedo decir? Mavis es una heroína mía. La primera vez que la vi pasar, pensé: “¡Esta mujer es un petardo! ¡Está prendida fuego!”. ¡La quería abrazar! Así que eso hice: fui y la abracé. Mavis acaparó toda mi atención: estaba tan feliz y emocionada por tocar con ella, que fue lo único que registré de esa experiencia.

Siguiendo la ruta de referentes femeninos, ¿estás al tanto de que, a menudo, se compara tu voz con la de Janis Joplin o se habla de parecidos o puntos en contacto con Aretha Franklin, Billie Holiday?

–Para mí son comparaciones, y nada más. No sé si sueño como alguna de ellas... (piensa). No, en realidad no: sueño como yo misma. Jamás trataría de parecerme a Janis. Aunque aprecio su carrera y respeto mucho cuánto creyó en lo que hizo, nunca fue una inspiración para mí como cantante. Nina Simone sí lo fue y es una de mis preferidas, pero no puedo cantar como ella. Claro que, al mismo tiempo, ella ni siquiera intentaba cantar, sólo lo hacía. Y eso es lo que intento hacer yo. No me interesa sonar como nadie ni ser como nadie que no sea yo misma. Entiendo que la gente me asocie a otras artistas para describir cómo sonamos, pero sólo es eso: comunicación. Mi ego no se pega un viaje con este tipo de comparación, sabe que es sólo una etiqueta.

Como bien sabrás, has cosechado un sinfín de fanáticos el último año: Alex Turner (Arctic Monkeys), Adele, David Byrne, Jarvis Cocker y Neil Young son declarados seguidores de Alabama Shakes. Uno de los factores más aplaudidos de su música es la crudeza y sinceridad de tu voz. ¿La entrenás para alcanzar esa acritud?

–No, para nada. La voz simplemente sale así. Cuando canto es como si estuviera convirtiéndome en un ser distinto, me vuelvo una animal. La voz es poder y disfruto mucho poder sacarla hacia afuera, poder shockear a las personas. Nadie espera esta intensidad cuando viene a nuestros shows, pero allí estoy yo, ofreciendo todo lo que tengo para dar. Y sí que se siente bien.

¿Como si nada te frenara, nada te retuviese?

–Exactamente. Y ése es uno de los motivos por el cual hago lo que hago: es muy liberador.

Acorde a la prensa extranjera, los shows en vivo de Alabama Shakes son explosivos; todos concuerdan en que es el fuerte de la banda y ahora podremos comprobarlo en Argentina. ¿En qué pensás cuando estás arriba de un escenario?

–Si estoy haciendo bien mi trabajo, lo único que se me cruza por la cabeza es el significado de la letra y cómo expresarlo de la mejor manera posible. Me expreso a mí misma a través de las canciones.

¿Dirías entonces que las letras son autobiográficas?

–Absolutamente. Para que un tema suene real, hay que exponerse y escribir acerca de lo que una conoce. No siempre es lo más sencillo de hacer, pero las mejores canciones aparecen cuando sentís verdadera pasión por lo que estás diciendo.

El tema “Hold On”, gran éxito del 2012, tiene cierta vibra religiosa. “Bendice mi corazón, bendice mi alma. No creí que llegaría a los 22. Debe haber alguien arriba cantando: Vamos Brittany, tienes que aguantar”, entonás en los primeros versos.

–No diría que es una canción religiosa, sí espiritual. Muchas veces uno necesita ser fuerte frente a determinadas situaciones y hay “algo” o “alguien” que lo ayuda a conseguirlo. Si bien creo que hay un dios, no escribo específicamente sobre él. Mis canciones hablan de atravesar situaciones, de intentar mantenerse positivo, no porque me considere una persona positiva. Si la paso mal, escribo sobre estar bien, porque me ayuda a sentirme mejor.

Recuerdo haber leído una entrevista a Elliott Smith –que fue criado en Texas– donde él decía que si querías dedicarte a la música en el sur, tenías que estar listo para que tus vecinos pensasen que estabas demente, que eras un desquiciado. ¿Sigue siendo así?

–Es así, sí. Para la mayoría de la gente, hacer música es un hobby (salvo que seas de Nueva York, donde aparentemente sí es posible “lograrlo” siendo artista). Si, en cambio, sos de un pequeño pueblo del sur, no vas a ir a ningún lado con tus canciones, porque no da dinero. Sin embargo, hay gente que tiene suerte y nosotros somos un ejemplo de ello. Claro que aquí hay muchísima gente talentosa, pero nadie la está mirando.

¿Creés que persiste el prejuicio que asocia al sur con la música country, como si fuera lo único que suena en esas latitudes?

–Es algo que está cambiando. Igualmente, no somos tan diferentes. El country se convirtió en rock&roll y se convirtió en blues y el blues –a su vez– se convirtió en soul. Todo está aquí: bluegrass, blues, country, rock&roll... Es como una gran usina de géneros y uno de los mejores lugares para aprender.

Sos oriunda de Athens, un pueblito de Alabama, con una población de 22 mil personas. ¿Planeás mudarte o seguir allí?

–Mudarme, ni loca. Acabo de comprarme una casa, así que tengo para –por lo menos– 15 años más viviendo acá.

De hecho, tenés un tatuaje de Athens en el brazo, ¿cierto?

–Es el estado de Alabama. Me lo hice cuando las cosas empezaron a salir bien, para recordar que –no importa dónde esté o adónde vaya– éste es mi hogar y siempre lo será.

Sin embargo, en una nota en Rolling Stone Estados Unidos se mencionaba cómo, hace unos años, hubo una manifestación del Ku Klux Klan en Athens. ¿Nunca fuiste víctima de racismo allí?

–Eso fue tergiversado. Yo vi lo que pasó, dejame que te cuente: sí hubo un grupo del KKK en el pueblo, pero estaba de paso. Como en el país no se le puede negar el derecho de expresión a nadie, se dejó que hicieran una pequeña manifestación en un tour por distintos pueblos. Pero en Athens fueron repudiados. Nadie los quería aquí. Cuando aparecieron, el pueblo se manifestó y tuvieron que irse.

¿Cuál fue tu entorno cultural creciendo en Alabama?

–Por lo pronto, en mi casa sonaban cosas bien distintas. Mucho Motown (por parte de mi papá), mucho Elvis (por parte de mamá). A medida que fui creciendo, pasé a Led Zeppelin, Pink Floyd, Black Sabbath, rock clásico. Y, por supuesto, no bien tuve una guitarra, apareció el punk: The Cribs, Cash, Ramones. Siempre quise hacerlo todo. Era escuchar algo nuevo y decir: “Quiero más música así” y estar días investigando, no sé, música camboyana. Ahora sigo siendo igual: cuando me entusiasmo, no paro.

De hecho, tuviste una banda punk, ¿cierto?

–¡Tuve! Cuando tenía 13 años, fue mi primera banda. Se llamaba Kerosene Swim Team. Pero música hago desde los 11; aunque siempre canté, a esa edad encontré una guitarra en el closet y, como no había plata en casa para costear clases, aprendí a tocarla sola.

Al tiempo conociste a Zac (Cockrell, bajista y cofundador de la banda)...

–Sí, cuando estábamos en el secundario. El era un año mayor y fue la persona a la que me acerqué y le pregunté si quería escuchar unas canciones que había escrito. Desde entonces empezamos a intercambiar ideas y ahora, siete años más tarde, seguimos haciéndolo. Yo diría que el intercambio salió muy bien. La única diferencia hoy es que somos más.

¿Planean empezar a armar el segundo disco pronto?

–Yeah, posiblemente en abril o mayo nos tomemos dos meses para componer y ver qué sale. Estoy lista para volver al estudio de grabación y hacer un álbum nuevo.

Hay mucha expectativa por su próximo trabajo. ¿Eso les agrega presión a la hora de componer?

–No, para nada. He querido hacer un segundo desde que terminamos el primero. No siento presión, siento entusiasmo. Escribir canciones siempre se siente como una pequeña aventura, como magia (donde antes no había nada, ahora hay música). La verdad es que no me interesa impresionar a nadie. Esto es lo que hago, lo que siempre hice, y el simple hecho de que ahora la gente nos esté mirando no cambia nada en lo más mínimo.

El periodista, escritor y crítico Greil Marcus una vez dijo que una canción es más que una canción, que tiene más historia y cuestionamiento de lo que aparenta a simple escucha. ¿Coincidís en que en una canción que nos gusta se esconde un mundo entero? ¿Cuál dirías que se esconde detrás de los temas de los Alabama Shakes?

–Quizá sí escondan un mundo, no lo sé. Nuestras canciones sólo tratan de descifrar algo, están a la búsqueda de algo. Originalmente las escribí por motivos egoístas: las escribí para mí misma. Pero ahora la gente nos dice que los temas los han ayudado mucho. Eso también es bastante cool.

Alabama Shakes se presentará el miércoles 3 de abril en el marco del Pepsi MusicEl Festival, en Costanera Sur. Ese día se presentarán, además, The Black Keys, The Hives, Pearl Jam y Hot Chip, entre otros.

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