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Viernes, 30 de agosto de 2013

MONDO FISHION

Superficies de placer

 Por Victoria Lescano

En los modelos de mi colección privada de kimonos que reversioné para la colección DNI, aparecen huellas dactilares como si un animal print humano hubiera impreso una textura sobre otra y en acciones de captura o de apropiación se posaron sobre las superficies de placer, corrompiendo la belleza en un acto de pasión. Pensé cada estampa sobre las distintas partes del kimono como si se tratase de un haiku y una foto de esa unión de diez años. Trabajé junto a un equipo de diseñadores y con la estilista Eugenia Rebolini: juntos fuimos buscando el punto en el que esas síntesis morfológicas pudieran abrir un nuevo juego en relación con el verano y con las geometrías reinantes en la tendencia actual y el apogeo del kimono. Así, las operaciones fueron siempre de sustracción, ya sea transformando el kimono en una larga pieza sin mangas, acortando los largos mediante un pliegue que decora el interior o bien generando bolsillos para darle un nuevo uso al kimono, del kimono símil capa a kimono cual chaleco de verano.” Tales fueron los enunciados del diseñador Martín Churba sobre el método textil y la devoción por siluetas orientales que pudo apreciarse en su desfile para el verano 2014 (que se presentó el 14 de agosto en el Hotel Alvear con un desfile cautivante, y que coincidió con los diez años de Tramando).

Los kimonos preciosistas fueron el eje rector de la colección: si bien algunos ejemplares irrumpieron entre arreglos florales, muebles de estilo francés e iluminados por los caireles del salón del Hotel Alvear, su tributo y apropiación confesa de la silueta y el textil oriental, tendría su gran momento cuando las modelos se paseaban por los pasillos aledaños iluminadas con dramáticas luces rojas que contrastaban con los frufrús de los cortinados. Y como epílogo del show, luego de pasar las modelos vestidas con siluetas holgadas en tonos de negro, visón, crudo y coral –de vestidos a variaciones sobre lencería, pantalones y micro shorts– atuendos de la tradición japonesa, las mannequins se despojaron de esos textiles y los colgaron de pedestales símil exhibidores de hierro.

El dossier para prensa anunció: “Los diez años de Tramando imprimen en esta colección prendas artesanales, con estampas históricas pertenecientes al recorrido de la marca, pero ahora reinterpretadas y superpuestas en nuevas composiciones y con obras de José Luis Anzízar”.

¿Cómo definís las variaciones sobre kimonos y las estampas que desarrollaste para cada caso?

–Los kimonos intervenidos para DNI son una síntesis de una historia y de una época. Cada pieza se trata de la mejor optimización del recurso textil, que lejos de ser austero invita a una geometría morfológica simplificada. Con respecto al kimono, tenemos que separar la pieza en dos canales: por un lado la forma, que es la síntesis geométrica estilizada, y por otro el textil. Considero que los textiles que reflejan los kimonos son maravillas de la naturaleza humana. Desde los viajes que inicié a Japón hace diez años (el grupo HP France fue pionero en poner el ojo en los diseños de Churba para Tramando) estoy en contacto con los kimonos. Considero que conocerlos cambió el modo de mirar y de hacer textiles en Tramando a lo largo de diez años. Ya hice diez viajes –para llevar y presentar mis colecciones–, considero que cada uno de ellos es como un simple saquito de té mi cabeza: entra en una taza y pasa a otra, y que en esos remojones (o rituales del té) el kimono siempre fue lo máximo.

¿En qué consiste la participación de Soledad Twombly y su colección cápsula para Tramando?

–Sole es amiga de mi socia, Alexandra De Royere (quien además de CEO de Tramando es coleccionista de arte). Y así como tiene tiendas en el extranjero, aquí viste a muchas de las chicas chics de Buenos Aires: en su mayoría son mujeres que no encuentran una oferta en el mercado local. Me refiero a piezas de seda natural, de siluetas simples y terminaciones a mano. De ahí que hicimos una colección cápsula, que consta de cinco siluetas de vestido, dos blusas y un pantalón corto. Todo fue realizado en seda lisa con zonas o recortes intervenidos con grabados de goma de colores.

En un intento de balance de los diez años de Tramando, ¿cuál es la prenda emblemática y el método que resume la identidad de la firma?

–Creo que la firma intervino de manera única tanto textiles como prendas. Así como el kimono también es una buena síntesis de Tramando, en nuestro laboratorio está siempre presente el secreto encanto de jugar con los prints, los colores y las texturas, en pequeñas y grandes superficies, pero siempre tramando o jugando con la moda.

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