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Viernes, 8 de noviembre de 2013

ENTREVISTA

De la letra a la acción

En esta entrevista, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, defiende la voluntad política de implementar la ley de educación sexual y asegura que en el 2016 todas las escuelas van a estar capacitadas a través de un proyecto que ya se está llevando a cabo en todo el país. Admite que todavía hay resistencias, pero que la ley no es opinable y que se está produciendo material accesible para todos y todas.

 Por Luciana Peker

En el 2006 se aprobó la Ley de Educación Sexual Integral. Una década después, en el 2016, en todas las escuelas del país tendría que haber docentes formadas/os para dar educación sexual integral, según el plan de capacitaciones masivas que ya se está realizando en las provincias argentinas. La idea es que después los docentes capaciten a sus compañeros/as y repliquen lo que saben. Por otra parte, ya existen contenidos para aplicar desde nivel inicial hasta la secundaria y poder enfrentar, de este modo, el abuso sexual infantil, desde el jardín de infantes, o la información sobre el desarrollo y la primera menstruación y el respeto por el otro y el propio cuerpo, en la primaria, hasta la prevención del embarazo adolescente, el noviazgo violento, la discriminación por orientación sexual y la trata de personas, en la secundaria. El ministro de Educación, Alberto Sileoni, aseguró a

Las 12 que la ley se cumple pero que piensan alcanzar el segundo bicentenario con un proceso muy importante de formación docente. “No es lo mismo que lleguen al aula los accidentes geográficos a que lleguen al aula contenidos que mueven historias previas, resistencias, y la educación sexual integral genera resistencias”, reconoce. Pero avanza: “Estamos en una etapa en que queremos que las cosas ocurran definitivamente en el aula porque si no la mejor ley no puede cumplirse”.

¿Qué pasa con la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral?

–Nosotros tenemos una ley del 2006 que prescribía algunas acciones previas a la implementación. La génesis de la ley fue discutirla y aprobar los lineamientos en el Consejo Federal de Educación donde estamos representados los veinticinco ministerios. Además, no depende de este ministerio una sola de las 45 mil escuelas, sino que dependen de cada una de las provincias, esto no implica que resignemos nuestra presencia en las escuelas. Es una ley que va convirtiéndose poco a poco en una política. Hemos pasado este tiempo en la generación de las condiciones políticas. No es lo mismo que lleguen al aula los accidentes geográficos a que lleguen al aula contenidos que mueven historias previas, resistencias... la educación sexual integral genera resistencias. Las políticas de memoria, no las comparo, pero también hay que construirlas de otro modo. Hay sectores conservadores, nada que no se sepa. Por eso, hay que construir seguridad y fortalecer la relación con los docentes para que se sepan respaldados. La peor opinión es el silencio. La oscuridad es el peor escenario. Por eso, ahora, los docentes se sienten con más libertad de tomar estos temas. Hay más consenso social, no exento de resistencias.

¿La clase política tiene voluntad para implementar la ley?

–Quiero ser muy sincero. Hay un discurso público de que hay que avanzar y no tengo derecho a dudar de eso, también hay una decisión de todas las provincias y de todos los ministros. Lo que ocurre es que en este último tiempo hemos aprendido. Tener una ley es muy importante. Los lineamientos y las acciones de capacitación son muy importantes. Pero una ley no alcanza. Construir una ley no alcanza.

¿Qué pasa con el reparto de los materiales sobre educación sexual?

–De muchos hemos hecho millones de ejemplares...

Se imprimieron más ejemplares de la revista destinada a las familias...

–La revista Educación sexual para las familias tiene seis millones y medio de ejemplares, pero también puede ocurrir que el mejor material descanse en el mejor rincón de la biblioteca. Estamos en una etapa en que queremos que las cosas ocurran definitivamente en el aula porque sino la mejor ley no puede cumplirse. En el suplemento Las 12 les hicieron una pregunta a muchos de sus entrevistados sobre si se cumplía la ley (N. de R: en el período previo a las elecciones se les preguntó a los candidatos/as si sus hijos/as recibían educación sexual y qué harían para que se implemente efectivamente la ley.) Yo te diría que sí se cumple pero todavía tenemos que seguir batallando. Si vos me preguntás, ministro ¿se cumple en todas las escuelas?, la respuesta es no, por eso las acciones de capacitación son realmente muy importantes, estamos pensando en llegar al segundo bicentenario con un proceso muy importante.

¿Cómo es el procedimiento de capacitación?

–Este procedimiento de capacitación son experiencias donde discutimos con dos participantes y después esa capacitación la vuelcan a sus escuelas. Hace poco discutimos en el impenetrable chaqueño, en Fuerte Esperanza, con una comunidad wichí. Esto habla de una realidad nueva, de una sociedad nueva. Es una buena experiencia.

¿Están pensando en hacer materiales con lenguas originarias?

–Estamos pensando en que los materiales generales no nos impidan cuidar las particularidades. Para fin de año vamos a tener materiales para chicos que tienen alguna discapacidad, estamos pensando en realizar contenidos para lenguas indígenas y para escuelas con jóvenes y adultos.

Siguen existiendo padres y madres que no quieren que sus hijos/as reciban educación sexual...

–La ley no es una opinión y que hay que cumplirla; eso te evita discusiones, ha sido sancionada y es una decisión de la sociedad argentina. En los escenarios públicos, no se construye con creencias y percepciones. Estas cosas están ocurriendo. La escuela es un lugar público y se construye con razón y normas. Esto se va entendiendo de a poco. La posibilidad de atreverse a pensar no nos mueve la compasión sino la presencia del Estado. Son principios que no son negociables como la información, como la salud, como no ser abusado, como no ser discriminado, como no ser convertido en mercancía. Es una reflexión de clase porque no todas las chicas se embarazan por igual ni todas las chicas aceptan una oferta laboral que es una trampa: hay un condicionamiento de clase. Y hemos avanzado en violencia en el noviazgo y de trata. Claro, es más incómodo hablar de eso que de sujeto y predicado, pero hay conciencia de que hay que hablar.

Se trata de escuchar a los chicos...

–Se trata de escuchar a los chicos. Los chicos quieren ser escuchados. Tenemos investigaciones que dicen que los jóvenes reciben la información respecto de estas temáticas de la familia, de la escuela y de los amigos. Una investigación de Unicef dice que el 39 por ciento del conocimiento se genera en la familia, el 30 por ciento en la escuela y el 25 por ciento con los amigos. Todavía hoy encaramos la tarea derribando el temor, muchos chicos no pueden hablar de estas cosas con los padres, no estoy hablando de adultos que no están atentos, sino que tienen pudores y limitaciones. En estos casos, el mejor adulto es el educador porque cuenta con la distancia exacta: tiene afectividad y una relación profesional. Cuando la familia te dice “no quiero que el Estado se meta en la educación de mis hijos” tengo la mala noticia de que ya se metieron Internet, la televisión y las revistas mucho antes. Nosotros hablamos de valores porque algunos piensan que educación sexual integral es sólo genitalidad, y no, es alentar el retraso de la iniciación sexual, es hablar que tiene que haber una relación de respeto y de amor y que si tu novio te pega no es celoso, es una relación de violencia. Lo que se advierte es la necesidad que estas temáticas entren al aula. Podés tener algunos preceptos religiosos pero no le podés negar información a nadie.

Pero todavía pasa que hay quejas cuando se dan clases de educación sexual...

–Los chicos tienen derecho a tener educación sexual desde nivel inicial. Yo estuve como ministro de Educación en la Ciudad y se generó una discusión que estaba trabada porque decían “le van a enseñar métodos anticonceptivos a chicos de cuatros años”. No les vas a enseñar a pibes de cuatro o cinco años esas cosas. Pero les podés decir “nadie te puede tocar, si estas incómodo con cualquier persona hablá con papá o mamá”, ahí arranca. Y después en el primario y en el secundario hay alumnos que son papás y alumnas que son mamás y estamos viendo un fenómeno que es esperanzador, que es que las pibas no abandonan el colegio si son madres. Y algunas escuelas acondicionan un lugar para que puedan ir con sus hijas. Me ha tocado estar en egresos del secundario que van con su hijito. Eso es bueno. Pero hay que tener en cuenta que todavía circulan mitos como que en la primera relación sexual no quedás embarazada, por eso no hay que dar nada por sentado.

¿Es un error creer que porque los chicos tienen computadoras y acceso a Internet ya saben todo lo que tienen que saber?

–Exactamente, pueden tener información desordenada e incorrecta. A favor de los docentes debo decir que la mayoría le dio la bienvenida a esta temática. Y junto con la bienvenida le dicen al Estado “dennos una mano”. Por eso, tiene que haber más materiales.

¿No puede repartir más materi ales para los docentes con las propuestas concretas para el aula?

–Estamos trabajando en reiterar los que tenemos y hacer algunos nuevos, por supuesto. En la Argentina hace algunos años eras maestro en tres años y ahora en cuatro años y ya es indiscutible la formación de educación sexual inicial. A los nuevos docentes ya les va a ser más sencillo porque lo tuvieron en su formación. A los más veteranos les costó un poco más.

Una chica de 15 años que murió asesinada por violencia de género este año era mamá adolescente y había sido obligada a dejar la escuela. Ese caso se habría podido detectar si la educación sexual funcionara y las chicas pudieran hablar en la escuela. ¿Qué falta?

–Es un aprendizaje conjunto. Son docentes que por ahí estuvieron en una situación y no supieron cómo resolverlo. Nosotros queremos parar con todo tipo de naturalización y confusión en algunos jóvenes porque la violencia es policlasista. Se dice “mi novio me pega pero porque es celoso”. No, hay límites. No puede haber violencia. La violencia no es sinónimo de respeto. No puede haber pauta cultural por sobre la ley, cualquiera que sea. La ley es para todos y todas. Todos tenemos casos alrededor y se recogen en la prensa las situaciones de violencia y pedofilia. Los docentes están capacitados para advertir cuando hay un alumno o alumna que está sufriendo por algunas de estas causas.

¿Qué pasa con la ciudad de Buenos Aires que no se percibe que esté cumpliendo con la ley?

–Nosotros trabajamos con todas las jurisdicciones y no ha salido la idea de no cumplir la ley en ninguna provincia. Todavía no llegamos a la ciudad de Buenos Aires, pero porque estamos trabajando con las provincias del Norte, donde el embarazo adolescente es más alto. En la ciudad de Buenos Aires es del 6 por ciento y en el Norte, del 22 o 24 por ciento, pero las provincias han tomado esto con mucho énfasis, las acciones son acompañadas por los ministros, los gobernadores, la importancia de hablar de estas cosas de fruto de estos años. La implementación de una ley no es lineal. El matrimonio igualitario permitió la unión de siete mil parejas porque la usaron, pero hay leyes como éstas que necesitan una generación de conciencia.

Fernando “Pino” Solanas le dijo a Las 12 que la ley de educación sexual debería volver al Congreso porque no fue suficientemente discutida. ¿Tiene miedo de intentos de dar marcha atrás?

–Me parece que Pino no la leyó, no es así, se discutió, creo que además decía que faltaba una dimensión ética, de ninguna manera, la dimensión ética es constitutiva, una cosa y la otra son fundamentales, no es una ley reducida a la genitalidad, es importante que no haya embarazos tempranos, pero también una conducta al otro: el respeto, la igualdad de género, la no discriminación. En educación tiene que haber una dimensión ética, hablamos de amor aunque parezca cursi. Somos el Ministerio de Educación. Tiene que ver con cómo construís una relación con otro, una pedagogía del cuidado. Me parece que Pino no leyó la ley. Se fue a marzo.

¿Para qué momento se calcula que todos/as los chicos y chicas van a contar con su derecho a recibir educación sexual?

–Para muchos ya es bastante, pero yo creo que no es bastante. En 2006 empezamos, yo no le pido a la sociedad paciencia, sino comprensión de la complejidad. En Entre Ríos un alumno decidió cambiar su identidad sexual. Hace 15 años lo hubieran echado a patadas, ahora pasó a ser Killi, bancado por sus padres, por la escuela, por sus pares y fue escolta de la bandera. Hay que seguir trabajando para que la lentitud sea menos lenta. Por eso, tengo expectativas para que el segundo bicentenario hayamos capacitado a todas las escuelas y sea visto como algo natural y pregunten cómo esto generaba tantas resistencias. No estoy queriendo decir que no hay que seguir insistiendo. Son procesos donde vas derribando resistencias y no se puede mirar para otro lado.

Capacitación

La meta es llegar al 2016 con docentes formados en todas las escuelas.

  • 52.200 docentes participaron en acciones de sensibilización y capacitación provinciales y nacionales entre el 2008 y el 2001.

  • 12.000 docentes se formaron en 6000 escuelas en Formosa, Salta, Chubut, La Pampa y provincia de Buenos Aires en el 2012.

  • 18.000 docentes se capacitaron o lo hacen aún en 8500 escuelas de Río Negro, Tierra del Fuego, Mendoza, Misiones, Chaco, Jujuy, La Rioja, Entre Ríos y Córdoba.

l24.000 docentes de 12.000 escuelas tienen que estar al tanto de los contenidos de educación sexual integral en el 2016 para llegar a la totalidad de las escuelas en la propuesta de formación institucional del Ministerio de Educación.

Fuente: Ministerio de Educación de la Nación.

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