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Viernes, 3 de julio de 2015

VISTO Y LEíDO

Sacarse la máscara

Detrás de escena compila reflexiones sobre el quehacer teatral con una diversidad de voces y tonos que amplifican la mirada sobre el gran fenómeno cultural de las tablas.

 Por Malena Rey

A pesar de ciertas políticas públicas poco felices, como el vaciamiento del San Martín y la transformación de la avenida Corrientes en un corredor farandulero, con obras de dudosa calidad protagonizadas por Guillermina Valdez, los popes de Stravaganza y varixs standaperxs, el “ambiente” del teatro en la Ciudad de Buenos Aires viene pisando fuerte y creciendo de forma ininterrumpida hace muchos años. En el ecosistema porteño conviven propuestas estéticas muy variadas en sus más de 600 salas: nombres de nuevos artistas se suman a lxs consagradxs, se abren nuevos espacios, se organizan nuevos ciclos y festivales, y las escuelas y talleres cuentan con más y más alumnxs.

Para desentrañar la cuestión de fondo detrás del fenómeno y la coyuntura, las editoras del sello Excursiones, Nurit Kasztelan y Sol Echevarría, bucearon en los procesos creativos de dieciocho dramaturgxs, y les propusieron la escritura de una serie de ensayos sobre el quehacer teatral. El resultado es el flamante Detrás de escena, un libro compacto que encierra reflexiones muy lúcidas y con distinto tono de directorxs, dramaturgxs, actores y actrices anclado fundamentalmente en la práctica que lxs convoca. Del seleccionado de dieciocho nombres, ocho de ellos corresponden a mujeres. ¿Qué pueden aportar a la pregunta sobre por qué vale la pena seguir haciendo teatro en la actualidad las voces de Andrea Garrote, Mariana Obersztern, Agustina Gatto o Maruja Bustamante? ¿Cuánto suma la experiencia de las jóvenes actrices del grupo Piel de Lava a la hora de pensar si es posible trabajar de forma horizontal y colectiva la escritura y creación de una obra? Cada una con su visión del mundo, todas van abriendo campos vastos que, lejos de cerrarse sobre sus palabras, siembran más preguntas, dejan más debates picando. Uno de los más fecundos es quizás el que instala Maruja Bustamante. En su texto, el más alejado de la disertación ensayística y el más cercano a la crónica, cuenta cuánto la perturbó haber sido “acusada” de no tener estilo, y a partir de allí analiza en qué medida juzgamos la legitimidad de algunas apuestas creativas y estéticas con argumentos endebles y estigmatizantes: “Me interesa partir de una emoción. El concepto tiene una fuerza que llega emotivamente a la persona. (...) A mí me gusta probar diferentes texturas en mis creaciones, por eso salto de la lírica al pop sin puentes. Hay otras relaciones, hay coexistencia, hay dualidad, hay ambigüedad. Siempre hice lo que me daban ganas de hacer”, dice libre y categórica. Y comparte con las Piel de Lava la mirada sobre lo multifacético, sobre los distintos roles que una misma mujer asume durante todo el proceso creativo que la lleva a hacer una obra, con tal de gozar de cierta independencia: “Desde escribir, dirigir y actuar hasta pintar una pared, buscar ropa vieja en el armario, hacer diseño, sacar fotos, hacer música. No es algo que me pase a mí sola. Somos todos los de mi generación y los anteriores también”, agrega Bustamante. A lo que las Piel de Lava suman la idea de democratización de los roles antes jerárquicos de director y autor en pos de una división de tareas más equitativa.

En las disquisiciones sobre Shakespeare y Sófocles de Agustina Gatto, en la experiencia física de entrega total que exige Garrote a los artistas (“¡No hagamos cualquier gilada! Como arte colectivo y artesanal el teatro es político ante todo en su modo de producción y es allí que podemos ver cómo está de saludable el sentido profundo de toda esta bella y espectacular pavada que es también ponerse la ropita y salir a hacer comedia con convicción militante”), y en las reflexiones poético-intelectuales de Mariana Obersztern se juega un modo de vida, un compromiso neurálgico y auténtico con el lenguaje escénico, ese que les permite ponerse en la piel de otras, y reafirmarse cada vez más a sí mismas.

Detrás de escena
(Editorial Excursiones), 144 páginas
Incluye dos reproducciones de la obra de la artista Elba Bairon

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