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Viernes, 21 de agosto de 2015

COSAS VEREDES

Viva Forever

Ante la posible reunión de las Spice Girls el año próximo, una pequeña reivindicación –no apta para cínicxs– de la banda pop femenina que revolucionó los ’90.

 Por Guadalupe Treibel

Nada mejor que un par de décadas de distancia para definir nuevos clásicos contemporáneos y permitir que la nostalgia haga mella en el paladar, habilitando renovadas opciones de culto. En el caso de las Spice Girls, sólo fueron necesarios 20 años para que el consumo mainstreamculpógeno deviniera oldie recuperado y, de más está decir, ícono noventero. Ojo, tienen credenciales: no sólo fueron la banda inglesa que revolucionó los charts de otrora, también detentan varios records (grupo femenino con mayor número de ventas en la historia y mayor cantidad de singles en el top number one, por citar unas pocas chapas). Cualquier adolescente que probase su primer corpiño en los ’90 dará fe: Emma Bunton (Baby Spice), Melanie Brown (Scary Spice), Melanie Chisholm (Sporty Spice), Geri Halliwell (Ginger Spice) y Victoria Beckham (Posh Spice) conquistaron el mundo con sus característicos trajecitos, la voz impoluta, el pop recalcitrante, el baile sincronizado. Qué va, hasta estelarizaron un film cual heroínas: el ¿kitsch?, ¿demencialmente pop? Spice World, de 1997. Take That, chupate esa mandarina. O la otra, más amarga: la intentona de la productora de musicales Judy Craymer por emular el éxito de Mamma Mía!, armando proyecto símil con hits del quinteto Spice. Ok, Viva Forever! no funcionó y la crítica le dio unos cuantos (muchos, ¡todos!) garrotazos, pero ¿quién les quita lo bailado?

Ahora bien, para las cabecitas despistadas que se machacan con la pregunta “¿Por qué escribir hoy sobre aquel súpergrupo?”, la respuesta de rigor: porque la fiebre especiada está en pleno proceso de contagio, gracias a tabloides del ancho y largo mundo que agitan con la presunta, posible, sospechada reunión de las muchachas el año próximo, cuando se cumplan 20 años del lanzamiento de su primer single, Wannabe. ¿Será...? La señora Beckham lo da por descartado, expresando su expresa voluntad de no distraerse de sus andanzas como diseñadora. En cambio, Mel B se toma fotos con sus viejas compas –versión cera– en Madame Tussauds y juguetea con el esperado encuentro en entrevistas a distintos medios, mientras Mel C –la deportista– publica tuits preguntándose si debería empezar a practicar sus saltitos de antaño, y Emma, la bebota, cuenta que Geri, la pelirroja, también se sumaría. Aunque aclara que “todavía no hay nada confirmado. Si algo ocurre, se concreta y decidimos llevarlo adelante, se los haré saber”. En resumen: puros puntos suspensivos. Y muchísima emoción contenida.

Y si bien muchxs ya se mofan de la histeria, existen razones para justificarla. Aunque, para ciertos sectores extremistas, las Spice Girls hayan “matado al feminismo, subvertido la moral y avergonzado al mundo” (Daily Mail dixit). O bien, “hayan sido diseñadas para encajar en un plan de ventas preseteado que igualaba poder femenino con consumismo”, como cuestiona la escritora Mary P. SheridanRabideau en su libro Girls, Feminism, and Grassroots Literacies: Activism in the GirlZone. Empero, es esta misma autora la que pregona cómo –a pesar de ser altamente coreografiada y comercializada– la banda “envió el mensaje de que el feminismo era una parte necesaria e, incluso, divertida de la vida cotidiana”. Con explícita ignorancia de la historia y teoría feminista, es cierto; pecando de banalidad o pragmatismo, cómo no advertirlo. Pero abrazando, sin disculparse ni arrepentirse, conceptos ciertamente positivos: la importancia de ser independiente, de definirse individualmente, de apoyarse en una red de contención femenina, de ser libre y gozosa en esa libertad, de aceptar alegremente las relaciones interraciales y las identidades multirraciales...

El ejemplo más sonante es también el más evidente: su primer exitazo, Wannabe (número uno en 22 países allá por el ’96 y, desde entonces, llevado a las nuevas generaciones por Lea Michele, Ariana Grande, Miley Cyrus...) es –a menudo– citado como un himno de amistad femenina. Porque, después de la carcajada inicial, las muchachas explican su interés romántico que, para que el vínculo amoroso prospere, tiene que llevarse bien con sus amigas. “Los chicos van y vienen; las BFF son para siempre”, pareciera indicar el tema que, créase o no, es la canción más pegadiza de la historia reciente británica, según certifica ¡un estudio científico! realizado por la Universidad de Amsterdam el año pasado. Luego, tracks como la edulcorada balada pop “2 become 1” ensalzaban la sexualidad femenina y... el sexo seguro. Yeah, ¡en la radio!

“El Girl Power divulgado por las Spice puede parece una simplificación cursi e insípida, a lo Disney, del movimiento feminista. Pero fue igualmente subversivo, concentrándose en hacer música accesible y pegadiza con letras sobre la amistad femenina, la solidaridad y la expresión propia y personalísima”, advierte la periodista Zeba Blay, del Huffington Post. Argumentando además que –contrariamente a la creencia popular– el quinteto no fue una banda manufacturada por tipos en traje que les decían qué decir, hacer, cómo lucir y pensar: “Sí, audicionaron para formar parte de un grupo que originalmente se llamaría Touch, visionado por los managers Chris y Bob Herbert como un ensamble sexy, sueltito de pilchas. Pero cuando notaron que los hermanos querían el control total de su imagen, protestaron. Y en 1994, al ver que querían que firmaran un contrato dudoso, se fueron. Viviendo entonces en un apartamento compartido de tres habitaciones en Sheffield, incluso robaron los masters de sus grabaciones y enviaron los demos a distintas compañías, hasta que Simon Fuller las contrató en marzo de 1995”.

Así y todo, aunque vendieran 80 millones de discos a nivel mundial, fueran la primera banda desde 1975 en tener dos álbumes en el Top 10 de Estados Unidos ¡al mismo tiempo! y recaudaran a razón de 800 millones de dólares en cuanto producto se imagine, nunca, nunca, nunca fueron tomadas en serio. Quizá haya llegado el momento de hacerlo, amén de la potencial reunión en 2016. Porque, como plantea el sitio teen Rookie, “pensamos que eran tontas, plásticas y perniciosas para el género femenino; estábamos equivocadas”.

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