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Viernes, 22 de octubre de 2004

INUTILíSIMO

Escuela de sirenas

Llegó la hora de practicar el más completo de los deportes, según define la natación Mario J. Entenza en su opúsculo Aprende a nadar en dos semanas (Editorial Bell, Buenos Aires, 1960). Porque “si hacemos el análisis cualitativo, llegamos a la conclusión de que abarca puntos neurálgicos de orden fisiológico, moral, educacional, físico, social, recreativo, así como también de seguridad”. Motivos más que suficientes para llevar a buen puerto un aprendizaje adecuado que “involucre la adquisición de una técnica que permitirá un desarrollo armónico de las formas, un perfecto funcionamiento de los órganos, un descanso mental que luego les facilitará plasmar sus conocimientos con mayor fijeza, un placer en su práctica, y sobre todo, por tratarse de una exigente disciplina, contribuirá a forjar el carácter y templar los músculos”. ¿Necesita alguna de las lectoras más argumentos para encarar a la brevedad el tema de la natación? El señor Entenza, basándose en los principios expuestos, escribió su tratado en el que ofrece un método al alcance de todo el mundo. Dos semanas bastarán, afirma el enseñante, si el ejercicio es continuado, para obtener conocimientos que les permitan cumplir el postulado fundamental: “locomoverse en el agua”.
Uno de los puntos angulares es el estilo a adoptar: en general, la técnica moderna se inclina por los estilos crawl y espalda, “este último adaptable a todas las edades y sexos, que elimina la dificultad en un punto vital: la respiración, dando cierta confianza por estar la cara fuera del agua, detalle que adquiere trascendental importancia en las personas mayores, por tener más agudizado el instinto de conservación”.
Después de adquirir un mínimo de dominio en el estilo elegido, estarán ustedes en condiciones de practicar la zambullida. He aquí el ejercicio número uno para lanzarse sin ambages al natatorio: “Posición inicial: sentada en el borde de la piscina, con los pies apoyados en la garganta de la misma, el tronco inclinado hacia adelante, los brazos estirados siguiendo la prolongación de tronco y cabeza. Inspirar profundamente, impulsarse haciendo presión con los pies y piernas, luego llevar éstas hasta formar una línea recta, penetrando en el agua primeramente las manos”. Como por lo general se efectúan estas prácticas en la parte menos profunda, nos avisa el profesor Entenza, es menester que la introducción en el agua se haga en forma oblicua para evitar accidentes. Nada más incompatible que una sirena con un chichón en la frente. Y pocas cosas más bonitas, si esta usted de novia o casada, que su hombre lleve en traje de baño haciendo juego con el suyo.

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