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Viernes, 6 de enero de 2006

INUTILíSIMO

Hora de zambullirse

Una vez recuperadas de las Fiestas, se impone retomar nuestras clases de natación, un deporte de lo más indicado para estos tiempos de apogeo de la canícula. Naturalmente, si hablamos de nadar para refrescarnos, surge el deseo de una buena zambullida, situación a la que, sin embargo, la prudencia aconseja no llegar de buenas a primeras. Es, por cierto, lo que sostiene el eficaz manual Aprenda a nadar en dos semanas, de Mario J. Entenza (Editorial Belle, Buenos Aires, 1960). Esa habilidad para tirarse de cabeza a la pileta se acrecienta a medida que se realiza el trabajo en sucesivas etapas, a través de los ejercicios que se transcriben a continuación:

  • Sentada al borde de la piscina, con los pies apoyados en la pared interna de la misma, el tronco inclinado hacia adelante, los brazos siguiendo la prolongación del tronco y la cabeza entre ellos, inspirar profundamente, ejerciendo presión con los pies y la piernas en la garganta del natatorio, luego elevar éstas hasta formar una línea recta, penetrando en el agua profundamente con las manos.

  • Con el pie izquierdo apoyado en la canaleta de la pileta y la rodilla derecha y punta de pie en la vereda del natatorio, brazos extendidos y –como siempre– cabeza entre ellos, inspirar e impulsarse con el pie derecho.

  • En la vereda de la piscina, la pierna derecha semiflexionada y adelante, y la izquierda estirada y atrás, apoyando la punta del pie, tronco inclinado hacia adelante, brazos extendidos, Inspirar impulsándose con la pierna izquierda.

  • De pie en la vereda de la pileta, los dedos de los pies tomados del borde de la misma, tronco ligeramente inclinado hacia adelante y brazos extendidos, inspirar flexionando un poco las piernas.

  • De pie en la vereda del natatorio, piernas ligeramente flexionadas, pies paralelos y separados unos 20 centímetros, dedos de los pies afirmados en el borde, tronco inclinado hacia adelante y brazos extendidos a los costados. Con movimiento sincronizado y veloz de brazos y piernas, se acentúa la flexión en el momento de impulsarse.

  • Observación insoslayable: como la aprendiza hace sus prácticas en la zona menos profunda de la piscina, es menester señalar que la introducción en el agua no debe hacerse nunca perpendicularmente sino en forma oblicua. Tomando esta previsión, evitaremos chichones y afines.

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